22 noviembre,2018 1:39 pm

CIA tiene audio de príncipe saudí hablando de Khashoggi 

El heredero, Mohammed bin Salman y su hermano mostrarían en ese diálogo su malestar por las críticas públicas del periodista a su país. El autor añade que habría pruebas “impresionantes” de que la CIA ha espiado más conversaciones de las que reconoce.

La Agencia Central de Inteligencia estadunidense (CIA) tiene la grabación de una controvertida conversación telefónica del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en la que habla del caso del periodista crítico asesinado Jamal Khashoggi, asegura hoy el diario turco Hürriyet.
En esa conversación el príncipe heredero habría dicho que Khashoggi debería “ser silenciado lo antes posible”, publica el diario citando fuentes sin especificar.
Según la información, la directora de la CIA, Gina Haspel, señaló durante una visita a Turquía el mes pasado que los servicios de inteligencia habían espiado una conversación entre el príncipe heredero y su hermano Khalid bin Salman. Este último es el embajador saudí en Estados Unidos.
Ambos mostrarían en ese diálogo su malestar por las críticas públicas del periodista a su país. El autor añade que habría pruebas “impresionantes” de que la CIA ha espiado más conversaciones de las que reconoce.
La información aumenta la presión sobre Estados Unidos para que impulse el esclarecimiento del caso y se publica poco después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, manifestara su compromiso con la alianza entre Washington y Riad.
Kashoggi fue asesinado el 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul, donde había acudido a recoger unos documentos para poder casarse con su novia turca, sin que haya rastro de su cadáver. Tras una fuerte presión internacional, Riad acabó reconociendo que el asesinato fue ejecutado por un comando de su país, asegurando sin embargo que la orden no fue dada por la Casa Real.
El Gobierno turco lleva semanas dando detalles sobre el caso a través de medios cercanos al Gobierno. Asegura que tiene grabaciones de audio de dentro del edificio que entregó a algunos países. Pero casi ninguna información se pudo verificar de forma independiente.
Turquía y Arabia Saudí son además rivales por el poder regional y Ankara percibe como una afronta que la desaparición fuera orquestada en Estambul. El presidente Erdogan denunció además la implicación de círculos al más alto rango saudíes y no quiere ceder hasta que el caso se resuelva.
Texto: DPA

