Acapulco, Guerrero, 16 de febrero de 2018. Integrantes de la comunidad cultural de Acapulco coincidieron en señalar que luego del recorte presupuestal a la cultura para este año en el puerto existe un desprecio continuo para la misma por parte de las autoridades a pesar de los discursos.
Asimismo, y en entrevistas separadas, mientras unos ven en dicho recorte un retroceso, otros ven una política consistente en cuanto se sigue priorizando la animación sobre la formación. Además llamaron a cerrar filas en torno a la exigencia de transparencia en el uso de los recursos.
Según lo aprobado por el Cabildo de Acapulco el lunes anterior, la Dirección de Cultura de Acapulco ejercerá este año un presupuesto de 10 millones 972 mil pesos, un monto inferior a los 11 millones 550 mil pesos aprobados en el ejercicio presupuestal anterior.
Así, quedaron fuera partidas especiales para la operación tanto de los centros culturales como para la reactivación de los extintos estudios municipales de arte, pero sí se destinaron recursos, al igual que el año anterior, para darle continuidad a los Sábados Culturales o al Festival Cultural Fandangro, organizado por la promotora cultural Erika Andrade Valenzuela, denunciada desde 2016 ante la Secretaría de la Función Pública federal.
Para el consejero general de Cultura de Acapulco, Jesús Carranza, es lamentable el recorte porque da al traste con el desarrollo cultural del puerto y puso en duda la certidumbre de contar efectivamente con dicho presupuesto, “porque el año pasado en realidad no se ejerció como se debía”.
“Te anuncian algo que es virtual como el presupuesto, después ese mismo dinero lo ejecutan en otra acción y pues ya no se aplica en lo que se planteó”.
Luego de recordar que desde el Consejo de Cultura se buscó que este año se incrementara el presupuesto, lamentó que al final no se lograra, pero llamó al Cabildo a que se sensibilizara con el tema cultural “porque la verdad es que vamos para atrás”.
Mientras tanto, para el especialista en marketing cultural Javier Reyes Martínez, “el recorte al presupuesto de cultura en el municipio muestra, desafortunadamente, una política consistente: un continuo desprecio por la cantidad y calidad de los servicios culturales ofrecidos por el municipio”.
“También demuestra la poca capacidad de negociación de la Dirección de Cultura del municipio, que no puede o no tiene con qué defender dicho presupuesto”.
“Nuevamente, los estudios de arte y los centros culturales son menospreciados en pos de una aparatosa Nao o de un dudoso Fandangro: animación sobre formación, efectos inmediatos sobre efectos permanentes”.
Ante ello se preguntó: “¿qué piensan nuestros gobernantes sobre lo que representa la inversión en cultura para una ciudad como esta? ¿Pensarán que es un bien decorativo, inútil, superfluo? En el discurso es que no, pero en la práctica se afirma que simplemente no les importa”.
Por su parte, el promotor cultural Abraham Chavelas destacó la estrecha visión y nulo interés en el desarrollo de la cultura por parte de la administración del presidente Evodio Velázquez Aguirre.
“Es más, dudo que comprendan la urgencia que tiene el puerto en ese sentido; he aquí el resultado, este es el fruto de su gestión, su legado”.
“Espero con ansias que finalice ya el trienio de gobierno y ojalá que quienes desean sentarse en la silla de la Presidencia municipal tengan más claro que es la cultura, cuál es su importancia, su impacto social, y lo mucho que les puede beneficiar incluso políticamente hablando e impulsen su desarrollo, la ciudad lo necesita”.
Finalmente invitó a la Dirección de Cultura de Acapulco “a ser autocrítica, honesta, incluso creativa y altamente responsable al administrar de manera clara el dinero asignado; ¿en verdad son necesarios programas como el de Sábados Culturales? ¿Cuál es su impacto en la comunidad? ¿Qué aporta? ¿Por qué no apostar por asignar ese recurso a proyectos con mayor valor y trascendencia a nivel social?”, cuestionó.
“Convoco a los compañeros inmiscuidos en el quehacer cultural a que cerremos filas y mantengamos una postura de unidad y exigencia de transparencia ante el uso de los recursos asignados”, agregó.
Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano/ Fotocomposición: El Sur
