29 octubre,2018 2:18 pm

Bolsonaro lleva a la ultraderecha al poder 33 años después de la dictadura 

Entre varios otros escándalos, el presidente electo es polémico por sus insultos a mujeres, negros y homosexuales, por sus elogios de la tortura y de la dictadura, y por sus constantes descalificaciones de los medios de comunicación críticos con él.
Elogia al régimen militar y promete volver a hacer Brasil como era “hace 40, 50 años”: con la elección de Jair Bolsonaro como el próximo presidente del gigante sudamericano, la ultraderecha asumirá el poder por primera vez desde el final de la última dictadura brasileña (1964-1985).

La elección el domingo del octavo presidente de Brasil tras el regreso de la democracia estuvo impulsada por el enfado de millones de ciudadanos tras años de escándalos de corrupción, que condujeron al descrédito de las viejas élites políticas.
“Cambiaré el destino del país”, dijo Bolsonaro después de que se conociera su victoria. “No se podía seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda”.
El controvertido ex militar de 63 años obtuvo el domingo el 55 por ciento de los votos válidos, casi 58 millones de apoyos. Su rival, el izquierdista Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT), se quedó finalmente con 47 millones de votos (45 por ciento).
Al mismo tiempo, unos 42 millones de los más de 147 millones de brasileños habilitados para votar no acudieron a las urnas o votaron nulo o en blanco, según los resultados oficiales.
“Ninguno de nosotros comprendió bien la magnitud del enfado de los brasileños”, analizó el politólogo Mauricio Santoro. “Creo que es el resultado quizás inevitable de una crisis política y económica muy dura en los últimos cinco años”, dijo a la agencia DPA Santoro, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Pese a su alta popularidad incluso entre sectores más moderados, muchos otros brasileños ven a su próximo jefe de Estado como un peligro para la democracia en la economía más grande de América Latina.
Entre varios otros escándalos, el presidente electo es polémico por sus insultos a mujeres, negros y homosexuales, por sus elogios de la tortura y de la dictadura, y por sus constantes descalificaciones de los medios de comunicación críticos con él.
Bolsonaro, que elogió como vicepresidente a otro militar, el general en retiro Hamilton Mourao, asume el poder el 1 de enero.
Su victoria electoral generó varias reacciones de preocupación y llamados a vigilar la situación de los derechos humanos en la potencia latinoamericana.
“Vivimos un periodo en el que las instituciones son colocadas a prueba en todo instante”, dijo Haddad tras admitir su derrota. “No tengan miedo”, agregó el político de 55 años en un mensaje dirigido a sus seguidores.
El presidente del Tribunal Supremo Federal, José Antonio Dias Toffoli, recordó por su parte a Bolsonaro su compromiso con defender la Constitución en una inusual comparecencia en la noche electoral, en la que aludió tácitamente a las declaraciones extremistas del nuevo mandatario y de su próximo vicepresidente durante la campaña.
“Una vez electo, el presidente de la república y el vicepresidente de la república pasan a ser los representantes de la nación y no sólo de sus electores”, dijo Dias Toffoli tras la elección.
“Es preciso respetar a aquellos que no tuvieron éxito en ser elegidos y también a la oposición política que se formará”, agregó. Pocos días antes de la segunda vuelta, Bolsonaro generó revuelo por amenazar a sus adversarios con una “limpieza nunca vista” y con enviarlos a prisión o forzarlos al exilio.
“Debe asegurarse la pluralidad política del país”, pidió el presidente de la Corte Suprema. “Atacar a la prensa es atacar a la propia democracia”, comentó.
Guilherme Boulos, uno de los líderes emergentes de la izquierdista brasileña, prometió una “resistencia” sólida desde la oposición.
“Bolsonaro fue elegido presidente, pero eso no le permite hacer lo que quiera ni atacar los valores democráticos. Va a haber resistencia en defensa de nuestros derechos”, dijo Boulos, que fue candidato presidencial por el pequeño partido PSOL.
La organización Amnistía Internacional, por su parte, alertó sobre el “enorme riesgo” que representa la presidencia de Bolsonaro.
“El presidente electo hizo campaña con una agenda abiertamente anti derechos humanos e hizo frecuentemente declaraciones discriminatorias contra diferentes grupos de la sociedad”, dijo la directora de Amnistía para las Américas, Erika Guevara-Rosas.
“La comunidad internacional permanecerá atenta para que el Estado brasileño cumpla sus obligaciones de proteger y garantizar los derechos humanos”, agregó.
La organización ecologista Greenpeace apuntó con preocupación a las declaraciones de Bolsonaro a favor de reducir las áreas protegidas y los territorios indígenas para abrirlos a su explotación económica.
“La población mundial necesita que el presidente Bolsonaro tome posición respecto a un futuro seguro y justo”, señaló Greenpeace.

