6 diciembre,2023 4:27 am

Celebran misa en la Costera en el quinto aniversario de la desaparición de Jonathan

 

Su madre, vocera del Colectivo Verdad, Memoria y Justicia, Socorro Gil Guzmán, denuncia que todas las pruebas del caso han sido destruidas. La búsqueda se reanudaría en enero; se retrasó por el huracán Otis

 

 

 

Acapulco, Guerrero, 6 de diciembre de 2023. Jonathan Guadalupe Romero Gil fue detenido-desaparecido el 5 de diciembre de 2018 presuntamente por policías municipales y sus familiares organizaron una misa en el mural del joven que se encuentra en la avenida Costera, frente a la playa Tlacopanocha.

Su madre y vocera del Colectivo Verdad, Memoria y Justicia, Socorro Gil Guzmán, denunció que todas las pruebas del caso fueron destruidas y las búsquedas se reanudarían hasta enero por el huracán Otis.

Sobre la emblemática avenida turística, unos 20 familiares y activistas desplegaron distintas mantas con los rostros de los distintos desaparecidos, e hicieron una cruz de pétalos blancos.

Vestidos de blanco, algunos familiares de desaparecidos, sobre todo mujeres vestidas de blanco, acompañaron a su representante, Socorro Gil Guzmán, en la ceremonia religiosa realizada a las 4 de la tarde.

El padre Arturo Carrasco, de la iglesia anglicana de la Sagrada Familia, quien acompañó a las jornadas de búsqueda del colectivo en el parque nacional El Veladero en septiembre pasado, ofició la misa y recordó detrás de una mesa con un mantel verde, que son 113 mil desaparecidos en el país oficialmente, aunque pudieran ser más, advirtió.

A lado de la figura de la Virgen María, también encabezó los cantos de alabanza y mezcló sus oraciones con las demandas de los familiares de desaparecidos y gritó consignas reivindicativas por la presentación con vida. A unos metros pasaban los carros disminuyendo la velocidad ante la presencia de personas en la avenida Costera.

En el quinto aniversario también participaron integrantes del Colectivo contra la Tortura y la Impunidad (CCTI), entre ellos su representante Raymundo Díaz Taboada, y otros activistas de distintos colectivos, algunos del ámbito cultural de Acapulco.

Como reflejo de las condiciones actuales de insalubridad que se viven en Acapulco tras el paso del huracán Otis, unas 10 bolsas negras llenas de basura estaban amontadas en la banqueta donde se llevó a cabo la actividad para rememorar la desaparición del joven. Sin embargo, las moscas que rondaban no afectaron el desarrollo de la misa.

A la mitad de la misa, el padre abrazó a Socorro Gil y a su hija Nadia, quien siempre acompaña a las actividades de búsqueda de su hermano. “¡Hermano, escucha, tu hermana está en la lucha!”, es su emblema reflejado en uno de los carteles con la foto de Jonathan.

Antes de la misa, los familiares de Jonathan y los activistas caminaron desde el Muro de la Memoria, que se encuentra en el Zócalo de Acapulco, a un costado del árbol de la Esperanza que cayó antes del huracán Otis.

Con micrófono en mano, Socorro Gil Guzmán lanzó varias consignas de familiares de desaparecidos, entre ellas: “De norte a sur, de este a oeste, buscaremos a nuestros hijos cueste lo que cueste”. La actividad duró una hora.

Después de mencionar el nombre de Jonathan y contestar con la palabra presente, varios familiares recordaron varios nombres de sus desaparecidos, y luego: “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.

Socorro Gil Guzmán declaró a El Sur que los cinco años de la desaparición de su hijo Jonathan han sido los “más difíciles de la vida de un ser humano, yo no sé si pudiera explicar con palabras lo que siento porque es un dolor muy grande el que yo estoy viviendo, la injusticia de las autoridades”.

“A la fecha no hay avance en la carpeta, se encargaron de destruir por completo todas las pruebas, las evidencias que había en la carpeta. Es como si a mi hijo se lo hubiera tragado la tierra, como si viviéramos en un pueblo donde no existen las autoridades, cuando existen las autoridades”.

Afirmó que las autoridades “no han hecho nada al respecto, como si se hubiesen llevado cualquier cosa y no la vida de un ser humano. Se lo llevaron de este lugar junto con otra persona a la que asesinaron, a la que se encontró muerta y que ni siquiera fueron para investigar la muerte de Carlos”.

Pidió que “las autoridades volteen a vernos, que los tres niveles de gobierno hagan algo, que no queden impunes las desapariciones, que no sólo es mi hijo, que no solamente busco a una persona”.

Señaló al ex fiscal David Muñoz García de desaparecer “todas las pruebas que había y a la fecha me dicen que no hay qué investigar, no hay dónde, no hay cómo y por más que haya insistido que hay una patrulla que fue a tirar a Carlos, que estaba ese video y aun así no han hecho nada”.

Entre sollozos, pidió a las personas que se llevaron a su hijo “que se toquen el corazón, yo sé que tienen un corazón dentro de ellos; que me digan dónde está mi hijo, son cinco años de tortura, de no vivir una vida normal, de pasármela de aquí para allá buscando a mi hijo, aprendiendo a buscarlo bajo la tierra”.

Hizo un llamado a los policías responsables: “ya no busco culpables ni siquiera busco que los metan a la cárcel, solamente que me digan dónde está mi hijo. Es lo único que deseo, encontrarlo después de cinco años, saber dónde está y si son sus restos, que ya no está con vida, eso me bastaría para seguir con una vida, tal vez ya no igual, pero sí con una vida, una vida que me arrancaron el día que se lo llevaron”.

Contó que la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas (Cebp) “paraba todas las búsquedas por el huracán y supuestamente andaban trabajando aquí en Acapulco”.

“No me consta porque no los he visto, el maestro Arturo (Solís Felipe) no nos quiso decir dónde estaba, nos quisimos sumar al trabajo con ellos, entonces no estoy segura de que sí estaban trabajando en Acapulco”.

Indicó que ya no les respondieron los oficios y se pospuso la búsqueda en vida que estaba planeando el colectivo, entonces posiblemente reinicien esas actividades en enero.

 

Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Carlos Carbajal