Asisten más de 42 mil espectadores a la Plaza de Toros México para presenciar un partido de exhibición, donde el suizo se impone en tres sets 3-6, 6-4 y 6-2 al alemán Alexander Zverev.
Ciudad de México, 25 de noviembre de 2019. El aura de leyenda del tenis que acompaña a Roger Federer iluminó la noche del sábado pasado en la Plaza México. Apenas entró a la cancha instalada en el ruedo, el público se rindió ante el suizo.
Hace 23 años, Federer vino por primera vez al país para jugar el torneo Casablanca, donde cayó en segunda ronda. Su reencuentro con México llegó más de dos décadas después, ya con 103 títulos en su carrera, 20 de los cuales son de Gran Slam, y lo hacen, quizás, el mejor tenista de la historia.
Ya no es el niño de 15 años que lloró aquella Navidad del 25 de diciembre de 1996 tras ser eliminado. Ayer, Federer entró a la México como el ícono universalmente venerado y venció 3-6, 6-4 y 6-2 a Alexander Zverev.
“¡Roooger!, ¡Roooger!”, arrancó el alarido de 42 mil 517 aficionados que se dieron cita en la Monumental capitalina. El juez de silla se vio obligado a recurrir a insistentes llamadas de atención al público, que no paraba de ovacionar al suizo incluso en momentos que requerían silencio sepulcral.
“¡Hazme un hijo, Roger! ¡Vamos Roger, Te amo! ¡Acapulco, Roger! ¡Venga, Rogelio!”, le lanzaban desde los abarrotados tendidos de la plaza de toros.
I will never forget this magical evening in Mexico City with @AlexZverev
42’517 people came,
We broke this record together!
Viva Mexico
❤️❤️❤️❤️ pic.twitter.com/z6GJ6Yfq7P— Roger Federer (@rogerfederer) November 24, 2019
El suizo, enfundado en figura del toreo, tenía enfrente a Zverev, un novillero con ansias de gloria que lo doblegó en el primer set por 6-3.
Para el segundo parcial, del “capote” de Federer salían pases magistrales, una especie de suerte que proponía el suizo. Mientras que el alemán ejecutaba derechazos efectivos.
El público estaba cautivado con la maravilla de tenis que le ofrecían, que parecía una faena magistral en un ruedo que ha visto a las grandes mitos del toreo.
Federer y su rival jugaron relajados. Un duelo de exhibición se los permitía: saludaban y bromeaban con público, incluso bailaban… y los fans todo les festejaron.
Roger asestó un estoconazo a Zverev en la tercera manga 6-2 y cortó un rabo. El “novillero” alemán mostró temple, ese que lo ha puesto como gran promesa, aunque tiene una deuda pendiente con un título de Grand Slam.
Dos tenistas separados por 16 años, con visiones del tenis cultivadas en tiempos y maneras diferentes, confrontados en la México, plaza que se consolidó como un foco de atracción del tenis al superar el récord de asistencia a un partido de tenis no oficial.
“Fue un gran error no haber venido en estos 23 años”, lamentó el suizo, emocionado ante el entradón.
De este reencuentro de Federer con la afición mexicana nació un amor que se puede prolongar por años.
“Ha sido un sueño hecho realidad jugar aquí. Todavía tengo escalofríos, gracias por todos los aplausos”, dijo Federer.
Texto: Yarek Gayosso / Agencia Reforma / Foto:
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