27 mayo,2018 6:48 am

Cuide sus arterias

Reyes Betancourt Linares
 
Las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares están consideradas como las primeras causas de muerte en el mundo. En nuestro país ocupan la segunda y tercera causa de mortalidad, pues el infarto al miocardio afecta a 58.4 por cada 100 mil habitantes; en tanto, la enfermedad cerebrovascular se presenta en 29.6 por cada 100 mil. En 2015, México, según la OCDE, tenía la mayor letalidad por infarto agudo de miocardio en personas mayores de 45 años. Así también, de acuerdo con el Inegi, muere un mexicano por infarto agudo al miocardio cada 4.5 minutos. El 50 por ciento de las muertes se consideran prematuras, ya que las enfermedades cardiovasculares representan el más grande problema de salud por los años de vida saludable perdidos.
Un referente esencial para referirnos a estos padecimientos es el cardiólogo español Valentín Fuster (Barcelona, 1943), quien lleva medio siglo cuidando corazones, considerado el mejor de este planeta, dirige el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, con sede en Madrid, y viaja cada semana para encabezar también el Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York. Entre lo más reciente aportado por el doctor Fuster, es que los altos niveles de colesterol o el tabaquismo no sólo son factores de riesgo de problemas cardiovasculares, igualmente se vinculan con la degeneración senil y la aceleración del Alzheimer.
Puntualiza el científico europeo que el colesterol también obstruye las pequeñas arterias del cerebro, reduciéndose así el poder cognitivo. Por eso lo primero que un enfermo cardiovascular debe reflexionar es si está dispuesto a ver su salud como una prioridad y tomar una decisión que le ayude a disminuir los riesgos. Es francamente irresponsable, agrega Fuster, que la mayoría de adultos que han tenido un infarto no se cuiden; así como tampoco tomen medidas para disminuir los factores de riesgo, considera que sólo uno de cada cinco toma las medidas pertinentes.
En opinión del doctor Fuster, hay siete factores causantes del infarto al miocardio y cerebral. Dos son mecánicos: la presión arterial y la obesidad; dos son químicos: el colesterol y la diabetes; y tres son de conducta: no ejercitarse, fumar y comer mal, ingiriendo en exceso grasa y sal. El corazón, concluye Fuster, sirve para dar cantidad de vida y la educación para aportarle calidad.
Otro dato relevante es que el derrame cerebral se presenta cuando las placas de ateromas se dividen, produciendo trombos, que impiden el paso de la sangre al cerebro; en tanto que el infarto al miocardio acontece al bloquearse el paso de la sangre hacia el corazón. Los cardiólogos señalan que los síntomas que anticipan el infarto al miocardio son el dolor de pecho y la falta de aire; en tanto la afectación cerebrovascular se presenta por la sensación de adormecimiento de un lado del cuerpo.
Para atender esta contingencia médica se cuenta en México con una estrategia que es el Código Infarto, cuyo objetivo es “Garantizar el diagnóstico y tratamiento del paciente que demanda atención de urgencias por infarto agudo de miocardio de manera que reciba tratamiento de referfusión con angioplastia primaria en los primeros 90 minutos, o terapia fibrinolítica en los primeros 30 minutos, posteriores a su ingreso a los Servicios de Urgencias del IMSS”.
En Guerrero se tienen seis hospitales: el Hospital General Regional (HGR) 1, Vicente Guerrero, en Acapulco; el Hospital General de Zona (HGZ) 8, en Zihuatanejo; el HGZ 4 en Iguala; el Hospital General de Subzona (HGSZ) 3, en Chilpancingo; el HGSZ 5, en Taxco y el HGSZ 19, en Ciudad Altamirano. Aquí vale la pena destacar que fue el HGR, en nuestra ciudad, en donde la doctora Borrayo, creadora del Código Infarto, que ha hecho equipo con el doctor Fuster, ha puesto en marcha esta estrategia.
Sin embargo, la medicina más efectiva, además de contar con una infraestructura hospitalaria y equipo médico, es la prevención, es decir, la detección temprana de los padecimientos, que pueden poner en riesgo la vida, por lo cual es esencial que la población en riesgo se realice estudios como el ultrasonido de las arterias carótidas. Y todavía más importante es el estilo de vida que debe iniciarse en la infancia, fomentando la actividad física en escuelas y espacios recreativos; incrementar el consumo de agua natural, promover el consumo de frutas y verduras; promover la lactancia materna, procurar una mejor toma de decisiones informadas por medio de la lectura del etiquetado de los productos que consumimos.