El Brasil de Bolsonaro, ¿cercano a Trump y duro con Venezuela? 

La primera conversación con un líder internacional que dio a conocer el ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente electo de Brasil puede servir quizá como pauta de lo que podrían ser su Gobierno y su política internacional: Bolsonaro habló por teléfono con Donald Trump.
“¡Acordamos que Brasil y Estados Unidos trabajarán estrechamente en comercio, defensa y todo lo demás! Excelente conversación telefónica, ¡lo felicité!”, contó hoy el presidente de Estados Unidos en Twitter sobre esa charla telefónica.

“Fue un contacto bastante amigable”, había comentado en la noche del domingo Bolsonaro, después de ganar las elecciones presidenciales al izquierdista Fernando Haddad con el 55 por ciento de los votos.
El estadunidense fue hasta ahora la comparación más clara para intentar vaticinar lo que será el presidente Bolsonaro, calificado a menudo como el “Donald Trump brasileño” por su agresivo discurso nacionalista y populista, y sus ataques a las instituciones democráticas y los medios de comunicación.
“Va ser un abrazo de oso. Se van a querer mutuamente”, vaticinó hoy el analista estadunidense Brian Winter, experto en asuntos brasileños, sobre la posible cercanía de los dos futuros líderes de las democracias más grandes del hemisferio occidental.
Bolsonaro asumirá el poder el 1 de enero, poco antes de que Trump cumpla dos años en el poder.
La agenda de ambos en política exterior podría tener en efecto varios puntos en común, desde la oposición a Venezuela, el apoyo a Israel y la mirada reacia al creciente peso económico de China. Durante la campaña, Bolsonaro criticó por ejemplo el avance de las empresas chinas en el gigante sudamericano.
Expertos como Peter Hakim, del think tank Diálogo Interamericano en Washington, no creen sin embargo que, más allá de las similitudes en el discurso populista, vaya a haber un gran acercamiento real muy marcado entre Trump y Bolsonaro, debido a la falta de intereses comunes.
“Brasil y Estados Unidos no fueron capaces de cooperar en muchas áreas desde el restablecimiento de la democracia en Brasil”, dijo Hakim a la agencia DPA. “No es una historia conflictiva, pero es una historia en la que ambas partes no encuentran las líneas para comunicarse y para cooperar”.
Ambos países no tienen históricamente relaciones comerciales muy fuertes, debido al tradicional nacionalismo económico de Brasil. En los años de los Gobiernos de izquierda de Luiz Inázio Lula da Silva y Dilma Rousseff, el país sudamericano volcó además su mirada sobre todo hacia los mercados emergentes del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica).
Ahora, aunque uno de los principales asesores de Bolsonaro es el gurú neoliberal Paulo Guedes, cercano a la escuela neoliberal de los “Chicago Boys”, es posible que el ala militar del bolsonarismo se oponga a una apertura económica excesiva.
“El principal tema para Estados Unidos es China”, cree Hakim respecto a uno de los campos donde Washington y Brasilia podrían cooperar.
China, sin embargo, es el mayor socio comercial del gigante sudamericano y pese a las declaraciones poco amigables de Bolsonaro, el poderoso sector agrícola brasileño, que lo apoyó en la elección, podría no ver con buenos ojos un deterioro de las relaciones con la potencia asiática.
En la región, en cambio, existe la expectativa de que Bolsonaro se alinee con mayor dureza contra Venezuela, el país al que más atacó durante la campaña para desacreditar la política del Partido de los Trabajadores (PT) de Haddad.
Bolsonaro acusa al PT de Lula y de Rousseff de haber apoyado a un régimen “déspota” en Caracas, así como al Gobierno comunista de Cuba.
Hace unos días Bolsonaro, sin embargo, matizó sus ataques y dijo que no impulsará medidas contra Caracas. “Nadie quiere una guerra con nadie”, dijo. Posiblemente una señal de que Bolsonaro, que ha demostrado hasta ahora poco interés en la política exterior, no intentará liderar ninguna iniciativa regional respecto a Venezuela que vaya más allá de la retórica hostil hacia el chavismo.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, intentó en todo caso iniciar su relaciones con Bolsonaro con un tono cordial.
“El Gobierno bolivariano aprovecha la ocasión para exhortar al nuevo presidente electo del Brasil a retomar, como países vecinos, el camino de las relaciones diplomáticas de respeto, armonía, progreso e integración regional, por el bienestar de nuestros pueblos”, señaló el Gobierno en un comunicado.
Texto: Isaac Risco, DPA 

