Texto y video: Augusto López Velasco
Acapulco, Guerrero, 27 de mayo de 2018. Cada mañana Crescencio Arteaga Domínguez, de 88 años de edad, acude a la esquina de la calle Manuel Gómez Morín y Avenida Costera Miguel Alemán en Acapulco, para vender algunas decenas de periódicos.
Tenía 30 años de edad cuando comenzó a trabajar como voceador. Gracias a su dedicación y entrega logró ser dueño de varios puestos de revistas ubicados sobre la Avenida Costera. Ya casi cumple 50 años como vendedor de periódicos en Acapulco.
Mientras cuenta cómo comenzó, resalta que fue favorecido por la suerte y ayudado por Dios pues siempre vendía todos sus periódicos, que en esos años eran: El Trópico, La Verdad, El Gráfico y Revolución; de ahí le llevaba el gasto a su esposa, que en aquellos años era de dos o tres pesos.
Para él buscar una nueva esquina en dónde vender sus periódicos es mejor que quedarse en su casa, en donde dice que ya no hay nadie que lo atienda. Antes estaba su esposa, pero desde hace cinco años que murió, la vida ya no es la misma. Ahora quedarse en su casa significaría quedarse solo, por eso prefiere ir, aunque sea rengueando a vender sus periódicos.
Arteaga Domínguez expresa su orgullo por el trabajo de voceador ya que gracias a ello logró que sus hijos fueran profesionistas y en la actualidad también algunos nietos, quienes en otros momentos le han expresado el agradecimiento y el orgullo que sienten por él.
Crescencio y su familia cuentan como trabajadores de Vía Pública, le han decomisado al octogenario voceador su silla y su exhibidor en dos ocasiones. Dice que han regresado a decirle que le regresarán sus cosas, pero la actitud de los trabajadores del ayuntamiento es de burla.
Finalmente, su hija pidió que las autoridades tengan un poco de consideración para su padre y que si ya no les van a regresar sus cosas por lo menos ya no les sigan quitando las que vuelva a comprar.
