6 febrero,2023 4:48 am

Company ataca de nuevo

La República de las Letras

Humberto Musacchio

 

Company ataca de nuevo

La señora Concepción Company Company insiste en endilgarnos un Diccionario de mexicanismos del que ya tuvo una desastrosa y hasta ofensiva primera edición, aquella en la que metía como “mexicanismos” términos que los monopolios del imperio han impuesto al habla popular, como puede ser el caso de corn flakes, box spring y otros que seguramente empleaban los toltecas, los mayas y los aztecas. En esta ocasión, doña Concha tuvo el respaldo de seis académicos y nueve lexicógrafos que –dicen– trabajaron durante diez años bajo la batuta de la misma señora nacida en España y quien fue traída a México cuando tenía 14 años, lo que permite suponer que le faltó crecer escuchando el habla mexicana. Esta vez, previsora, para no hacer tan evidente el regadero de tepache, la académica de la lengua, el buche y el nenepil e integrante de El Colegio Nacional, pretende curarse en salud al agregar al título lo de “propios y compartidos”, pese a que el Diccionario del español de México define mexicanismo como “palabra, construcción o significado utilizado en el español de México de manera característica o exclusiva”, términos que García Icazbalceta llamaba “provincialismos de Méjico” (sic), a lo que don Francisco J. Santamaría agrega que tales vocablos no han de ser de uso exclusivamente mexicano, pero sí “de uso común en México”. Pero, en fin, esperemos que la referida señora haya tenido tiempo de corregir su anterior engendro y que la Academia Mexicana se decida –¡por fin!– a producir un lexicón de la lengua que hablamos en este país, el mayor de todos cuantos se expresan en español. Tal vez ahí sí incluyan la palabra nenepil, esa sabrosura que nos ofrece el taco de carnitas.

El último metro, de Pérez Arce

El nayarita Francisco Pérez Arce es un escritor con sólida formación social. Vivió intensamente el movimiento estudiantil de 1968, lo que se refleja en el tema y el tratamiento de sus ensayos, pero igualmente en su narrativa, a la que ha dado seis novelas. Precisamente en la sexta, El último metro, el autor despliega nuevamente su interés por situar los dramas personales en el contexto social. Sus protagonistas, una sexoservidora y un burócrata, están situados en un ámbito de injusticias hirientes: la primera, porque pertenece a un medio proletario donde priva la desesperanza ante el abuso cotidiano y el machismo se expresa contra las mujeres de la misma clase social mediante golpizas, violaciones y feminicidios, en tanto que el personaje masculino ejemplifica el legítimo afán de ascenso social de un clasemediero y la caída en el inevitable barranco de las realidades. El último metro tiene un tinte de novela negra jaspeado por condiciones sociales y personales como la corrupción, los agravios, los desencuentros con otros seres humanos, la venganza y, como pálida luz al final del túnel, la posibilidad de organizarse para combatir por mejores condiciones de existencia. En suma, una novela que prende al lector.

De jazz y otras cosas

El próximo sábado, a partir de las ocho de la noche en la Fundación Sebastián, los aficionados al jazz tendrán todo un banquete sonoro con el trío Banjoneón Soprano, que aborda diversos géneros “desde el lado del jazz” con sus integrantes Clara Stern en el bandoneón, Manuel Viterbo en el banjo y el también periodista Alain Derbez en el sax soprano. Habrá un performance musical multidisciplinario bajo la dirección de Elisa Alfonseca en un “set de Pop-Fusion-Exprimental” (así lo anuncian) que involucra música, danza y poesía. Por su parte, Matías Carbajal no estará ahora al piano ni tendrá en las manos una guitarra, pues decidió dedicar su presentación a la lectura de sus poemas. La cita es en Patriotismo 304, San Pedro de los Pinos.

Eduardo Robledo en la UNAM

Muchos mexicanos recordarán que el priista Eduardo Robledo Rincón fue diputado, senador y gobernador de Chiapas algunos meses de 1994 y 1995, cuando era mayor la efervescencia del movimiento zapatista. Político hábil, se llevó de secretario general de gobierno al escritor y formidable narrador oral Eraclio Zepeda, quien de este modo abandonó las filas de la izquierda, lo que el gobierno de Ernesto Zedillo le premió con la embajada ante la Unesco y en 2014 el Senado, de mayoría priista, le impuso la Medalla Belisario Domínguez, llamada así para honrar al chiapaneco que dio ejemplo de firmeza y valor civil al producirse el golpe de Estado de Victoriano Huerta. Pero volviendo a Robledo, cabe decir que resultó un gobernador efímero, pues al año fue enviado de embajador a Buenos Aires y en 1999 se desempeñó como un fugaz secretario de la Reforma Agraria. Sobre su desempeño en la cultura cabe mencionar que en la capital argentina inauguró la cátedra Alfonso Reyes en la Universidad bonaerense. Y ya. Ahora, el rector Enrique Graue lo ha puesto al frente del Programa Universitario de Gobierno, creado a fines de noviembre de 2022, que, mucho nos tememos, sea una dependencia destinada a mantener cierto control sobre el proceso sucesorio en la UNAM, pues este año termina la gestión de Graue y nadie sabe cómo se pondrá el relevo universitario, sobre todo si se atiene al previsible desabarajuste político motivado por la sucesión presidencial.