31 julio,2020 5:20 am

Contraloría Campesina II

Bajo el ala del sombrero

Carlos García Jiménez 

 

Si la salud del suelo se deteriora, también se deteriora la del ambiente y la de la gente.

Rattan Lal, Premio Mundial de Alimentación 2020

Mientras que para los funcionarios públicos que dirigen el Programa de Fertilizante 2020 la distribución del insumo se encuentra en su fase terminal, y con ello celebran las estadísticas al alza en materia de beneficiarios y volúmenes, a ras de tierra se tienen otros datos y el desarrollo del mismo apenas empieza.

Según la versión oficial: “se han beneficiado dos mil 255 localidades indígenas de 39 municipios del estado, y se han entregado más de 140 mil toneladas de fertilizante a más de 313 mil productores, de los cuales 137 mil 720 son mujeres”. Y con ello, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) estima que el Programa atenderá a 330 mil productores, fundamentalmente maiceros que cultivan cerca de 357 mil 488 hectáreas. Con esto, el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, pondera: “estamos casi cerrando exitosamente el programa tal como nos lo había pedido el señor presidente”

Para la Coordinadora de Comisariados de Guerrero, en cambio, el programa beneficiará a 275 mil 488 campesinos, cifra inferior a la meta establecida de 280 mil productores y a la estimación de 330 mil productores. Esta cifra de la Coordinadora resulta de calcular la suma de los productores validados (2019), los prevalidados (2020) y los que aún siguen gestionado ser beneficiarios; menos los productores ficticios que no cultivan y que inflaron en un 30 por ciento del padrón implementado en este año. “La tarea más importante del programa, apenas empieza, ahora que estamos aplicando el insumo en los cultivos; veremos en noviembre y diciembre su impacto en los rendimientos”, reflexiona un Comisariado ejidal de Costa Chica que siembra cada año más de 4 hectáreas.

Operación del programa a ras de tierra

Reunidos el pasado 26 de julio como Contraloría Campesina, enlaces de la Coordinadora de Comisariados de Guerrero, evaluaron el Programa de Fertilizante 2020 y generaron propuestas hacia 2021. Al taller estatal, cuya sede fue el centro agroecológico Ceprodites de Coyuca de Benítez, acudieron representantes de las siete regiones de la entidad que han venido monitoreando paso a paso el Programa.

Durante la evaluación, los campesinos reconocieron que, a diferencia del año pasado, en este 2020 el fertilizante llegó oportunamente y se eliminaron los vales que entorpecieron el año pasado la operatividad; incluso en algunos ejidos, a causas de la pandemia, se logró que los representantes de Segalmex fueran a las propias localidades a validar a los beneficiarios.

No obstante, en relación al año pasado –se informó al inicio de la reunión: “El Programa en este 2020 tuvo un presupuesto disminuido (de mil 500 millones de pesos a mil 300); llegó sin los componentes de biofertilizante, semillas y asistencia técnica; y contrario al anuncio presidencial de que en este 2020 operaría en otras cinco entidades del país (Puebla, Morelos, Tlaxcala, Estado de México y Oaxaca), solo operó en Guerrero”.

A la fecha, “más allá de cifras de beneficiarios y volúmenes de insumos movilizados, no existe un balance cuantitativo detallado, ni un corte de caja”: ¿Cuánto se invirtió en la compra de insumos por cada tipo, cuánto en fletes y cuánto en renta de bodegas y maniobristas; también, cuánto se pagó al personal operativo y representación; ¿cuánto hubo de saldo o ahorros, considerando que el presupuesto era para seis estados, y sólo operó en Guerrero. Este corte de caja aún sigue pendiente, como también el del año pasado.

Como en los viejos tiempos, el programa se siguió dirigiendo desde el centro del país, sin considerar las propuestas de los campesinos; de las 14 propuestas que al inicio del programa la Coordinadora planteó por escrito y en reuniones al Secretario y Subsecretario de Agricultura de la Sader, “solo se atendió la referente a la destitución del anterior encargado del Programa (Jorge Gage Francois), pero esto quedó a medias pues nunca se transparentó el presunto cargo que en su momento se denunció. “Esto evidencia que en los tiempos de la 4T la impunidad en la Sader continúa, y que la Secretaría de la Función Pública (SFP) sigue ausente”.

Durante la evaluación del programa a ras de tierra, hubo una diversidad de críticas, que –algunas de ellas– aquí adelantamos:

-El padrón no fue transparente ni confiable. De hecho, tal como cuestiona el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), “el programa opera sin padrón de beneficiarios”

-Muchos servidores de la nación no respetaron la validación de beneficiarios hecha por las asambleas comunitarias; “quisieron dirigir las asambleas, dieron de alta a productores que no cultivan y traspapelaron información de muchos solicitantes” denunciaron varios campesinos.

-La Sader no definió ni transparentó los criterios de asignación de hectáreas por productor. En algunos casos a “productores” –de la Montaña, por ejemplo– de una misma familia (esposa e hijos) que no siembran maíz, les asignaron dos paquetes de insumos a cada uno; en cambio a productores de Tierra Caliente que en promedio cultivan 5 hectáreas, “a raja tabla les asignaron solo un paquete de insumos” denuncia Comisariado de Poliutla.

-“La asistencia técnica no se vio por ningún lado”, señalan los campesinos; no obstante, Sader justifica que ésta fue virtual y que se atendieron todos los temas relacionado con la fertilización de los cultivos”.

-El paquete de insumos fue el mismo que se distribuyó tanto para tierra áridas y poco fértiles de la región Montaña como para tierras planas y fértiles de Costa Chica.

-No hubo coordinación plena entre Sader, Segalmex, ayuntamientos, PA y RAN; la operatividad del programa en la mayoría de las regiones se debió a la presión social de los Comisariados y beneficiarios que a la eficiencia institucional.

Durante el taller mencionado, los contralores campesinos también generaron propuestas innovadoras, integrales y estratégicas, en el marco del rescate y mejoramiento de la agricultura campesina guerrerense; “porque no solo se trata de criticar, sino también de proponer”. (Esto, amigos lectores, será tema de nuestra próxima entrega…).

A pleno sol: Si el Programa de Fertilizantes no canta tan mal rancheras, el de Sembrando Vida no se queda atrás. A principios de esta semana se hizo pública una denuncia ante la Fepade y la SFP por el manejo preelectoral que se hace de este programa por parte de funcionarios federales y municipales. Si los responsables estatales de este programa no dan la cara y rinden cuentas ante la opinión pública, seguro que, en próximos días, saldrán a flote otras anomalías en su parte promocional, operativa, técnica y presupuestal.

 

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