19 septiembre,2020 9:48 am

Comienza el Festival de Cine de San Sebastián con Woddy Allen y su nueva película “Rifkin’s festival”

Lamenta el director en videoconferencia desde Nueva York que se dé prioridad a las cintas comerciales y no a los filmes de autor

San Sebastián, España, 19 de septiembre de 2020. El 68 Festival de Cine de San Sebastián comenzó ayer por todo lo alto con la proyección, fuera de concurso, de Rifkin’s festival, un homenaje del director Woody Allen al viejo cine europeo que ama y que, según dijo en videoconferencia de prensa, no tiene por qué ser algo del pasado.

“Bergman, Truffau, Fellini. Es posible tener cineastas autores en el futuro, no veo la razón por la que no pueda haberlos. Aquellos fueron una gran influencia y siguen siendo clásicos, igual que las obras de literatura”, señaló el director vía satélite desde Nueva York, conectado al Palacio del Kursaal, sede del certamen, a través de una pantalla de plasma.

“Pero estoy seguro que habrá artistas iguales a esos maestros del pasado (…) Hoy hay cineastas muy buenos que hacen películas muy serias, que suelen funcionar menos bien que el cine comercial; desgraciadamente vivimos una época en la que el cine comercial gana miles de millones; eso antes no pasaba”.

A las salas, indicó, “no les sale rentable mostrar filmes de bajo presupuesto y ganan más con esas otras; siempre es así, pero los que son artistas surgirán y aparecerán, aunque sea con una llama más baja, pero también será mas duradera.

“La cosmética ha cambiado, pero el principio sigue siendo el mismo”, resumió el director de Annie Hall (1977).

Allen disparaba así desde la primera respuesta: “Mi festival ideal sería uno que tuviera películas sin mucha promoción a nivel comercial y que pudiera ver mucha gente; cintas curiosas, sin tirón comercial, no las típicas, y que las pudieran ver los críticos y difundirlas por el mundo”.

La sala de prensa del Kursaal se estrenaba en esta difícil edición del festival con menos de la mitad de los periodistas que suelen acudir a sus encuentros internacionales; así, con apenas 80 representantes de medios de comunicación de todo el mundo –muchos se quedaron fuera–, Allen en una pantalla y el actor protagonista, Wallace Shawn, en otra, fueron recibidos con una ovación.

Esta es la segunda vez que Allen inaugura el Zinemaldia, tras la apertura en 2004 con Melinda and Melinda, cuando el festival le entregó el Premio Donostia y le dedicó una retrospectiva a su obra, pero su presencia, aunque sea virtual, tiene un significado especial:

“Había rodado en Barcelona, en Oviedo, en Avilés y fue maravilloso. Me pregunté dónde podía rodar que no hubiera estado antes y me acordé de la hermosa y encantadora ciudad, recordé el festival y pensé hacer un guión con esa base”.

Pero el encuentro se ha rendido muchas otras veces al genio inapelable del cine que es el cineasta neoyorquino; desde 1979, Allen ha mostrado al público donostiarra sus mejores obras: Manhattan (1979), Zelig (1983) o Manhattan murder mystery (1993), igual que ahora, fuera de competición, y también en secciones paralelas.

En Rifkin’s festival se repite no menos de una decena de veces en las voces de varios de sus protagonistas “lo bonita” que es San Sebastián, entre ellos, los españoles Elena Anaya y Sergi López –destacables trabajos de ambos–, además del francés Louis Garrel, Gina Gershon y Christoph Waltz.

Tras el revuelo que causó el rodaje el pasado verano en San Sebastián y otras localidades de Gipuzkoa, la cinta es un “publirreportaje” hecho desde el corazón de alguien que conoce bien la tierra que pisa. De las vistas panorámicas de la bahía de la Concha desde un famoso restaurante, a sus rincones más chic o espectaculares y, en casos, desde ángulos poco conocidos.

Toda la cinta es un flashback que narra la historia de un matrimonio estadunidense que acude al Festival de San Sebastián a causa del trabajo de ella, más joven y activa que él, y cómo sus vidas dan un vuelco no sólo a nivel personal y afectivo, sino por el embrujo que causa en ambos el encanto de un certamen donde aún es real la fantasía del mundo del cine.

Tras elogiar al cine español de los últimos años, y a Pedro Almodóvar, que ha “inspirado” a la industria mundial, el veterano cineasta consideró que España “está llena de actores fabulosos, y es uno de los países de mayor contribución al cine europeo”.

Se trata de la cuarta cinta que produce la española Mediapro, que ya estuvo detrás de Midnight in Paris, Conocerás al hombre de tus sueños y Vicky Cristina Barcelona, cintas que le valieron dos Oscar, entre otros reconocimientos.

Su presidente, Jaume Roures, que también participó en la rueda de prensa, reveló que Allen siempre quiso hacer esta película en San Sebastián y, aunque no comparte “el tema de las postales”, en referencia a la promoción de las ciudades donde rueda el cineasta, sí afirmó que “era fundamental para darle su encuadre del cine de toda una generación que necesitaba”.

Rifkin’s festival es una de las mejores referencias de los festivales cinematográficos de los últimos 70 años, dónde iba a ser, sino aquí. Y nosotros, encantados”, zanjó Roures.

La cinta llegará a las salas el 2 de octubre.

Comienzo en la pandemia

Con este estreno mundial arranca la 68 edición del Festival de San Sebastián, que culminará el 26 de septiembre con una gala en donde se entregará la Concha de Oro a la mejor película, el máximo galardón por el que compiten 13 producciones de Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Asia, seis de ellas repescadas del cancelado Festival de Cannes.

En la sección latinoamericana Horizontes Latinos concurren nueve cintas. La primera en entrar en competencia, el viernes, es El prófugo, un thriller dirigido por la argentina Natalia Meta, que ya compitió a inicios de año en la Berlinale.

El festival se celebra en medio de fuertes medidas para prevenir el coronavirus, en una España actualmente sumida en la segunda oleada.

Los aforos autorizados en las salas son de entre un 40 y un 60 por ciento, las proyecciones se redujeron en 23 por ciento respecto al año pasado, e igualmente no habrá alfombra roja para que el público aclame a sus estrellas a su llegada al hotel María Cristina.

Debido a las restricciones de viajes, muchas estrellas no podrán venir a defender sus citas, aunque sí lo harán al menos Johnny Depp como productor de Crock of gold –un documental sobre Shane MacGowan, líder del grupo punk irlandés The Pogues–, o Matt Dillon como director de El gran Fellove, otro documental sobre el músico cubano Francisco Fellove.

Texto: Redacción / Foto: Especial