10 julio,2018 5:44 pm

Centroamérica y México califican de “fructífera” reunión con Kirstjen Nielsen 

Texto: DPA/ Foto: @SRE_mx (Twitter)

Guatemala, El Salvador, Honduras y México debatieron la crisis migratoria en la región con la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, en una reunión en Ciudad de Guatemala que calificaron de “fructífera”, pero en la que también hubo lugar para duras críticas.

“Separar niños es una acción cruel e inhumana”, se quejó el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, durante una declaración al final del encuentro junto a la propia Nielsen y sus homólogos de los tres países centroamericanos.
“Juntos podemos encontrar soluciones” a los “retos muy urgentes que estamos enfrentando” en materia de seguridad y migración irregular, destacó Nielsen al corresponderle el turno de hablar ante los medios. Por ello, abogó por “buscar soluciones como región” y subrayó: “es vital hacerlo como amigos y socios de una misma región”.
Pese al reproche inicial contra la política “tolerancia cero” adoptada por el Gobierno de Donald Trump y que originó la actual crisis migratoria por la separación de miles de familias en la frontera sur de Estados Unidos, Videgaray dijo que el encuentro en Ciudad de Guatemala fue “útil, importante y oportuno”.
Según el titular mexicano de Relaciones Exteriores, la importancia de la cita de este martes fue que se definieron “acciones concretas para impedir que esto vuelva a ocurrir y cómo ayudar a reunificar” a las familias separadas.
A la reunión asistieron asimismo los titulares de Relaciones Exteriores de Guatemala, Sandra Jovel; de Honduras, María Dolores Agüero; y de El Salvador, Carlos Castañeda.
Jovel declaró: “Tuvimos una reunión muy fructífera” con “un diálogo franco y abierto sobre temas de interés regional en materia migratoria”.
Castañeda, en tanto, dijo que la reunión fue “muy positiva”. Consideró que se abordaron “con mucha profundidad” los retos que plantea el tema migratorio y dijo que su país enfatizó en una solicitud para acelerar la reunificación de las familias separadas tras su detención por las autoridades migratorias estadounidenses.
“Salimos muy satisfechos y más convencidos sobre la necesidad de integrar nuestros esfuerzos”, añadió.
El objetivo del encuentro, que tuvo lugar en un hotel de la capital guatemalteca, fue abordar el tema de la migración ilegal “desde una perspectiva integral” y definir una “estrategia conjunta” para reducir el número creciente de migrantes que desde los países del Triángulo Norte de Centroamérica y desde México intentan llegar de forma ilegal a Estados Unidos, informaron las Cancillerías de México y Guatemala.
También participaron en el encuentro el ministros del Interior de Guatemala Enrique Degenhart; el ministro de Seguridad salvadoreño Mauricio Ramírez y su homólogo hondureño Julián Pacheco, así como el subsecretario de Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación de México, José Luis Stein.
El encuentro surgió de la visita a Guatemala a fines de junio del vicepresidente estadounidense, Mike Pence. “Este éxodo tiene que terminar”, dijo en esa ocasión, a la vez que subrayó que la inmigración ilegal representa una “amenaza para la seguridad de Estados Unidos”.
La mayoría de las familias que cruzan sin papeles la frontera hacia Estados Unidos procede de Honduras, El Salvador y Guatemala, los países del violento Triángulo Norte de Centroamérica.
Sin embargo, a tenor de las cifras de detenciones de junio ofrecidas por el Departamento de Seguridad Nacional, parece que el pasado mes se redujeron considerablemente los cruces ilegales.
El número de detenciones registradas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en junio fue de 34 mil 114, frente a 40 mil 338 en mayo.
Ese 18 por ciento menos fue celebrado por la secretaria de Seguridad Nacional Nielsen como un éxito de la política de “tolerancia cero”.
La restrictiva política migratoria de Trump ha llevado además a que unos 3 mil menores de edad hayan sido arrebatados de sus padres desde el pasado 19 de abril. Si bien el presidente puso fin a esa práctica en medio de una ola de críticas, propuso en cambio que los niños fueran encarcelados junto con sus padres, una medida que acaba de ser rechazada por una juez federal.
Por otra parte, el Gobierno de Trump canceló a principios de mayo el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) de unos 57 mil hondureños que entraron en EU después de que el huracán “Mitch” devastara el país centroamericano en 1998. Trump les dio de plazo hasta el 5 de enero de 2020 para que abandonen Estados Unidos o regularicen su situación por otros cauces.
Se estima que en Estados Unidos viven cerca de un millón de hondureños, 2.8 millones de salvadoreños, 1.2 millones de guatemaltecos y más de 11 millones de mexicanos, la comunidad inmigrante de habla hispana más grande del país.