19 septiembre,2022 9:17 am

Cuestionan que el incremento a ciencia y tecnología sea para proyectos energéticos de la Presidencia

 

Ciudad de México, 19 de septiembre de 2022. Contrario a la realidad de una comunidad desencantada, parece cuestión de tiempo para que las autoridades de nuevo presuman su apoyo irrestricto a la ciencia, tecnología e innovación en México, a partir del gasto proyectado para el sector en 2023.

Pero, si bien en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) saltan a la vista los 108 mil 487.6 millones de pesos en recursos fiscales con que contaría el año próximo el Programa Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, aumento evidente frente a los 93 mil 555 millones de este 2022, quizá valga la pena recordar las palabras de la propia titular de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla:

“No solamente es importante enfocarse en aumentar el presupuesto”, zanjaría en 2019 la funcionaria, “sino también en cómo se utilizan estos recursos”.

De ahí la pertinencia de preguntarse si dicho incremento en los números necesariamente pinta un panorama más próspero para la ciencia y los investigadores en el país.

“La respuesta es no. Sí hubo un aumento en el presupuesto de ciencia y tecnología”, remarca en entrevista telefónica el astrofísico Fabián Rosales, quien hizo un análisis donde el incremento en términos reales es del 10.5 por ciento respecto a 2022, el mayor para el sector en este sexenio.

“Pero el aumento se dio solamente en un par de rubros”, acota el investigador del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE). “Donde se dio el aumento fue en la Secretaría de Energía”.

Es decir, el Ramo 18 –correspondiente a Energía, una de las 18 partes en que se distribuye el presupuesto del sector– presenta un incremento del 579 por ciento en relación al año pasado, prácticamente por los 7 mil millones de pesos designados para la Subsecretaría de Electricidad, que ni siquiera figuraba en este rubro en 2022.

“(El aumento) se va a los proyectos prioritarios de Presidencia, que es la cuestión energética a través de CFE, y en cuestiones del petróleo, seguramente relacionado a la refinería de Dos Bocas. Es por eso que se ve que hay un aumento este año”, aclara Rosales.

“Pero, en general, si tú ves el desglose de todos los ramos, uno por uno, pues realmente no hay mucho cambio, e incluso no compensa todo el problema de la inflación que hemos tenido estos últimos años”.

De forma que, el gran ganador del aumento en el presupuesto para ciencia y tecnología el año próximo no es Conacyt (Ramo 38), que pasa de 29 mil 564.2 millones de pesos en recursos fiscales a 31 mil 655 millones.

Y tampoco lo es el Ramo 11, correspondiente a Educación Pública –que desde 2018 se ha impuesto a la dependencia que dirige Álvarez-Buylla como la entidad que recibe el mayor porcentaje del gasto sectorial–, que pasaría de 45 mil 233.8 millones de pesos a 48 mil 70.8 millones.

De hecho, ambos ramos reducirían su participación en el presupuesto del sector respecto al 2022, al pasar del 48 al 44 por ciento en el caso de Educación Pública, y del 32 al 29 por ciento en el de Conacyt, de acuerdo con el análisis de Rosales.

“A mí me gusta siempre analizar cuánto es lo que se destina al sector CTI y a Conacyt respecto del PEF total. Y ahí estamos igual o peor que el año pasado; estamos en los niveles más bajos en el último par de décadas”, lamenta Rosales.

Mientras el Programa Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación –Anexo 12 del PPEF– representa apenas 1.3 por ciento de todo el gasto de la federación, la bolsa de Conacyt sería sólo el 0.38 por ciento del mismo, “el menor (porcentaje) en el sexenio de (Andrés Manuel) López Obrador”, apunta el astrofísico del INAOE.

No está de más indicar que, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), el presupuesto 2023 para ciencia y tecnología sube 0.03 por ciento respecto al año anterior en recursos fiscales. Lo cual lo pone como 0.36 por ciento del PIB, todavía muy por debajo del 1 por ciento que en realidad tendría que otorgarse, de acuerdo con la legislación vigente del sector.

Obligación incumplida hasta ahora y que podría desaparecer si se aprueba el Anteproyecto de Iniciativa de Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (HCTI), propuesta de Conacyt donde no figura más que el monto anual destinado al sector no podrá ser menor al 1 por ciento del PIB.

Texto: Israel Sánchez / Agencia Reforma