26 diciembre,2023 4:52 am

Cientos de acapulqueños y visitantes colman playa Papagayo a dos meses del paso de Otis

 

Con Caleta y Caletilla fueron las más concurridas este lunes de Navidad

 

Acapulco, Guerrero, 26 de diciembre de 2024. Las populares playas de Caleta, Caletilla y Papagayo fueron visitadas ayer, que se cumplieron dos meses del paso del huracán Otis, por cientos de acapulqueños y turistas que cumplieron con la tradición de aprovechar el Día de Navidad para acudir al mar.

Un gran yate de lujo encallado en la arena de la playa Caleta es de los pocos recuerdos visibles del huracán Otis porque gran parte de la devastación causada por los fuertes vientos y la lluvia ha sido removida. Decenas de sombrillas rodearon la embarcación y hasta una casa de campaña estaba puesta sobre la arena.

Otra consecuencia aún palpable es la disminución del número de lanchas, sobre todo las de paseo con fondo de cristal, que flotaban en las apacibles aguas de esta zona de Acapulco. Pero el inflable de “banana”, que se vio moviéndose con varios jóvenes y adultos emocionados con el recorrido veloz dentro de la bahía, contrastó con alguna posible imagen de los estragos del meteoro que golpeó Acapulco.

La reconstrucción, aún en marcha, de algunas palapas de los restaurantes de Caletilla, se convirtió en otra prueba de que el sector turístico todavía no se recupera al 100 por ciento de los daños que sufrió, aunque cientos de visitantes, muchos de ellos turistas de la Ciudad de México, comían mariscos, casi a orilla del mar sin que las olas los molestaran.

El puente que cruza al islote del extintor Mágico Mundo Marino ya está clausurado y los postes de madera que representaban la imagen de entrada para esta playa también fueron removidos. Unos seis soldados vigilaban en la banqueta de la avenida Costera el paso constante de turistas y locales que se refrescaron ayer en el mar para empezar así la última semana de 2023.

 

“Vamos a rescatar Acapulco”, dice un entusiasmado vecino en la playa Papagayo

“Vamos a rescatar Acapulco”, dijo Alejandro Flores Barragán, uno de los cientos de vecinos de la ciudad que cumplieron con la tradición de acudir a la playa Papagayo el 25 de diciembre, Día de Navidad, a dos meses del paso del huracán Otis.

También acudieron turistas de la Ciudad de México, pero en menor cantidad que los locales, quienes llevaron sus cervezas y para comer hasta en las piedras, que conforman el morro que divide a la plácida playa Papagayo con playa Hornos.

Más allá del hotel Kristal, sin embargo, casi nadie pisaba la arena, todos los bañistas estaban concentrados en el semicírculo de playa que se forma frente al Asta Bandera. Uno de ellos era Alejandro Flores, quien estaba sentado en una silla de plástico y bajo una sombrilla rentada a las 2 de la tarde de este lunes, junto con sus dos hijos, su concuño, su cuñada y su sobrina.

Agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador porque “apoyó mucho” a su familia y dijo sentirse bien este lunes, día en el que se cumplieron dos meses del meteoro que destrozó Acapulco.

El señor Alejandro Flores, quien tomaba unas cervezas y comía con sus pies enterrados en la arena, consideró que el mandatario federal es un “chingón, apoyó al 100 por ciento a todos los acapulqueños”. Frente al mar, dijo que la playa Papagayo estaba “hermosa, bien cuidada”, y lo adjudicó a los gobiernos estatal y municipal y pidió a sus paisanos acapulqueños levantar la basura para mantener limpia la franja de arena y que regrese el turismo a la ciudad.

“Vamos a rescatar a Acapulco, gracias a Dios”, sostuvo Alejandro Flores en medio del bullicio de las demás familias, y auguró que van asistir más personas el 31 de diciembre y el día siguiente.

Invitó a los connacionales y extranjeros a visitar Acapulco, “los vamos a recibir con los brazos abiertos”, celebró de manera entusiasmada mientras que un vendedor de paletas descansaba a unos metros de distancia.

Otros vendedores caminaban sobre la arena y ofrecían sus platos de campechana de 180 pesos, con salsas y limones puestos sobre platos de unicel; otros ofrecían sus toallas con las figuras de un billete de dólar y cerveza Corona. No se vio algún dispositivo de seguridad especial por la temporada vacacional, sólo estaban los mismos elementos de la policía turística que están en la banqueta alrededor del Asta Bandera.

No había espacio para estacionar el carro, varios automóviles, sobre todo de la Ciudad de México, estaban estacionados desde la tienda Soriana hasta el hotel Kristal, mientras que los acapulqueños llegaban en transporte público. Tampoco se vieron los numerosos autobuses que acaparan en estas fechas gran parte de la banqueta que rodea el parque Papagayo, esta vez sólo había unos cuantos y también unas camionetas Urvan.

 

Texto: Ramón Gracida Gómez / Fotos: Jesús Trigo