29 octubre,2022 5:22 am

Balance de un año de gobierno

Héctor Manuel Popoca Boone

¿Alguien ha visto a Vicente Suástegui Muñoz?

 

Como Gobernador Moral de Guerrero, hago un recuento de lo significativo ocurrido durante el primer año de gobierno constitucional de Evelyn Salgado Pineda. No haré énfasis en detallar aciertos y logros, que los hay aun cuando no en la cuantía esperada. La gobernadora cuenta con un aparato de publicidad, propaganda y panegíricos que enaltecen, diariamente, su persona, pensamiento y obra.

I.- Me centraré en lo no cumplido y que fue prometido. En los errores tenidos; pero no reconocidos. En las mentiras y engaños. Del cómo, con sombrero ajeno federal, cubre lo faltante en el hacer local gubernamental. El análisis no es con ánimo de menospreciar su potencial capacidad de gobernar, pero lamentablemente es errático y sujeto a la total manipulación de su “papá incómodo”. Cuestión sabida por todos.

II.- No se atienden del todo las ingentes demandas de supervivencia de un pueblo empobrecido, pero sí las pasarelas sociales que otorgan glamour al dar oportunidad de realizar Fashions con un buen performance. No se habla con la verdad, acerca de la fea realidad que enfrentamos todos, en todos los aspectos. Viene a mi memoria la novela Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll.

III.- Desde el inicio de su periodo como gobernante electa, en su gira triunfal por todas las regiones, además de embelesar al auditorio con sus agraciadas canciones y lucir hermosos huipiles, engañó a la población junto con su “papá incómodo”, al prometer el oro, el moro y las perlas de la virgen; comprometiéndose a resolver casi todos los problemas que aquejan a estas tierras del sur; esbozando a la vez, un horizonte de bellas realizaciones sin par.

IV.- La cruda realidad ha terminado por imponerse. La gobernadora no tuvo –ni sus asesores– la suficiente honestidad de decir lo que íbamos a enfrentar en cuanto a precariedad de recursos humanos, materiales y económicos sin par; resultantes de una grave, letal y prolongada pandemia; así como una severa crisis económica derivada de ella; y con la no menos lamentable herencia del desastre financiero que dejó el réprobo gobierno de Héctor Astudillo Flores y su “maestro incómodo”.

Las arcas públicas quedaron endeudadas a más no poder; encubierto parcialmente el déficit corrupto, gracias a un pacto, secreto y vergonzoso, entre Félix y Héctor. También del conocimiento de todos, en sus aspectos generales. La consigna presidencial de “no robar” quedo comodinamente relegada.

V.- Al comienzo de su mandato constitucional, Evelyn Salgado Pineda manifestó públicamente que no necesitaba dialogar con nadie puesto que tenía una estrategia bien definida sobre el tema de seguridad pública en Guerrero. El año transcurrido demostró el fracaso de los “Abrazos, no balazos” con la reciente masacre ocurrida en Totolapan, región de Tierra Caliente, donde la “Mesa Estatal de Coordinación para la paz”, gracias a la inteligencia militar que se aplica de tiempo atrás, sabía de antemano el horror, que provocaría el terror que desataría la delincuencia organizada. No hicieron nada con antelación para evitar tan criminal suceso.

VI.- No menos irresponsable fue haber integrado su equipo de trabajo con personas impuestas por su “papá incómodo”, a partir de un sorteo en una ¡Tómbola de puestos burocráticos!, sin importar capacidades sino únicamente incondicionalidades o méritos en campaña electoral. Los resultados están a la vista: nombramientos a partir de concebir la administración pública como botín bucanero electoral, dando por resultado: corruptelas iniciales por doquier, irresponsabilidades y falta notable de aplicación en lo cometido, sin faltar el acrecentado e histórico desorden directivo-administrativo y de trafique de plazas laborables en el sector salud y en el educativo, entre otros. Las noticias periodísticas diarias de inconformidades en esas áreas, dan cuenta pormenorizada.

VII.- A un año de ejercicio de gobierno, hay notorios incumplimientos que no tienen justificación o pretexto. Como es no haber aplicado en beneficio de los campesinos guerrerenses un fondo de garantías complementarias de 200 millones de pesos, aprobados en el presupuesto de egresos estatal de 2021, para llevar a cabo un “histórico” programa de mecanización agrícola en todo el estado. A la fecha no se ha otorgado un solo tractor.

Eso sí, el secretario del ramo se da el lujo de faltar a sus responsabilidades laborales un día hábil, para dedicarse al proselitismo político a favor de su “corcholata” favorita. Lo mismo podemos afirmar, en otro tenor, de la hasta ahora frustrada venta de las mansiones de “El Partenón” en Zihuatanejo y de “Casa Acapulco” a favor de los pobres. “No mentir” es la consigna presidencial vilipendiada.

VIII.- Hay cuatro instituciones estatales afamadas desde años atrás, por ser las cajas chicas de los gobernantes en turno; Protur, DIF, Cicaeg y la propia Sefina. Esta última sobresale por ser la histórica incubadora de facturas apócrifas o medio chuecas, para encubrir toda clase de desvíos de cash. No pidan pruebas, porque son acusados de pillos, no de tontos. No en balde el contralor estatal de la gobernadora, fue también el contralor del tristemente célebre ex gobernador del desastre financiero.

IX.- No hay la tan pregonada austeridad republicana. Basta un botón de muestra. Se mantienen comisionados al servicio privado de cada ex gobernador y de relevantes ex funcionarios públicos, a seis “ayudantes” en forma permanente; con vehículo y gasolina con cargo al erario público, para servicios privados y personales. ¡Uf!

X.- En síntesis: En Guerrero estamos cerca de afianzar los cimientos para la “Cuarta Deformación”.