4 agosto,2018 8:06 am

Cantan y bailan más de 80 mil personas en la primera jornada del festival Lollapalooza

Texto: Juan Carlos García/ Agencia Reforma/ Foto: Internet
Chicago, EU, 4 de agosto de 2018. Al ritmo de los estelares Arctic Monkeys, Khalid, Travis Scott y Camila Cabello, más de 80 mil asistentes a Grant Park, en Chicago, culminaron con fiesta y baile la primera jornada de Lollapalooza 2018.
Al mediodía del jueves, los asistentes, en su gran mayoría jóvenes y adolescentes, cargaron motores y se midieron con el sol; todos sobrios y animados. Ya por la tarde, con un cielo más nublado y entrados en copas, disfrutaron el barullo y el ambiente. Para la noche se dejaron llevar por la música entre cansados y hasta embriagados.
En la apertura del mítico festival, de cuatro jornadas, los Arctic Monkeys llenaron de júbilo a la concurrencia que se quedó hasta el final, pues además de Do I wanna know? y Brianstorm estrenaron canciones del nuevo álbum, Tranquility Base Hotel & Casino, como Four out of five, Star treatment y la homónima del material.
“Nos da alegría ser nosotros, ser genuinamente rockeros, una banda que no olvida que inició en festivales, y nos sentimos felices de encabezar este día. Nos da alegría descubrir que el rock sigue siendo la esencia de nuestra vida”, exclamó Alex Turner, vocalista, ante la multitud.
En los ocho escenarios a lo largo y ancho de Grant Park, el pulmón por excelencia de Chicago, cada estrella llevó su propia lona como fondo de escenario para darle su toque personal: The Wombats, con su osito; Franz Ferdinand, con sus estrellas; Chvrches, de cruces; Rebelution, con un minizoológico animado, y Madison Beer, con tarros de cerveza.
Cuando Camila Cabello salió al Lake Shore, donde todos corearon Havana, ya había una pugna por la mayor concurrencia en los escenarios Bud Light y Grant Park. El primero lo cimbró Khalid, quien sorprendió con Normani, su invitada en Love lies, y en el segundo, Chvrches contó con Matt Berninger, de The National, para interpretar My enemy. Ganó el intérprete de R&B.
Con temperaturas que oscilaron de los 31 grados centígrados a los 28, Lollapalooza contó con desfiles de fans en prendas mínimas. Muchos se tomaron decenas de fotos en la Clarence Buckingham Memorial Fountain, con la panorámica de edificios en el centro de la ciudad.
Jaden Smith, hijo de Will Smith, tomó el American Eagle y se puso a mover el esqueleto con pop y hip hop, como Icon y Watch me, aunque fue Blue, junto a su productor, Lido, la que hizo que toda la chaviza se le entregara.
Franz Ferdinand puso la nota rockera en el Grant Park gracias a varios hits, incluidos Do you want to, Take me out y This fire, y Travis Scott reunió a los fans del rap para corear Antidote y Love galore.
Durante casi 12 horas, ya que las luces se apagarían a las 11 de la noche, Lollapalooza fue un desfile de atuendos creativos, con caricaturas y sombreros curiosos, incluso de gente que fue a bailar hula hula mientras escuchaba la música, o a echarse unos cigarrillos de mota mientras esperaba a las estrellas.
Fiesta ecológica
Las medidas de seguridad para ingresar a Grant Park fueron meticulosas: se prohibieron mochilas con más de siete compartimientos y cualquier envase con líquido cremoso de más de 80 mililitros.
Hubo más de cinco estaciones que ofrecieron relleno de agua natural en botellas y también obsequiaron recipientes con el líquido para evitar la deshidratación.
Lollapalooza promovió el uso mínimo de plástico, por lo que pidió a los asistentes reciclar envases y vasos y no usar popotes ni bolsas.
Las entradas para el festival iban de 205 dólares hasta casi 3 mil en Platinum y 730 para backstage.
Los invitados pagaron cada consumo con pulseras activadas electrónicamente mediante tarjetas de crédito, tuvieron a su disposición estaciones para cargar celulares y también pulseras especiales para niños y papás que, en caso de perderse, eran rastreados en el sistema local.