10 octubre,2020 5:06 am

De la granja a la mesa

Octavio Klimek Alcaraz

 

Entre los fragores de la pandemia del Covid-19 paso un tanto desapercibido que el pasado 20 de mayo la Comisión Europea presentó un documento casi revolucionario, la estrategia denominada De la granja a la mesa para un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente. (F2F son las siglas por su nombre en inglés Farm to Fork, ver página electrónica https://eur-lex.europa.eu/resource.html?uri=cellar:ea0f9f73-9ab2-11ea-9d2d-01aa75ed71a1.0004.02/DOC_1&format=PDF

La Estrategia F2F, me parece casi revolucionaria, debido a que por ejemplo en algunas partes del documento se leen casi como si las organizaciones ecologistas hubieran participado en su redacción, por ejemplo, cito:

“Existe la necesidad urgente de reducir la dependencia de plaguicidas y antimicrobianos, reducir el exceso de fertilización, aumentar la agricultura ecológica, mejorar el bienestar de los animales y revertir la pérdida de biodiversidad” (p. 4).

Además, sus metas son ambiciosas, veamos.

En la Estrategia F2F se señala que, dado que la utilización de plaguicidas en la agricultura contribuye a la contaminación del suelo, el agua y el aire; la Comisión buscará reducir un 50 por ciento el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos para 2030; igualmente para reducir un 50 por ciento el uso de los plaguicidas más peligrosos para 2030 (recordar la necesidad de prohibir el uso del glifosato en México).

Asimismo, el texto comunica que el exceso de nutrientes en el medio ambiente es una fuente importante de contaminación del aire, el suelo y el agua, que repercute negativamente en la biodiversidad y en el clima. Por ello, la Comisión tomará medidas para reducir las pérdidas de nutrientes al menos un 50 por ciento, sin alterar la fertilidad del suelo, también pretenden reducir el uso de fertilizantes al menos un 20 por ciento para 2030.

Otro señalamiento en la Estrategia F2F es el de la resistencia a los antimicrobianos, derivada del uso de antibióticos para la protección de la salud humana y animal, que ocasiona unas 33 mil muertes de personas en la Unión Europea cada año. La Comisión busca reducir un 50 por ciento las ventas de antimicrobianos para animales de granja y de acuicultura de aquí a 2030.

La agricultura ecológica es una práctica respetuosa con el medio ambiente que tiene que seguir desarrollándose. Por ello, la comisión impulsará el desarrollo de los cultivos ecológicos en la Unión Europea con el fin de que en 2030 (el 25 por ciento de todas las tierras agrícolas) se dedique a la agricultura ecológica.

En una carta denominada: Respuesta colectiva de académicos del entorno a la soberanía alimentaria a la Estrategia F2F, que le fue enviada a los dirigentes de la Comisión Europea, investigadores expertos en política alimentaria de diversas universidades europeas, señalan que se tienen muchos puntos positivos, como los antes mencionados. Sin embargo, la Estrategia F2F no tiene en cuenta los efectos negativos del modelo actual de producción industrial de alimentos: por ejemplo, la Estrategia F2F no destaca otros modelos de producción, como la agroecología, que han demostrado ser efectivos en el camino hacia la sostenibilidad. Indican, que la falta de mención de las cadenas de suministro alternativas también es preocupante, ya que claramente cumplen con los objetivos principales de la Estrategia F2F (proporcionar alimentos accesibles, saludables y sostenibles). La afirmación más contundente es que una vez más, la política va a la zaga de la evidencia científica y que todavía la Estrategia F2F no llega lo suficientemente lejos como para garantizar sistemas alimentarios diversos, sostenibles y justos para todos y todas en la Unión Europea (https://foodgovernance.files.wordpress.com/2020/06/f2f-strategy-commentary-castellano-2.pdf).

Se debe tomar en cuenta que, como toda Estrategia F2F, es prácticamente una declaración de buenas intenciones, una especie de hoja de ruta. Al respecto se requiere todavía lograr un amplio consenso entre los 28 estados miembros de la Unión Europea, no sólo de la propia Comisión. En todo caso se necesita impulsar un marco legal vinculante, como la propia Estrategia F2F plantea lograr hacia el 2023.

Además, se debe tomar en cuenta que la Estrategia F2F es paralela y complementaria a la denominada Política Agrícola Común (PAC) post-2020, que se traduce en los Planes Estratégicos Nacionales del PAC. En donde los estados miembros de la Unión Europea luchan literalmente por los cuantiosos recursos anuales para la ejecución de dicha política. Si los objetivos de la Estrategia F2F transitan, tendrán que cuidarse que exista una alineación completa entre la Estrategia F2F y la futura PAC. Es decir, la forma en que se distribuyan los recursos del PAC acordados por los estados miembros de la Unión Europea.

Se espera tenga éxito este viraje de la Estrategia F2F por la conservación de la naturaleza tras la pandemia. Es evidente, siguiendo muchas de las ideas expresadas en la Estrategia F2F, que la política alimentaria es demasiado importante para dejarla en manos de las grandes empresas agroalimentarias que producen y comercializan nuestros alimentos. Ellas deben cambiar en primera instancia, no dejar la responsabilidad a la ciudadanía, ellas son especialmente las responsables del desastre ambiental y de la salud en el planeta. Finalmente, los gobiernos deben proteger a los ciudadanos, al planeta, frente a los meros intereses de la ganancia económica, ya no deben existir excusas para la inacción. Se requiere hacer elecciones difíciles de supervivencia colectiva, anteponiendo el valor de las vidas humanas al crecimiento económico, en este futuro, que ya es presente.