Octavio Klimek Alcaraz
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El año pasado, 2022, las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero que capturan el calor en la atmósfera batieron, una vez más, todos los registros, y no se vislumbra el fin de esta tendencia al alza. Esto, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentado el 15 de noviembre de 2023 en Ginebra (https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/las-concentraciones-de-gases-de-efecto-invernadero-alcanzan-por-en%C3%A9sima).
En 2022, las concentraciones medias mundiales de dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero más abundante, superaron por primera vez en más del 50 por ciento los niveles de la era preindustrial. El aumento ha continuado este año.
La temperatura media era de dos a tres grados más alta y el nivel del mar estaba entre 10 y 20 metros más alto. Según la OMM, la concentración de CO2 en la atmósfera fue de 417.9 ppm (partes por millón) en 2022, un aumento de 2.2 ppm respecto a 2021.
La tasa de incremento de la concentración de CO2 fue ligeramente inferior a la del año anterior y a la media del decenio, según datos publicados en el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero (https://library.wmo.int/viewer/68532/download?file=GHG-19_en.pdf&type=pdf&navigator=1). La razón más probable de este aumento es la creciente absorción de CO2 atmosférico por los ecosistemas terrestres y los océanos después de varios años de un fenómeno de La Niña. Por tanto, el hecho de que en 2023 se haya instaurado un episodio de El Niño puede repercutir en las concentraciones de gases de efecto invernadero y provocará sequías, calor o inundaciones en muchas regiones del mundo. Por ello, los expertos temen nuevos récords de temperatura provocados por El Niño.
No obstante, en el Boletín se apunta que ese hecho se debe, probablemente, a fluctuaciones naturales a corto plazo del ciclo del carbono y que las nuevas emisiones fruto de la actividad industrial no dejan de aumentar. Y como el CO2 tiene una larga vida útil, el aumento de temperatura que ya se ha producido continuará durante décadas, incluso si las emisiones se reducen rápidamente a cero. Finalmente, el CO2 es un gas caracterizado por su larga vida y, por tanto, el nivel de temperatura observado actualmente persistirá durante decenios, aunque las emisiones se reduzcan rápidamente hasta alcanzar el cero neto.
Algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanece en la atmósfera. El océano solo absorbe un poco más de la cuarta parte de esas emisiones, y los ecosistemas terrestres, como los bosques, algo menos del 30 por ciento, aunque existe una considerable variabilidad interanual. Así, mientras continúen las emisiones, el CO2 seguirá acumulándose en la atmósfera, con el consiguiente aumento de las temperaturas a escala mundial.
La OMM escribe en su informe que concentraciones de CO2 tan altas como las actuales se observaron por última vez en la Tierra hace entre tres y cinco millones de años. Entonces, la temperatura era de 2 a 3 grados más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.
Se cree que el CO2 es responsable de alrededor del 64 por ciento del calentamiento global, principalmente debido a la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento
“A pesar de décadas de advertencias de la comunidad científica, a pesar de miles de páginas de informes y decenas de conferencias sobre el clima, todavía vamos en la dirección equivocada”, afirmó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en una conferencia de prensa en Ginebra (https://media.un.org/en/asset/k1a/k1ae5mzykc).
“Con las actuales concentraciones de gases de efecto invernadero, nos adentramos en una senda de aumento de las temperaturas que nos llevará a alcanzar a finales de este siglo valores muy superiores a los marcados como objetivos en el Acuerdo de París”, aseveró el profesor Taalas. Esto supondrá más fenómenos meteorológicos extremos, como episodios de calor intenso y precipitaciones fuertes, fusión de las masas de hielo, subida del nivel del mar, aumento del contenido calorífico de los océanos y acidificación de sus aguas. Y con ellos, los costos socioeconómicos y medioambientales se dispararán. Debemos reducir urgentemente el consumo de combustibles fósiles”, el secretario general de la OMM.
