1 abril,2023 5:24 am

Balance de marzo

Héctor Manuel Popoca Boone

 

Como Gobernador Moral de Guerrero me decepciona la postura del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuando afirma que en México no existen territorios dominados por el poder del narco. Aseverar eso es adoptar la política del avestruz, donde la víctima principal será siempre el pueblo.

Digámoslo fuerte y claro: hoy en México y en particular en Guerrero, buena parte de la estructura gubernamental federal, estatal y municipal; partidos políticos nacionales y locales; la mayoría de la clase política de todas las ideologías y algunas organizaciones sociales y empresariales están involucradas, de una u otra forma, con ciertas operaciones e ingresos de los cárteles.

La juventud pobre, es la que pone su sangre, ya sea en las tareas de seguridad pública o como sicarios. ¡Uf!

–La extorsión organizada llegó a Taxco, innovándose. Los penitentes, en su procesión anual, que es ritual de Semana Santa, además de auto obsequiarse con laceraciones de espinas y latigazos, tendrán que pagar una cuota económica a los “amigos organizados” por participar en su desfile religioso-masoquista. ¡Ver para creer!

–La estrategia de seguridad pública con la que el actual gobierno estatal inició sus responsabilidades, ha fracasado, de ahí que nos visite con frecuencia AMLO. No entienden los del gobierno que por sí mismos, sin la activa y organizada participación de los ciudadanos, no podrán combatir con eficacia la violencia y la delincuencia, que están muy enraizadas en el tejido social guerrerense.

–Por el sendero de lo fallido, van las estrategias de desarrollo de la octava región, Sierra de Guerrero, y el recién anunciado Plan de la Zona Metropolitana de Acapulco-Coyuca de Benítez. Hay inconsistencias observables en sus procesos de elaboración y en sus contenidos. No contemplan los recursos humanos y materiales necesarios para bien llevarlas a cabo. ¡Ya basta de planes y estrategias irrealizables, frases demagógicas y firma de multiplicidad de convenios fotogénicos! Ya nos saturaron.

El pueblo lo que demanda son hechos y más hechos, realistas, con resultados y metas concretas, constatables. Aparte de continuar con la dadivocracia de tipo clientelar política, inmersa en un pueblo pobre que demanda más pan que circo.

–No enaltece a la gobernadora constitucional estar inaugurando, festivamente, etapas de carreteras de no más de un kilómetro de largo. Al rato la llevaran a inaugurar tramos de calles y avenidas, de no más de 100 metros de longitud. Doble ¡uf!

–Las derrotas sufridas por AMLO, en su pretensión de dominar el funcionamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tendrá que entenderlas él bajo la noción que México es un país que se afana por ser democrático, que no puede ni debe depositar todo el poder constitucional en una sola persona. La división republicana de poderes, con sus respectivos pesos y contrapesos, es lo más sano dentro del marco de la pluralidad nacional, por más que a veces, no prevalezcan nuestros pareceres personales o de grupo.

–No es “espionaje”. No es “inteligencia”. Es tan solo “seguimiento político”, aseveró un dirigente de Morena en Guerrero ante el conocimiento público de la utilización de la tecnología Pegasus como instrumento electrónico de espionaje ilegal usado por el Ejército contra los que considera sus enemigos políticos y del país. Los del gobierno morenista con su burda militarización, ya ni la burla perdonan. Nos consideran ciudadanos completamente idiotas e irredentos. Al otrora “gobernador del desastre financiero”, Héctor Astudillo Flores, se le preguntó si utilizaba para el espionaje telefónico un sistema de alta tecnología denominado El Perro, cuya central estaba instalada en Casa Guerrero. Escuetamente contestó: “Desapareció”. Triple ¡uf!

–En total desprestigio público profesional quedó la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel, por la deshonestidad intelectual exhibida, décadas atrás, con el plagio de contenido en su tesis de graduación para ser abogada por la UNAM. También pesa sobre la magistrada Adela Román Ocampo, del poder Judicial de Guerrero, cuestionamientos por sus presuntos actos de corrupción en el manejo del transferido erario federal, cuando fue presidenta municipal de Acapulco. Cuádruple ¡uf!

–Como Gobernador Moral del Estado de Guerrero me irrita y avergüenza tomar conocimiento de los hallazgos e irregularidades que la Auditoría Superior de la Federación identificó en la cuenta pública del 2021 de recursos federales transferidos y ejercidos por el gobierno estatal. En particular los utilizados en la bárbara destrucción del edificio que albergaba la biblioteca del Congreso del Estado. Estuvieron involucrados, directa o indirectamente, por la parte del poder Ejecutivo estatal, la gobernadora, el secretario general de Gobierno, el secretario de Finanzas, el secretario de Obras Públicas y el secretario de la Contraloría estatal. Por parte, del poder Legislativo local, el otrora presidente de la Junta de Coordinación Política, junto con la actitud omisa del resto los demás miembros de la Jucopo, toda vez que le dieron un trato de “total secrecía” cuando supieron de tal suceso de corrupción.

–Profunda decepción me causó saber que la gobernadora constitucional, Evelyn Salgado Pineda, junto con algunos colaboradores de su “gabinete de la tómbola”, aprobaron destinar 20 millones de pesos adicionales para ocultar y subsanar tamaño latrocinio al erario federal. Nuestra mandataria estatal ya quedó tocada por la deshonestidad y la impunidad. Cinco ¡uf!

–Parece ser que el acoso sexual a las alumnas preparatorianas y de nivel profesional por parte de seudo “profesores” no es cosa privativa de la Universidad Autónoma de Guerrero. En buena parte de las escuelas públicas de educación media-superior y superior, impera esa práctica. Las concentraciones estudiantiles locales y los “tendederos” de denuncia pública de “catedráticos-acosadores”, empiezan a cundir por doquier. Seis ¡uf!

 

Artículo, Héctor Manuel Popoca, Balance de marzo, El Sur, extorsión llegó a Taxco, penitencia, Semana Santa