29 mayo,2024 2:22 pm

Convida Mardonio Carballo “cosecha” de poesía náhuatl

 

Ciudad de México, 29 de mayo de 2024. Cuando Mardonio Carballo era niño, lo cuenta él mismo en un poema, su madre tomó sus palmas y presagió: “Tú no harás milpa / tienes demasiado suaves las manos / tú serás escritor”.

“Así es, señora ‘Natolia, / aquí están mis manos / muchos días han pasado / y muchos años se fueron ya, / tú te fuiste también. / Y yo / todavía tengo las manos suaves / como bien dijiste / ahora soy escritor de poemas.

“Y, no lo creerías, ‘Natolia / también cultivo mi milpa. / Llévate un elote / también dos calabazas / tres frijoles / un tomate te ofrezco”, escribe el poeta y también actor, periodista, traductor. “Ahora, ‘Natolia, viandas varias de mi milpa te ofrendo, / recibe / también / este / poema”.

Carballo lo recitó así la noche de este martes, en español y en náhuatl, para admiración de una abarrotada Sala Manuel M. Ponce, en el Palacio de Bellas Artes, donde presentó su poemario Ni Xochitl ni Kuikatl / La canción de las flores, editado por el sello francés JBE Books.

El singular volumen publicado en francés, español e inglés, es producto de una comisión hecha por la marca Perrier-Jouët al diseñador mexicano Fernando Laposse, quien crea piezas de diseño y nuevos materiales arquitectónicos a partir de fibras naturales como maíz, sisal y esponjas vegetales.

“¿Cómo es que llega una de las más grandes marcas de champaña francesa a publicar un libro de poemas en náhuatl? ¿Cómo podemos realmente entender la relación entre unos viñedos al norte de Francia y los cantos floridos de Nezahualcóyotl?”, planteó al arranque de su participación Renata del Riego, de la Galería Friedman Benda, que representa a Laposse en Nueva York.

“Lo que empezó como tratar de hacer un libro que simplemente analizaría la poesía clásica de Nezahualcóyotl acabó con esta idea de decir: ‘No, la poesía náhuatl sigue viva; no tiene que ser un ejercicio antropológico de ver al pasado, tenemos todas estas comunidades que siguen manteniendo su cultura, que siguen hablando sus lenguas. Y tenemos excelentes poetas contemporáneos que siguen escribiendo en náhuatl'”, explicó el propio diseñador.

El resultado es un ejemplar alargado y cuyas páginas están hechas “con maíz molido y vástago de las uvas para hacer esta especie de maridaje entre la cultura francesa y mexicana”, detalló Laposse, recientemente reconocido como diseñador del año por Mexico Design Fair.

“Ya tenemos un hijo juntos, maestro, ya no nos podemos separar”, le diría Carballo, provocando risas en esa audiencia tan repleta de amigos, que el poeta definiría aquello como “la siembra del afecto: uno va cosechando flores como amigos, o amigos como flores”.

Entre las amistades que le acompañaban estuvo la poeta zapoteca Natalia Toledo, quien consideró que “no existe librero que pueda albergar en sus repisas a este enorme libro”.

“Nació para estar en la cocina, sobre la mesa de dormir o para llevar a la milpa, porque sus hojas también están hechas de maíz”, refrendó Toledo. “La canción de las flores es una luciérnaga que se posa en los párpados para deletrear el mundo en una lengua antigua que sigue cantando después de tantos siglos de colonización e imposiciones hegemónicas”.

“Es el resultado de una polinización transcontinental, que lo que muestra es que la voluntad y la consciencia de muchas de las culturas que nutren este planeta compartimos esa búsqueda de reconocer que la biodiversidad, la bioculturalidad, constituyen hoy en día uno de los recursos fundamentales de los que depende la vida en el planeta”, sostuvo, por su parte, la titular del INBAL, Lucina Jiménez.

Presente en el acto estuvo también el académico Adam W. Coon, encargado de la traducción del náhuatl al inglés; “leímos los poemas en los diferentes idiomas para tratar, tanto como fuera posible, tener esos ritmos increíbles de los poemas originales”, compartió.

Y como, en palabras de Carballo, “ninguna pieza de arte serviría de nada si no se pone al servicio, si no convoca a los amigos, si no les conmueve, si no les mueve, si no los habita, si no los increpa, si no los confronta”, el autor no podía sino dar lectura a algunos fragmentos que conforman esta poética de los árboles y las flores, natural, intimista y desenfadada, con poemas incluso dedicados a la embriaguez y a José Alfredo Jiménez.

“Záfale el cuello al colibrí / porque no se hace del rogar / como una flor viviente se puede parar en las chichis de las mujeres / como una flor viviente quiere pararse en la chichi de tu mujer”, enunció.

“Tuércele el cuello al colibrí / porque cuando te vayas al trabajo se quitará las plumas y se hará hombre / y tendrá un colibrí pequeñito entre las piernas / que sin plumas estará deseoso de encontrar una cueva, / tu cueva. / Por eso, escucha mi consejo: / Tuércele el cuello al colibrí”.

Para el gran cierre de la noche, los músicos Alonso Arreola y Emmanuel Pina acompañaron al poeta poniéndole música a un par de piezas, haciendo del recital un performance, mientras que el personal de Bellas Artes repartía entre los invitados coloridas flores hechas con hoja de maíz.

“Se trata de una celebración de lo que sigue vivo”, remarcaría Del Riego.

“(Fernando y Mardonio) nos regalan una alegre y digna mirada al paisaje y a todo lo que ahí habita”, prosiguió. “Nos toca pegar la oreja al material para escuchar las historias que guarda, y ojalá llegar a distinguir a la distancia el eco de la flor”.

 

Texto y foto: Agencia Reforma