6 noviembre,2023 4:48 am

Da a conocer el INAH a los ganadores de sus premios por investigaciones y tesis

Redacción / Agencia Reforma

Ciudad de México

Con el objetivo de reconocer los mejores trabajos de investigación y tesis de licenciatura, maestría y doctorado en las diversas áreas que competen el quehacer del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se dieron a conocer los ganadores de los Premios INAH 2023, certamen anual que llega a su XXXVIII edición, y el cual contó con la recepción de 237 trabajos en 8 categorías; se otorgaron 31 premios y 30 menciones honoríficas.
El Premio Alfonso Caso, que distingue las mejores obras en Arqueología, fue para Steffany Martínez Gómez (mención honorífica en la categoría de tesis de maestría), por su trabajo El templo del dios del viento; asimismo, Aarón Ochoa Vidrio obtuvo el galardón por mejor tesis de licenciatura, cuya temática refiere al gobierno de Teotihuacan; y Benjamín Guarneros Brito, mención honorífica en licenciatura, por su tesis El cuerpo maya como lienzo simbólico.
El Premio Javier Romero Molina, enfocado a la Antropología Física, María de Lourdes Márquez Morfín y Ernesto González Licón (fallecido) ganaron el premio al mejor trabajo de investigación, con un estudio sobre la población de Monte Albán; mientras que, en tesis de doctorado, se reconoció a Lilian Ivette García Maya, que analizó la dieta y nutrición en el antiguo Tlayacapan.
Además, este premio en la categoría de tesis de maestría fue para Rodrigo Carrasco Granados y Laura Corrales Blanco; en tanto que la mejor tesis de licenciatura fue para Jacqueline Castro Irineo, quien abordó la reutilización de los cráneos en el tzompantli de Tenochtitlan; y mención honorífica en esa categoría, para Paloma Constanza Huerta Chávez y Cynthia Alejandra Ramírez Palomino.
Por su parte, en Etnología y Antropología Social, el Premio Fray Bernardino de Sahagún tuvo como mención honorífica en la categoría de investigación, la obra: Capitalismo: la uberización del trabajo, de Natalia Radetich Filinich, así como a Efrén Sandoval Hernández, quien se enfocó al comercio de chacharas y ropa usada en Texas y Monterrey.
Dicho galardón fue compartido en la categoría de tesis de doctorado por Ariana Mendoza Fragoso y Alejandro Rodríguez López, mientras que la mención honorífica fue para Andrea B. Vargas García, y para Magali del Valle Marega. En tesis de maestría, ganaron Gabriela Y. Gutiérrez Estrada y Nallely Torres Ayala; la mención honorífica fue para Ginni Noelia Ku Kinil y Marissa López Martínez.
Para la mejor tesis de licenciatura, también se compartió la distinción entre Diana Coronado Bernardino y Daniela Mondragón Benito; a su vez, obtuvieron mención honorífica María Fernanda Arellanes Arellanes, por su trabajo sobre migrantes chilenas y argentinas, y Geovani Valtierra Gil por su trabajo sobre el proceso de alumbramiento tradicional de las mujeres ñuu savi de Guerrero.
El Premio Francisco Javier Clavijero, concedido a las mejores tesis en Historia y Etnohistoria, lo obtuvo como mejor investigación, Claudia Ceja Andrade; la mención honorífica fue para Octavio Spindola Zago.
La mejor tesis de doctorado fue para Nahui Ollin Vázquez Mendoza por su trabajo sobre la costa oaxaqueña, siglos XV-XVIII; las menciones honoríficas fueron para Silvia Marcela Cano Moreno y Antonio Franco de los Reyes. El premio compartido en tesis de maestría fue para Alfonso Adán Salas Ángeles y Ana Laura Zúñiga Loreto, mientras que la mención honorífica la obtuvo Shamed Yair Maciel Valle, por su trabajo sobre los carmelitas descalzos en la Nueva España, y Omar Tapia Aguilar, quien ahondó sobre los sacerdotes nahuas.
El premio para la mejor tesis de licenciatura se dio a Montserrat Mancisidor Ortega y Eduardo Adán Orozco Piñón, y la mención honorífica fue para Francisco Javier Cervantes Mendoza y Jocelyn Alessandra González Arredondo.
