22 noviembre,2018 5:30 am

Aumentará poder del Ejército: expertos del CIDE; “es lo que tenemos, no lo que necesitamos”: Meyer

“Estamos viendo el surgimiento ya abierto del Ejército como un factor real de poder en la Constitución, ni ésta lo para”, advierte Alejandro Madrazo Lajous. “No hay vivencia que muestre que la militarización funciona para reducir la violencia”, al contrario, recuerda Catalina Pérez Correa.
Ciudad de México, 22 de noviembre de 2018. El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, presentó la semana pasada el Plan de Paz y Seguridad del que será su gobierno y, al instante, la propuesta de crear una Guardia Nacional con al menos 50 mil elementos mixtos encendió las alarmas entre ciudadanos y expertos y no expertos en seguridad, pues se prevé que buena parte del nuevo cuerpo de seguridad la conformen las policías militar y naval, lo que implica que el Ejército no se retirará de las calles.
Para dos de los tres especialistas consultados por El Sur, esto significó un retroceso, pues los militares no sólo se van a quedar, sino que van a sustituir a las policías. Catalina Pérez Correa, investigadora de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), resalta que el proyecto de permanencia de los militares en la calle termina siendo transexenal y apartidista: “Tras 12 años, ahora, de plano, el plan de Andrés Manuel implica reformar la Constitución para que no sea inconstitucional que los militares permanezcan en las calles haciendo tareas de seguridad pública”. Y plantea: “No hay vivencia que muestre que la militarización funciona para reducir la violencia. Lo que sí tenemos son estudios que muestran que, en todo caso, la aumenta.
“Ha llevado a un deterioro de las instituciones civiles que los militares entren a las comunidades. Eso ha permitido que las primeras no se hagan cargo de la seguridad pública. Además, la academia ha mostrado cómo cada vez que hay un enfrentamiento en las calles, aumenta la violencia y esto, medido en homicidios a corto y a largo plazo en el municipio en el cual se dan”.
–Los militares no deben irse de inmediato.
–Lo que muchos queremos es un plan gradual de su retiro, aparejado a un plan de formación de policías civiles, no policías militares a cargo de la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional).
Las policías, en el abandono
Morena presentó el martes la propuesta de reforma para crear la Guardia Nacional y que el Ejército sustituya a las policías. Se pretende modificar 13 artículos, incluido el 21, para que esto sea una realidad.
Al mismo tiempo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó la Ley de Seguridad Interior, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó una encuesta sobre capacidad y formación policial, la cual exhibe el abandono en que están las policías, señala Pérez Correa. “Queremos que éstas funcionen y hagan el trabajo de combatir la delincuencia organizada y ordinaria, cuando ganan una miseria de salario, no tienen prestaciones sociales, sus condiciones laborales son terribles”, apunta. “Es contradictorio decir que las policías no funcionan sin darnos cuesta de ese abandono. La decisión es seguir metiéndole recursos al Ejército”.
Aparte, el historiador de El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, Lorenzo Meyer señala que, a la larga, habría que sacar a la Guardia de la Sedena, “si es que se piensa como los carabineros en Chile o los carabinieri en Italia. En México ya hemos tenido las guardias nacionales del siglo XIX y el Cuerpo de Policía Rural a principios del siglo XX, un cuerpo militarizado dentro de Gobernación, entonces Secretaría de Guerra. Tenía toda la disciplina militar”.
Reconoce la emergencia de inseguridad en el país y, por eso, concluye, “lo más razonable en este momento es usar a quienes ya tienen entrenamiento y disciplina. Las policías locales no son confiables para nada. Lo más cercano que tiene México a una estructura efectiva son el Ejército y la Armada. Una encuesta reciente de Mitofsky habla sobre las instituciones en que la opinión pública tiene confianza, y el Ejército es una de ellas”.
En Guerrero, “la cosa es distinta”
A algunos no les parecerá, dirán que los militares violan derechos humanos, “lo cual es verdad, pero el grueso de la población tiene confianza”, indica Meyer. Por supuesto, matiza, “en Guerrero la cosa es distinta a la de la capital o Querétaro. La peculiaridad de Guerrero es clara, su experiencia con el Ejército no ha sido buena. Pero, en fin, es lo que tenemos, no lo que necesitamos. Por mucho tiempo se dejó de lado la formación de una policía nacional efectiva.
“Ahora, cuando tenemos 12 años o más de guerra contra el crimen organizado, lo único que se puede es echar mano de lo que hay. Aunque México no debe dejar el mando final de la Guardia Nacional en manos militares y sí usar ahora las policías militar y naval. El país ya pagó por ellos, ya se les entrenó. Ni modo de inventar de la nada otro cuerpo, como algunos quisieran. Sí, también me gustaría que fuera algo completamente distinto, pero no se puede”.
Como con Peña Nieto, “se renuncia a formar policías profesionales”
Existe un diagnóstico articulado de cuáles son los problemas de la estrategia de seguridad actual “y la propuesta de Andrés Manuel no lo atiende. Al contrario, lo que hace es profundizar los problemas de seguridad actual”, advierte por separado Alejandro Madrazo Lajous, profesor investigador del Programa de Política de Drogas del CIDE Región Centro y de la División de Estudios Jurídicos.
El diagnóstico, indica, “informa que la militarización ha provocado violencia, que hay que atender causas económicas, etcétera. Todo eso resulta incompatible con apostarle a mayor militarización. Lo que es una tomadura de pelo es decirnos que no es una militarización, que ahora se llama Guardia Nacional. Igual que con Enrique Peña Nieto, la finalidad es la misma, profundizar en ese proceso que vivimos, renunciar a la formación de policías profesionales”.
