Guadalajara, Jalisco, 23 de junio de 2022. Gelacio González López, el wixárika que asfixió a su esposa e intentó hacer creer que ella misma se había quitado la vida, recibió la pena máxima que hay para el delito de feminicidio.
Ayer, el juez César Julian García Fuentes le impuso 70 años de prisión por el crimen registrado hace dos años en la comunidad de Santa Catarina de Cuexcomatitlán, en Mezquitic.
Liliana Carrillo González, la víctima, y él se conocieron en 2019, cuando ella tenía 16 años y ambos estudiaban la telesecundaria.
Al terminar el curso, la pareja se fue a vivir a la casa de la mamá de la joven, en el rancho El Bajío. Pero Gelacio pronto mostró que era irascible, violento, celoso y posesivo, de acuerdo con fuentes allegadas al caso.
Tiempo después, se mudaron al domicilio de la hermana de Liliana, ubicado enfrente.
Los maltratos, sin embargo, no cesaron.
Además de ofender a Liliana e insinuar que era una prostituta, el Gelacio la amenazaba de muerte y le decía que él estaba protegido por parientes que trabajaban en el gobierno de la comunidad.
Para entonces, la familia de la víctima ya sabía de los maltratos.
La madrugada del 3 de marzo de 2020, Gelacio violentó a Liliana de nuevo hasta matarla y después la arrastró hasta el corral de la vivienda, donde lo colgó con una bufanda de un durazno.
En un inicio, el personal de la Fiscalía y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses comisionado a aquella zona aceptó la teoría del suicidio, pero lo hizo sin profundizar en la investigación, lo que indignó a activistas y familiares, que interpusieron una queja ante Derechos Humanos.
El escándalo que supuso esto obligó después a las autoridades a replantear la hipótesis.
Gelacio por fin fue detenido y la semana pasada se determinó que había pruebas suficientes en su contra para demostrar que había matado a su pareja.
Ayer se llevó a cabo la última audiencia del proceso, en la que se precisó el castigo y determinó que era acreedor a la pena máxima que hay en Jalisco por el delito de feminicidio: 70 años de cárcel.
Las leyes del Estado, sin embargo, impiden que una persona pase más de 50 años privada de la libertad.
Texto: Noé Magallón / Agencia Reforma