En la rama de Lingüística, el Premio Wigberto Jiménez Moreno, en la categoría de mejor tesis de doctorado fue para Rosnataly Avelino Sierra, que exploró dos comunidades bilingües (español-otomí); y mención honorífica para Faustino Montes Castañeda, por su estudio: La adquisición prosódica y morfológica del verbo totonaco de Chumatlán, Veracruz.
Compartieron el premio de mejor tesis de maestría Eladio López Espinoza y Agustín Senovio Aquilano; la mención honorífica fue para Benito Gómez González; premio compartido en mejor tesis de licenciatura fue para María Luisa Herrera Govea y Alejandro Villa González; y la mención honorífica para Gloria Jaqueline Aguilar Cruz y María del Rosario Peralta Lovera.
En Conservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico, los acreedores del Premio Francisco de la Maza, en mención honorífica fueron para Rosa Calderón Martín del Campo, Víctor Augusto García Cortés, Alejandro Sabido Sánchez Juárez y Martha Elena Ortiz Sánchez, quienes desarrollaron el plan integral de gestión de riesgos para el Museo Nacional de Antropología; el mejor trabajo de investigación fue para José Armando Hernández Soubervielle; y mejor tesis de doctorado para Mayra Irery Carrillo Gómez.
Distinción compartida en tesis de maestría fue para Rocío Bárbara Euroza Antúnez y Rodrigo García Manzano. A su vez, la mención honorífica en tesis de maestría fue para Citlalli Pérez Capistrán; en tanto la mención honorífica en tesis de licenciatura fue para Sandra Barajas Castillo.
En Conservación de Bienes Muebles, el Premio Paul Coremans, lo obtuvieron Luz de Lourdes Herbert Pesquera, Rosana Calderón Martín del Campo y Edaly Gisell Quiroz Moreno, por su trabajo sobre el uso de la talavera en inmuebles antiguos; y Mariana Raquel Straulino Muñoz de Cote, gracias a su informe sobre la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, Ciudad de México. Menciones honoríficas: en tesis de maestría, Diana María Medellín Martínez; de licenciatura, Nazaina Donají Gómez Galván y María Magdalena Abdó Labarthe.
Finalmente, en el rubro de Museografía e Investigación de Museos, el Premio Miguel Covarrubias, fue para Víctor Hugo González Guadarrama (mención honorífica en la categoría de diseño museográfico y muestra realizada), por el trabajo Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía; mejor tesis de maestría para Mariela González Casanova Casanova, por el manejo de colecciones del Museo Mapuche de Cañete, Chile. Menciones honoríficas: tesis de maestría, Aurelia M. Torres Toledo.

Llaman a reunir fondos
para detener el deterioro
en la Pirámide de la
Serpiente Emplumada

Aunque el INAH considera urgente instalar una cubierta que detenga el deterioro de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, los esfuerzos de recaudación de fondos para este techo, anunciados el año pasado, apenas inician.
En un comunicado, la institución informó que, en coordinación con su Patronato, impulsa la campaña Salvemos la Pirámide de la Serpiente Emplumada, la cual busca reunir los fondos para instalar una cubierta de fluoropolímero fuerte, resistente, traslúcido y ligero, que se desplegará en 700 metros cuadrados y cubrir la fachada del costado oeste del edificio prehispánico.
En el micrositio habilitado para ello, www.patronatoinah.mx, se establece como meta la cantidad de 56 millones de pesos, monto superior a los “40 o 50 millones” que se habían estimado (Reforma, 21/09/22).
La expectativa de las autoridades es que la techumbre reduzca la incidencia de dos de los factores de deterioro más importantes en la fachada: la exposición directa del material pétreo a la lluvia y la humedad por condensación.
Cualquier persona física o moral puede donar desde 20 pesos, informó el INAH.