Para salir de la crisis en la que estamos, continúa, se necesita abandonar la guerra contra las drogas, regular los mercados ilícitos, “pero sobre todo, un proceso escalonado de desmilitarización y profesionalización simultánea de policías, pues un ejército nunca va a proveer seguridad pública.
“Lejos de centralizar todo en la Guardia Nacional y luego meterla en la Sedena, lo que tendríamos que hacer, que va a ser tardado, doloroso, pero es una solución real, es construir policías locales y profesionales. Lo que hemos hecho en 12 años es destruir a las policías, desinvirtiendo en ellas para meterle dinero al Ejército, que es mucho menos eficaz para contener la inseguridad. Muy grave lo que pretenden hacer porque nos dicen que no es militar y es temporal, pero está formado por militares, comandado por mandos militares y la reforma se está estableciendo en la Constitución”.
–¿La reforma profundizará la militarización?
–Sí, y llevándola a nivel profesional. Eso es lo más grave. El Poder Ejecutivo está haciendo suya la postura de la Secretaría de la Defensa, del Ejército, para responderle al Poder Judicial. La Suprema Corte fue contundente: la militarización no es compatible con la Constitución, ningún ministro defendió la Ley de Seguridad Interior tal como estaba. La respuesta del Ejecutivo es que le vale lo que diga la ley, mejor se reforma y se menoscaba. Lo que estamos viendo es el surgimiento ya abierto del Ejército como un factor real de poder en la Constitución, ni ésta lo para.
Desde 2014 el Ejército niega datos de bajas civiles en enfrentamientos
Catalina Pérez Correa asegura que la propuesta de seguridad pública puede ser distinta: “Hay que ver dónde es cierto que se necesitan los militares. Se requiere un plan que diga que mientras la policía se capacita ahí está el Ejército, y que luego éste se retira y quedan a cargo las instituciones civiles, como es el sentido de nuestra estructura constitucional y legal”.
Remarca: “Pensamos la seguridad sólo en términos de delincuencia organizada, cuando las estadísticas dicen que la mayor parte de delitos tiene que ver con robo a transeúnte, en transporte público, de autopartes, a casa-habitación. No son cosas con las que el Ejército deba lidiar, sino las policías: son delitos de la comunidad”.
–Todo mundo se enfocó en la Guardia Nacional.
–Lo de la Guardia Nacional ha captado la mayor atención porque implica una reforma constitucional que es, en verdad, desconocer la historia de este país. A México le costó muchísima sangre poner al Ejército en los cuarteles luego de la Revolución y ahora de un plumazo deciden que así debe ser.
–¿Qué implicará ese cambio en la ley?
–Estamos cambiando el paradigma de seguridad cuando no tenemos información sobre cuál ha sido el resultado de tener al Ejército en las calles los últimos 12 años. El 5 de abril de 2014 el Ejército decidió que no iba a dar más datos sobre civiles muertos en enfrentamientos, y ahora vamos a tomar una decisión de trascendencia constitucional, y que va a tomar muchos años revertir en caso de error.
Madrazo Lajous indica que la mejor opción es una guardia nacional como la que señala la Constitución actualmente: “Una institución ciudadana con arraigo local, apoyada por un sistema de formación de policías”.
–¿La gente pide que el Ejército se quede?
–Perdón pero no, en muchos lugares como Ciudad Juárez, donde operaron los militares, lo que la gente pidió es que se retirara. Si divides esa opinión por edades, verás que los millennials desconfían del Ejército aún más que de los partidos políticos, porque es la generación que ha crecido durante la guerra contra las drogas. Durante ésta, el gobierno ha invertido una cantidad brutal en propaganda para proteger la imagen de los soldados. Así con Felipe Calderón y Peña. El Ejército está diseñado para matar enemigos y una policía profesional debería estar entrenada para detener delincuentes y prevenir delitos. Son cosas distintas. Hay que entender eso.
“Los buenos cuerpos policiacos tardan mucho en hacerse”
Lorenzo Meyer hace otra observación: que a la Guardia Nacional no debe quitársele el corte militar. “Debe dejar de estar bajo el mando del Ejército, de Sedena. Lo de la militarización yo no veo que en sí mismo sea malo. Ha habido experiencias en el mundo de cuerpos policiacos militarizados muy buenos.
“Cuando dicen: ‘lo mejor sería preparar o mejorar la policía actual’, tengo la impresión de que ya no tiene posibilidades. Esa policía ya se corrompió desde hace tiempo. Los buenos cuerpos policiacos tardan mucho tiempo en hacerse. Lo que México no tiene ahora es tiempo, se desperdició en el pasado. No se creó una policía nacional profesional y ahora, ni modo”.
–¿Se puede trabajar con los militares para evitar violaciones a los derechos humanos?
–El Ejército tiene como característica aquí y en China la disciplina vertical. Está en los altos mandos la responsabilidad. Ahora bien, si el Ejército tiene altas calificaciones en la opinión pública, quiere decir que quienes le tienen miedo somos los comentaristas.
–Se basan en las violaciones documentadas, ¿no?
–Sí, pero las violaciones documentadas son órdenes, el soldado hace lo que se le dice. El problema es quién da las órdenes y de qué tipo. El punto es la práctica. Además, tendremos un presidente que va a estar todos los días, según dijo, pendiente de los problemas de seguridad. No creo que Calderón o Peña hayan pensado siquiera en eso. Así que la responsabilidad es de Andrés Manuel.
Texto: Guillermo Rivera
Foto: A algunos no les parecerá, dirán que los militares violan derechos humanos, “lo cual es verdad, pero el grueso de la población tiene confianza”, indica Meyer. @DrLorenzoMeyer (Twitter)