Ciudad de México, 16 de septiembre de 2024. Ante la llegada de extorsiones y secuestros virtuales a las universidades públicas y privadas de Nuevo León, especialistas recomendaron no compartir información personal y trabajar en el control emocional para evitar caer en engaños.
Quienes realizan este tipo de amenazas -vía telefónica o WhatsApp-, operan de diferentes formas para envolver a las víctimas.
Ejemplos de esto serían las amenazas de difundir imágenes de contenido sexual o información personal si no se entrega el monto económico demandado.
Otro caso de chantaje es cuando se amenaza con divulgar la información que se obtiene cuando se contrata un servicio esotérico, según lo documentado.
Minerva Vargas, analista de datos del Centro de Integración Ciudadana (CIC), comentó que la plataforma recibe reportes anónimos de personas extorsionadas.
En el último año, el CIC calculó un incremento del 17 por ciento en las denuncias de este delito respecto al año previo.
Pese a que tuvieron un incremento en los reportes de extorsión, no pasó lo mismo con los secuestros virtuales, aunque esto podría ser porque a las personas les da pena denunciarlo.
“Lo malo del secuestro virtual es que como da pena, como que da pena de ‘ay, me autosecuestré’ como que casi nadie lo reporta al 089 o al 911, entonces es complicado saber si existe un aumento o sigue igual”.
Hasta el pasado 31 de agosto, la Fiscalía General del Estado reportó un ligero incremento del 3 por ciento respecto al mismo periodo del 2023.
Durante el 2024 ha habido 529 casos de extorsión, mientras que en el mismo periodo del año pasado se reportaron 515.
Especialistas señalaron que la mayoría de estas extorsiones ocurren porque las personas brindan datos o información personal.
Con la información disponible en perfiles de Facebook o Instagram, los delincuentes pueden observar las rutinas de las personas u otro tipo de comportamientos, indicaron los especialistas.
“La mayoría de las extorsiones o de los ciberdelitos es porque brindamos datos personales que no deberíamos de hacer, o tenemos abiertas las redes”, dijo Minerva Vargas, del CIC Nuevo León.
También destacaron que las emociones juegan un papel importante a la hora reaccionar frente a los posibles escenarios de engaño.
“La víctima decide si deposita o no. Para que se lleve a cabo la extorsión la víctima tiene la última palabra, y eso debería ser una fortaleza”, dijo.
Texto y gráfico: Agencia Reforma
