La verdadera fuerza de la literatura está en contar las contradicciones, las motivaciones y naturaleza del ser humano, advierte Volpi.
Guadalajara, Jalisco, 29 de mayo de 2019. La novela debe conquistar territorios oscuros, estar al servicio del descubrimiento, no debe idealizarse en función de su geografía, ni de sus fronteras legales.
Bajo esos términos no deberían existir conceptos como literatura nacional o nacionalista, mucho menos en una época como la contemporánea en la que el nacionalismo y el populismo toman papeles protagónicos en países de Europa y América.
Esas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron los autores Jorge Volpi, Gonzalo Celorio y Antonio Soler, acompañados por Raúl Tola, durante la mesa Las literaturas nacionales frente al mundo, que ayer se llevó a cabo en la Sala 2 del Conjunto de Artes Escénicas, como parte de la programación de la Tercera Bienal de Novela Vargas Llosa.
“El nacionalismo es propiamente una invención del romanticismo alemán, y justamente coincide con las independencias de los países de Hispanoamérica de la Corona Española, el primer lugar donde se articula, como una especie de experimento, es en nuestros países.
“La construcción de literaturas nacionales tiene sobre todo un contenido altamente político, la diferenciación, por un lado, de España y luego, una diferenciación todavía más ardua, de un país de América Latina con sus vecinos, es decir, había que encontrar una manera de ser diferentes”, expresó Volpi, autor de obras como El fin de la locura y No será la tierra.
Hoy, el término debe quedar relegado. Los populismos, tanto de izquierda, como de derecha, vuelven a adoptar actitudes nacionalistas que se creían superadas.
“No se necesita ser nacionalista para ser un gran escritor y tener una gran literatura”, consideró Celorio.
En ese contexto, la literatura ha sido utilizada por el poder como arma para aleccionar o imponer en esos contextos nacionalistas, con movimientos que tienen vistos autoritarios.
“La literatura ha sido siempre un instrumento utilizado por distintas maneras de poder para imponer ciertas narrativas importantes para ese poder, y la literatura, la que nosotros consideramos gran literatura, ha sido también la de aquellos individuos que han logrado rebelarse precisamente contra esas imposiciones.
“No es que la literatura por sí misma ni salve, ni condene, no es que la literatura por sí misma tenga una función de sensatez o rebeldía, puede ser exactamente lo contrario, cada vez que hemos visto movimientos autoritarios, fascistas, usan también la literatura y distintas narrativas para imponer su visión del mundo”, insistió Volpi.
La verdadera fuerza de la literatura está en contar las contradicciones, las motivaciones y naturaleza del ser humano, advirtió el escritor y titular de Difusión Cultural de la UNAM.
“La verdadera fuerza de la novela está cuando es capaz de iluminar, de irradiar esas zonas de oscuridad del ser humano y, a través de ellas, mostrar lo que no se había visto y con una voluntad de forma que rebase, que trascienda, la mera manera de contar para explorar desde el mundo de las ideas, pero también desde el lenguaje”, completó Volpi.
Las actividades de este encuentro literario culminarán mañana con la premiación del ganador de la Tercera Bienal de Novela Vargas Llosa, dotado con 100 mil dólares y al que se inscribieron 426 novelas, con la presencia de Mario Vargas Llosa y el presidente del jurado, el nicaragüense, Sergio Ramírez.
Para más detalles consultar la página www.bienalvargasllosa.com.
Texto: Leticia López / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma
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