Trump quiere cooperación estrecha con Bolsonaro en comercio y defensa 

Donald Trump calificó hoy de “muy buena conversación” la que mantuvo la noche del domingo con el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, al que llamó para felicitarlo por su victoria en la segunda vuelta de los comicios en el gigante suramericano.
El presidente de Estados Unidos, con quien es comparado Bolsonaro por su discurso nacionalista y su populismo, aseguró en Twitter que ambos acordaron la víspera trabajar “estrechamente” en materia de comercio y defensa.
“Tuve una muy buena conversación con el nuevo presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ganó la carrera con un margen sustancial”, escribió Trump en la red social este lunes por la mañana.
“¡Acordamos que Brasil y Estados Unidos trabajarán estrechamente en comercio, defensa y todo lo demás! Excelente conversación telefónica, ¡lo felicité!”, añadió el mandatario.
Fue Bolsonaro la noche electoral el primero en informar de la llamada de Trump, que calificó de “contacto bastante amigable”.

Después, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, confirmó la conversación a través de un comunicado en Washington. “Ambos expresaron el fuerte compromiso de trabajar juntos para mejorar la vida de los pueblos de Estados Unidos y Brasil y como líderes regionales de las Américas”, manifestó.
Hoy se pronunció también el Departamento de Estado, que felicitó a Bolsonaro en un comunicado en el que saludó “el fuerte compromiso de Brasil con la democracia”, valoró la cooperación con el país sudamericano y expresó sus ganas de trabajar con el presidente electo en los próximos años.
“Estados Unidos y Brasil comparten una asociación vibrante basada en el compromiso mutuo de proteger la seguridad, la democracia, la prosperidad económica y los derechos humanos”, indicó la portavoz de Mike Pompeo, Heather Nauert.
“Como dos de las mayores democracias y economías del mundo, estamos trabajando juntos para afrontar los retos globales y regionales más acuciantes del siglo XXI”, añadió.
La elección de Bolsonaro en Brasil abre una nueva era de las relaciones del gigante sudamericano con el país del norte.
El ultraderechista se impuso el domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales frente al izquierdista Fernando Haddad con más del 55 por ciento de los votos. Asumirá la presidencia el próximo 1 de enero, 19 días antes de que Trump cumpla dos años en la Casa Blanca.
Texto y foto: DPA