Indulto a Riad: Trump cambia de rumbo en el caso Khashogui 

El presidente estadounidense, Donald Trump, compareció en la tarde del martes en el jardín de rosas de la Casa Blanca para cumplir con la tradición presidencial de indultar dos pavos antes del día Acción de Gracias que se celebra el jueves. Pero en su comparecencia indultó a alguien más: al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, conocido como “MbS”.
Aunque el considerado verdadero hombre fuerte de la monarquía del Golfo tuviera constancia del asesinato del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi en el consultado del su país en Estambul, Trump seguirá siendo aliado de Riad. Porque para Washington es más importante el dinero de los saudíes que la condena.
Trump conoció el martes un informe sobre el caso Khashoggi, asesinado el 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul, donde había acudido a recoger unos documentos para poder casarse con su novia turca, sin que haya rastro de su cadáver. Tras una fuerte presión internacional, Riad acabó reconociendo que el asesinato fue ejecutado por un comando de su país, asegurando sin embargo que la orden no fue dada por la Casa Real.
La implicación o no del príncipe heredero es ahora la principal incógnita. Medios estadounidenses publicaron un presunto informe de la CIA que apuntaba a “MbS”, pero Trump negó que su Gobierno tuviera una conclusión oficial sobre el caso.
Y el martes llegó el comunicado de la Casa Blanca en forma de bizarro y cuestionable texto titulado con el famoso lema de Trump: “American First” (Estados Unidos primero). “¡El mundo es un lugar muy peligroso”, sigue, antes de comenzar el mensaje con acusaciones contra Irán, su enemigo preferido, que no tiene nada que ver con la muerte de Khashoggi. De hecho, Irán es el principal rival geopolítico de Arabia Saudí.
Trump argumenta, entre otras cosas, que los iraníes casi obligaron a los saudíes a embarcarse en su guerra indirecta en Yemen, un hecho muy cuestionable si se tiene en cuenta de que la coalición sunita liderada por Riad se considera uno de los mayores agresores del conflicto en el que numerosos civiles han muerto por sus ataques aéreos.
Además, Trump alabó al Gobierno de Riad por destinar millones en la lucha contra el terrorismo islamista radical, sin mencionar directamente el papel de Arabia Saudí en la difusión del wahabismo, una lectura muy conservadora y extremista del Islam muy vinculada a la ideología de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Y después, el mandatario alaba los encargos millonarios, sobre todo armamentísticos, firmados durante su visita a Riad el año pasado. Cancelar esos acuerdos ahora “de forma insensata”, como le exigen algunos republicanos, sólo favorecería a Rusia y China, alerta el presidente, sin esconder el importante papel que desempeña Riad en la extracción de petróleo.
Trump dibujó un escenario amenazador: una drásticas subida del crudo, la pérdida de cientos de miles de empleos e inmensos daños económicos serían el coste de su ruptura con Riad, algo a lo que no se quiere arriesgar. Y reconoce abiertamente que los derechos humanos, los valores, los principios morales desempeñan un papel secundario. Lo principal es el dinero y el poder.
Arabia Saudí es uno de los principales productores de crudo del mundo, el mayor comprador de armas estadounidenses y un importante inversor. Y Trump necesita a los saudíes para llevar a cabo su estrategia regional y su enfrentamiento contra Irán.
Pero suena pérfido que Trump condene el asesinato de Khashoggi y que casi al mismo tiempo parezca acusar al muerto. “Representantes de Arabia Saudí dicen que Jamal Khashoggi era un ‘enemigo del Estado’ y un miembro de los Hermanos Musulmanes, pero mi decisión no se basa de ningún modo en eso; es un crimen inaceptable y terrible”, dijo Trump. El rey Salman y su hijo “Mbs” desmintieron “enérgicamente” tener conocimiento de los hechos.
“Nuestros servicios secretos siguen estudiando todas las informaciones, pero podría ser que el príncipe heredero conociera ese trágico suceso, quizá lo conocía o quizá no!”, escribió. “Aparte de eso, quizá nunca conozcamos todos los hechos que rodearon el asesinato de Jamal Khashoggi“.
La consecuencia de ello, desde el punto de vista de Trump, es que “Estados Unidos pretende seguir siendo un socio inquebrantable de Arabia Saudí para garantizar los intereses de nuestro país, de Israel y del resto de socios de la región”.
La conclusión de Trump parece distinta a la alcanzada por la CIA, según publicaba el viernes “The Washington Post”. De confirmarse, no sería la primera vez que el presidente contradice a sus servicios secretos, como ya hizo en la cuestión de la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
En Riad el comunicado de Trump será probablemente muy aplaudido. El ministro de Exteriores, Adel al Yubair, había dicho poco antes al diario “Al Sharq al Awsat”, financiado por el país, que el rey y el príncipe heredero suponían una “línea roja”. Y al único político al que veían como un verdadero peligro en el caso, el presidente Trump, parece que ha dejado de serlo.
El Gobierno de Washington sancionó a 17 ex funcionarios saudíes a los que se acusa de estar implicados en el caso Khashoggi. Y eso parece bastarle a Trump.
Tras el indulto de los pavos en la Casa Blanca, Trump se marchó a Florida. Allí, en su club Mar-a-Lago, pasará Acción de Gracias. En la pista de helicóptero de la Casa Blanca los periodistas le siguieron preguntando, también sobre Khashoggi. “Es una situación muy compleja”, dijo Trump. “Es una vergüenza, pero es lo que es”.
En lo personal aseguró no tener intereses financieros en Arabia Saudí, y no mencionó sus buenos negocios con los saudíes como magnate de la construcción.
Los dirigentes de Riad saben en ahora en cualquier caso que cuentan con el incondicional apoyo de Trump, hagan lo que hagan. Una señal que también se dirige a otros líderes autoritarios del mundo: mientras un país sea lo suficientemente importante en lo económico, Estados Unidos perdona algo así. Al menos bajo la presidencia de Trump.

Texto: Can Merey y Christiane Jacke, DPA / Foto: @Mohamme88819167 (Twitter)