4 agosto,2023 3:10 pm

¿Cómo logró la inteligencia artificial su ojo fotográfico?

 

Ciudad de México, 4 de agosto de 2023. Para comprender cómo es que un programa de inteligencia artificial pudo llegar a crear imágenes prácticamente indistinguibles de una fotografía, como ya ocurre cotidianamente en la actualidad, vale la pena regresar hasta el origen más remoto de esta tecnología.

En una conferencia dictada en la sede de la editorial Artes de México la tarde del jueves, Gustavo Prado, especialista en el estudio de tendencias y curador fotográfico, ubicó este antecedente lejano, de manera insospechada, en un peculiar aparato llamado “radiómetro”, inventado por William Crookes en 1873.

Este peculiar “rehilete de luz”, el primer ojo mecánico de la historia que pudo diferenciar entre un ambiente iluminado y uno oscuro, es el inicio de un trayecto tecnológico que llevó a las máquinas a poder “ver” y “crear” imágenes de calidad fotográfica, como lo hacen los seres humanos.

“Es una historia del ojo, pero una historia del ojo diferente a la normal, a la que todos nosotros conocemos”, expuso Prado.

Con esta reflexión dio inicio el ciclo de charlas Arte + Inteligencia artificial, en el que, todos los jueves de agosto, especialistas en distintas materias evaluarán la emergencia de las creaciones artísticas a partir de una tecnología que ya se usa de manera habitual en todo el mundo.

Prado, fundador de la agencia Trendo y excurador del Foto Museo Cuatro Caminos y el Centro de la Imagen, explicó el estado actual de la creación fotográfica con inteligencia artificial y trazó su desarrollo a través del tiempo.

“Llegamos a un momento en la cultura humana, en la historia humana, o como ustedes lo quieran mencionar, en el que lo que yo digo, se crea”, resumió.

Con ello, se refirió a la capacidad de herramientas como Midjourney, un programa de inteligencia artificial generativa que crea imágenes de calidad fotográfica a partir de descripciones realizadas por el usuario.

Los resultados, previno, son todavía distintos a los producidos en los márgenes de los géneros artísticos con los que, históricamente, el ser humano ha desarrollado su trabajo.

“Ahorita le están llamando ‘Sintografía’ al género. No es fotografía, no es ilustración, es sintografía, y le dicen así porque es la síntesis de todas las imágenes que están en Internet que, a través de una inteligencia artificial, las procesa y crea una imagen”, aclaró.

En una charla de hora y media, Prado detalló cómo es que el radiómetro de William Crookes dio paso a la celda fotovoltaica, luego a los sensores de luz y, eventualmente a los escáneres que todos conocemos en el supermercado o para digitalizar libros enteros.

Desarrollos tecnológicos como la computadora misma, los láseres, los códigos de barras y los códigos QR terminaron por crear los ojos mecánicos con los que las máquinas adquirieron la capacidad de “ver”, es decir, de procesar imágenes de forma sofisticada.

“Les estoy contando cómo se desarrolla el ojo de las máquinas, cómo esto lleva a estos procesos en los que la máquina ve, identifica, y eso que estoy contando muy primitivo, tiene todo un proceso de evolución”, sintetizó Prado.

Posteriormente, empresas como Google vertieron cantidades colosales de imágenes y de libros en sus servidores, dos tipos de información que, en un inicio, las computadoras no podían relacionar.

Fue por ello, apuntó el especialista, que se utilizó a los millones de usuarios de Internet del mundo para que las máquinas pudieran comprender la relación entre una imagen y la palabra que la designa.

Esto se hizo a partir de los ejercicios que cotidianamente tienen que llevar a cabo los usuarios para comprobar que “no son robots”, como identificar calles, semáforos, puentes, barcos y cualquier cantidad de objetos y tipos de vialidades.

Eventualmente y por distintas formas, esto llevó a que la inteligencia artificial pudiera saber qué palabra se usa para cada imagen y, con ello, poder crear síntesis de imágenes a partir de lo que los humanos describen, como lo hace Midjourney.

“Resulta que hoy somos en la Tierra casi 9 mil millones de personas y en Midjourney hay aproximadamente 1 millón de personas que están haciendo imágenes, entonces es limitada la cantidad de gente que lo está haciendo, pero plantea una serie de revoluciones acerca de la posibilidad de la creatividad”, aquilató Prado.

Con un avance tecnológico vertiginoso y exponencial, el especialista asegura que, desde la creación de estos programas generadores de imágenes por inteligencia artificial, comenzó una nueva era para la creación artística humana.

“Suena apocalíptico, pero yo no creo que tenga nada de malo. El venerable arte de la fotografía, que empieza en 1826, es algo que vivió de 1926 hasta el 22 de noviembre de 2022 día en que surgió Midjourney, y lo que siguió fue otra cosa totalmente diferente; ése es el tamaño de lo que está por venir”, juzgó.

Por ello, en ese camino trazado desde el ojo mecánico de William Crookes hasta la ‘sintología’, el futuro inmediato trae consigo nuevas posibilidades para el arte que apenas pueden comenzar a imaginarse.

El ciclo de charlas Arte + Inteligencia artificial reunirá a los críticos de arte Baby Solís y Alonso Cedillo, al investigador de cultura digital Jacob Bañuelos, al abogado León Felipe Sánchez y al fotógrafo Gerardo Montiel Klint a discutir sobre temas urgentes como los riesgos y posibilidades de esta tecnología, el derecho de autor y sobre los nuevos desarrollos.

Organizado por el Centro Cultural Artes de México, el ciclo puede seguirse de manera presencial o virtual, con un costo de mil 500 pesos por cinco sesiones o de 400 por sesión, entre las que se incluyen la ya ofrecida por Gustavo Prado.

El temario y horarios pueden consultarse en el sitio catalogo.artesdemexico.com o través del correo [email protected].

 

Texto y foto: Agencia Reforma