20 octubre,2020 5:18 am

César eterno

Arturo Martínez Núñez

 

El domingo antepasado, al filo de las 2 de la tarde, la familia del profesor César Núñez Ramos, recibimos la peor noticia que podíamos tener, la vida de César estaba llegando a su fin.

César se fue luchando, pero en paz, rodeado del amor de sus seres queridos, y de los buenos deseos de sus compañeros, de sus adversarios, porque no tenía enemigos, y del cariño y reconocimiento de mucha gente con la que luchó a lo largo de décadas en Guerrero, en la Ciudad de México y en otras partes de la república en donde se entregó por completo a todas las causas que abrazó.

Su familia nuclear, su esposa, sus hijos y sus nietos, así como sus hermanos María de la Luz y Serafín, perdieron a un ser luminoso, alegre, generoso, disciplinado e incorruptible.

El resto de la familia perdimos a nuestro tío querido, al siempre simpático, siempre amable, siempre generoso, al que a la menor provocación sacaba la guitarra y nos ponía a cantar y podía convertir cualquier aburrida comida en una larga y memorable bohemia.

César siempre que me veía tomaba la guitarra y entonaba algunos acordes de “una furtiva lagrima” como si el que esto escribe, fuera capaz de alcanzar el tono de tenor que se necesita para cantar esa aria, pero la lucha se la hacíamos, algunas ocasiones incluso nos atrevimos a intentar alguna pieza del cancionero napolitano como Torna a Surriento y alguna otra aria de Turandot. Pero lo suyo, lo suyo, era el bolero romántico, la canción mexicana, el repertorio guerrerense de José Agustín Ramírez, sin faltar las canciones de lucha con las que nos formamos, crecimos, y nos volvimos hombres y mujeres.

Guerrero y México pierden a un magnifico luchador, concertador, hombre duro y recio en sus ideales, pero suave y cordial en sus formas.

Jamás un exabrupto, jamás una mala palabra, jamás un grito o una actitud fuera de tono.

La pérdida de César es una pérdida para todos los guerrerenses, pero para todos sus familiares, será un dolor permanente, profundo e irremediable.

Como dijeron sus hijos, nos queda su ejemplo y nos queda su marca, no para igualarla, no para superarla, sino para construir cada uno nuestra propia ruta, nuestra propia historia, siendo siempre coherentes, siempre congruentes y siempre indomables.

César el dirigente deja este plano, los miembros del su equipo político habrán de articularse alrededor de la figura que ellos consideren que pueda asumir el liderazgo del equipo que consolidó.

Los familiares no perdemos al líder político, perdemos a la persona. Yo pierdo al más simpático de mis tíos con el que disfrutaba tocar la guitarra y cantar, al que le pude ayudar en algunas acciones en los primeros tiempos de la construcción del entonces Movimiento de Regeneración Nacional, al padre de mis tres primos y al abuelo de mis dos sobrinos.

Las muestras de afecto y de cariño de innumerables personas, nos hablan del enorme legado y cariño que sembró César en su largo andar por el estado de Guerrero. Esas muestras a través de mensajes, llamadas, esquelas y publicaciones en redes, alivian el corazón y se agradecen de manera sincera.

César vive, César vivirá… ¡¡¡Que viva César Núñez Ramos!!!