18 mayo,2024 6:14 am

Buscando caminos para la sustentabilidad urbana

Octavio Klimek Alcaraz

 

Este texto es una nueva versión sobre el tema del título, que fue publicado en el año 2005 sobre el tema (El Sur, 16 de abril de 2005). Busca, sin ser limitativo, realizar algunos planteamientos sobre los problemas que cotidianamente enfrenta una ciudad no sustentable como Chilpancingo, en contraposición de lo que todos quisiéramos lograr una ciudad sustentable.

En general lo que se escucha es una profunda insatisfacción sobre lo que es hoy una ciudad como Chilpancingo y lo que antes fue o podría ser. Se comenta que Chilpancingo es una ciudad marginal del desarrollo de México. No hay industria, su economía aparentemente vive de la localización de las oficinas de Gobierno, de la Universidad Autónoma de Guerrero, de servicios financieros y comerciales. Aunque siempre sorprende el poder de la economía subterránea de lo informal y de lo no legal, que seguramente contribuye al crecimiento de la economía en la ciudad en una forma sustancial.

La actual ciudad de Chilpancingo es producto de décadas de gobiernos, tanto estatales –al ser la capital de Guerrero– como municipales. Difícilmente articulados ambos órdenes de gobierno en su toma de decisiones. El resultado es la ciudad que hoy tenemos, con más sombras que luces.

Se requiere que sus habitantes no sean sólo invitados a votar, sino a expresar sus necesidades, y a decidir, controlar y constituir el proceso mismo en la toma de decisiones de programas y proyectos de su ciudad derivados de las políticas públicas. Ninguna maravilla sería esto, pero esa es una diferencia fundamental entre los buenos y malos gobiernos.

Chilpancingo sufre, como muchas ciudades, una crisis. Es una ciudad que depende de insumos de la región o más allá de ella. Tiene profunda dependencia del agua, los alimentos, la energía y toda clase de bienes y materiales usados en la vida urbana; en contraposición, hay flujos negativos de la ciudad hacia la región cercana (descargas de aguas residuales, residuos sólidos y peligrosos). Aunque, también es Chilpancingo la ciudad que provee de empleo y muchos otros satisfactores a gente que vive en ciudades y poblados cercanos. Conforma una zona metropolitana.

En Chilpancingo, como en tantas otras ciudades, se han agudizado los problemas de construcción del espacio urbano, hay una división marcada entre lo legal e ilegal, lo formal y lo informal, lo rico y lo pobre. No es una ciudad incluyente en el sentido donde todos tengan igualdad de oportunidades en el acceso a los servicios y recursos.

La desigualdad social ha provocado restricciones de acceso a servicios públicos, multiplicación de zonas irregulares marginales por el crecimiento de la pobreza en el campo y en la misma ciudad. Espanta ver muchos de los sitios donde se pretende asentar la gente. Por otro lado, paulatinamente hay un fenómeno de segregación voluntaria de áreas de altos ingresos del resto de la ciudad para escapar a la inseguridad. Se requieren instrumentos técnicos, legales, sociales y económicos que frenen la anarquía territorial, crear incentivos para una utilización económica y cuidadosa de superficies, que además estén orientados en criterios ecológicos. Dirigir la inversión pública para generar ganancias para todos y no para unos cuantos.

El deterioro de la estructura física de ciudades como Chilpancingo, se refleja en el equipamiento urbano, en los servicios públicos básicos, la falta o los problemas con que operan las áreas recreativas y culturales.

El centro de la ciudad debe ser rescatado en su imagen urbana. Esa anarquía de cables de todo tipo al aire libre, no los merece Chilpancingo. Hay que introducir los servicios de electricidad y de telecomunicaciones de manera subterránea en todo el centro de la ciudad. Cambia en mucho su imagen una ciudad y se hace atractiva al visitante. Por ejemplo, desde hace años la avenida Alemán sigue con el cableado al aire libre, pese a una cuantiosa inversión para hacer el cableado subterráneo. Articulado a ello, hay que hacer una inversión en forestación urbana significativa y creación de espacios públicos para mitigar las islas de calor, urge crear sombras mayoritariamente con vegetación.