Los gases de efecto invernadero metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) también alcanzaron niveles récord en 2022, según se explica en el Boletín. Según la OMM, la concentración de metano en la atmósfera fue de mil 923 ppm (partes por millón) en 2022, un aumento de 16.0 ppm respecto a 2021. Se cree que el metano es responsable del 19.0 por ciento del calentamiento global causado por los gases de efecto invernadero de larga duración. Alrededor del 40 por ciento de las emisiones de metano provienen de fuentes naturales como humedales y termitas, alrededor del 60.0 por ciento son de origen humano, por ejemplo a través de la cría intensiva de rumiantes, el cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles y la quema de biomasa. Aunque el aumento de este gas también se desaceleró un poco en comparación con el año anterior, siguió siendo significativamente mayor que en la comparación de diez años.
El óxido nitroso (N2O), comúnmente conocido como gas de la risa, además de sus efectos nocivos como gas de efecto invernadero, también se conoce como “asesino de la capa de ozono”. Según la OMM, la concentración de N2O en la atmósfera fue de 335.8 ppm (partes por millón) en 2022, un aumento de 1.4 ppm respecto a 2021. Según el informe, alrededor del 60.0 por ciento se produce por fuentes naturales y el 40 por ciento por fuentes humanas y se escapa de los océanos, el suelo, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales. El aumento de óxido nitroso durante el período de observación fue mayor que en cualquier otro momento desde que comenzaron a registrarse dichos datos de emisiones. El óxido nitroso se considera la causa más importante del agotamiento de la capa de ozono: este fue el tema principal en la cumbre mundial del ozono a principios de noviembre de 2023.
“No existe una varita mágica para eliminar el exceso de CO2 de la atmósfera”, comentó Taalas. “Pero los humanos tenemos herramientas a nuestra disposición para profundizar nuestra comprensión de los impulsores del cambio climático.” Al respecto, en la conferencia de Ginebra, la Organización Meteorológica Mundial presentó su nueva idea de “Vigilancia global de los gases de efecto invernadero”, una iniciativa para observar y controlar las emisiones de gases de efecto invernadero y los ciclos globales del carbono, que debería ayudar a alcanzar objetivos climáticos ambiciosos. Según el actual informe sobre los gases de efecto invernadero, en el futuro el Greenhouse Gas Watch proporcionará “datos precisos, oportunos y prácticos sobre el flujo de gases de efecto invernadero”.
El boletín de la OMM dedica su portada a la iniciativa Vigilancia Mundial de los Gases de Efecto Invernadero. Esta ambiciosa iniciativa, aprobada en mayo por el Congreso Meteorológico Mundial, prevé un monitoreo permanente de los gases de efecto invernadero para poder contabilizar tanto las actividades humanas conexas como las fuentes y los sumideros naturales. Proporcionará información y apoyo vitales para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 grados con respecto a los niveles preindustriales y tratar de limitar el aumento de la temperatura a 1. 5 grados con respecto a esos niveles.
Aunque la comunidad científica comprende ampliamente el cambio climático y sus implicaciones, todavía existen algunas incertidumbres en cuanto al ciclo del carbono y los flujos en el océano, la biosfera terrestre y las zonas de permafrost.
“Estas incertidumbres, sin embargo, no deben ser un freno a la acción. Bien al contrario, ponen de relieve la necesidad de adoptar estrategias flexibles y adaptables y la importancia de la gestión de los riesgos en el camino hacia el cero neto y la consecución de los objetivos del Acuerdo de París. El suministro de datos exactos, oportunos y prácticos sobre los flujos de gases de efecto invernadero es cada vez más decisivo”, se afirma en el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero. Sin embargo, hay un inconveniente: no está previsto que la tan promocionada herramienta de seguimiento de emisiones basada en datos esté lista para su uso hasta 2028 como muy pronto, es decir, dentro de cinco años.
Es necesario reducir el nivel de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, sigue aumentando, a pesar de todas las advertencias, informes y conferencias. De hecho, el Informe se publica para fundamentar las negociaciones que tienen lugar en Dubái con motivo del 28 periodo de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP 28) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Espero, los negociadores del clima lo tomen en serio. Acapulco es el vivo ejemplo de los efectos del cambio climático.