La ciudadanía de Chilpancingo vive preocupada y ocupada por el caso del agua, que es un ejemplo clásico de interacción entre una ciudad y su región. El abasto de agua depende en mucho de la conservación de los ecosistemas forestales de donde proviene el agua, sus fuentes, sus manantiales. Lograr detener la destrucción de estos ecosistemas es pues una tarea prioritaria. Esto significa impulsar una política de atención y cooperación por la gente de Chilpancingo con aquellos que viven en esas áreas forestales. Se tiene que otorgar lo justo por que estás comunidades rurales valoricen mucho más sus ecosistemas forestales, para así garantizar el suministro del agua. Por ejemplo, los habitantes y sus bosques en Omiltemi o en el entorno de la sierra del Alquitrán-Palo Blanco-Acahuizotla-Azinyahualco y otras comunidades de la región serrana de Chilpancingo, deben recibir la máxima prioridad de atención de los tres órdenes de gobierno. Buscar recuperar, como área de almacenamiento y recarga de acuífero la zona de la presa de Cerrito Rico. No escatimar presupuesto para ello, es una inversión posible, mucho más económica que apostar a grandes trasvases, si se quiere agua para Chilpancingo.

Además, el agua es un derecho para toda la ciudadanía, los que más pagan por ella son los que menos tienen. No olvidar el lema, que dice si el agua es poca al pueblo le toca. Es un tema, que debe abordarse y resolverse con participación real e informada de la ciudadanía en forma prioritaria. CAPACH, como organismo público paramunicipal debe funcionar con eficiencia. Tarea que solo con voluntad política y recursos públicos puede resolverse.

Agréguese, que las deficiencias en la operación del drenaje de aguas negras y la basura nos implican claros riesgos para el medio ambiente y la salud de los habitantes.

El proyecto de saneamiento del río Huacapa tiene que ser realidad, no se pueden seguir descargando aguas negras al río. Muchas aguas de barrancas conectadas al río Huacapa fueron tapiadas y carecen de drenaje por lo que descargan directo al río, se deben construir esos drenajes para encauzar sus aguas negras a tratamiento. Además, se debe replantear el tratamiento de aguas negras para que tenga una función social y ecológica. Es un desperdicio tratar aguas negras y luego simplemente descargarlas al río. Eso tiene solución, pero hay que hacerlo.

Por qué no soñar que, gradualmente, se rescate el río Huacapa, y se convierta en un sitio digno para la gente y el propio río, y no lo que es hoy, solo una alternativa vial insalubre. Lo que no se debe permitir es que se sigan tomando decisiones caras, que no funcionan, como la ciclovía sobre su cauce, que necesariamente debe retirarse. Es un área clave de gran importancia para Chilpancingo al margen de cualquier consulta y discusión pública.

El manejo integral de los residuos debe ser realidad, en donde se contemple la aplicación consecuente de actividades como reducir, reutilizar y reciclar los residuos antes de la disposición final. Se requiere con urgencia entrar a la separación de los residuos por el gobierno del municipio, el desperdicio orgánico directo a hacer composta para los suelos ávidos de materia orgánica, y los residuos inorgánicos a reciclaje y reutilización en lo posible. El gobierno municipal puede iniciar con un programa piloto en algunas rutas.

Otro asunto que se debe valorar, dado que, de manera recurrente en el estiaje, debido a incendios agrícolas y forestales se observa una baja calidad del aire en Chilpancingo, sería impulsar el establecimiento y operación de un sistema de monitoreo de la calidad del aire. Varios días de contingencia este año lo evidencian. Dado que no existe una estación de monitoreo fija, no había forma de saber en tiempo real la calidad del aire de la ciudad. Aunque no se cumple con la obligatoriedad de 500 mil habitantes que señala la NOM-156-SEMARNAT-2012 en la materia, es probable que si se dé el supuesto zona metropolita y/o de establecimiento y operación de emisiones superiores a veinte mil toneladas anuales de contaminantes criterio primarios a la atmósfera.

En fin, hay muchos otros temas que comentar para lograr hacer de Chilpancingo una ciudad sustentable. Donde Chilpancingo sea una ciudad, en la que los logros alcanzados en el desarrollo social, económico y físico sean perdurables.

Debe quedar claro que lograr una ciudad sustentable es fundamental para el desarrollo social y económico, es ella motor del crecimiento; que la degradación del medio ambiente afecta adversamente la eficacia económica y la equidad social y obstruye la contribución de la ciudad al desarrollo; y que la degradación del ambiente se puede evitar, lo que se requiere es enfocar un manejo proactivo construido sobre una comprensión de las interacciones complejas del desarrollo y el medio ambiente.

En conclusión, para lograr todo esto, se requiere un gobierno en lo local, más vigoroso mediante la participación de toda la ciudadanía, en el que haya mejor capacidad administrativa y de gestión; un uso más eficaz de los recursos técnicos y financieros disponibles; mejor información ambiental y conocimientos técnicos y una mejor toma y adopción de decisiones en todos los ámbitos.