9 marzo,2024 4:53 am

De la salud de nuestros bosques y selvas

Octavio Klimek Alcaraz

Con mi admiración y respeto a los combatientes de incendios forestales.

 

Conforme los datos del Inventario Nacional Forestal y de Suelos del ciclo de muestreo 2015-2020 hecho por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) con los datos de los sitios de muestreo de un total de 29 mil 905 árboles en Guerrero con registro respecto a las condiciones del arbolado de acuerdo con una clasificación de cuatro estados físicos: vivo, muerto en pie, tocón con marca y tocón sin marca. De ese gran total citado en su mayor parte el 92.0 por ciento son árboles vivos (27 mil 441), sólo un 6.0 por ciento son árboles muertos en pie (1 mil 884). En cuanto al registro de tocones, en total representan el 2.0 por ciento de la muestra total. Destaca que se encuentra identificados en los sitios de muestreo un gran número de tocones sin marca (571), que se infiere son de tala ilegal, concentradas en las principales formaciones forestales: 165 tocones sin marca en bosques de coníferas y latifoliadas; 126 tocones sin marca en selvas bajas, y 105 tocones en bosques de latifoliadas. Frente a la baja frecuencia registrada de tocones con marca, nueve en total –cinco de estos marcajes se registran en bosque mesófilo, que por convención no se autoriza su aprovechamiento legal, por lo que no se comprende porque fueron marcados–. Es decir, se puede inferir a partir del inventario, que la mayor parte de la tala de árboles en Guerrero se realiza sin autorización alguna.

El asunto, se complica aún más. Conforme al Inventario Nacional Forestal y de Suelos, se estima que la proporción de árboles identificados con algún tipo de daño del arbolado vivo en el estadoes de 34.4 por ciento, uno de cada tres árboles vivos. Cabe destacar que las formaciones forestales de interés forestal con más arboles dañados en proporción son los bosques, en primer lugar, los bosques de coníferas y latifoliadas con 48.7 por ciento –casi la mitad del arbolado–, le siguen en orden de mayor a menor proporción los bosques de coníferas, los bosques de latifoliadas y finalmente los bosques mesófilos. Las selvas altas y medianas tienen arbolado dañado en un 28.5 por ciento y las selvas bajas en un 16.7 por ciento. Respecto al número de árboles dañados por hetárea, son los bosques de coníferas y latifoliadas los que presentan valores más altos (174 árboles dañados por hectárea), seguidos por los bosques de latifoliadas (157 árboles dañados por hectárea), bosques mesófilos (156 árboles dañados por hectárea) y bosques de coníferas (136 árboles dañados por hectárea). Otro tipo de formaciones no presentan estos valores tan altos por unidad de superficie.

A la pregunta de cuáles son los agentes causales de daño. El Inventario Nacional Forestal y de Suelos registra que el agente causal de más impacto en el estado son los incendios, que afectan el 46.0 por ciento del total de los registros con daño registrado –los incendios son en su mayor parte causados por seres humanos–, en especial los bosques de coníferas y latifoliadas con 58.0 por ciento de los registros del total de daños causados por incendios, y los bosques de latifoliadas con 25.0 por ciento de los registros del total de daños causados por incendios. Las enfermedades es el segundo agente causal de daño con 29.0 por ciento del total de registros. Las enfermedades se presentan con el mayor número de registros en los bosques, tanto los bosques de coníferas y latifoliadas (29.0 por ciento del total de registro de enfermedades), como los bosques de latifoliadas (23.0 por ciento), así como en las selvas bajas (22.0 por ciento). El tercer lugar de agentes causales de daño son de manera genérica las actividades humanas con 11.0 por ciento del total de registros. Estos agentes causales se concentran en los bosques de coníferas y latifoliadas (20.0 por ciento del total de registro de actividades humanas), los bosques de latifoliadas (27.0 por ciento) y las selvas bajas (19.0 por ciento).

Dado que se observa que el principal agente causal de daños a la salud de los bosques y selvas de Guerrero son los incendios forestales, además de la tala ilegal, me permito presentar algunos datos. El Sistema Nacional de Información Ambiental y de los Recursos Naturales de la Semarnat, así como la Conafor registran que entre los años 2010 al 2023 (últimos 14 años), el número de incendios forestales en Guerrero rondan los 197 incendios en promedio anual, aunque dicho promedio ha sido superado desde 2017. La superficie afectada del 2010 al 2023 se encuentra en promedio en las 37 mil 845 hectáreas anuales, destacando sobre dicho promedio los incrementos en superficie afectada de los años 2019 al 2023, en especial en el 2022 y 2023 con 108 mil 597 y 111 mil 124 hectáreas afectadas por incendios forestales respectivamente. Esto conlleva a que, en el 2023, Guerrero fue el 3er lugar en superficie afectada después de Jalisco y Chihuahua. Al estimar la superficie afectada por incendio se estima que entre el 2010 y el 2023 se registró en promedio anual 192 hectáreas afectadas por incendio, encontrándose que dicho indicador de eficiencia registra un incremento significativo sobre el promedio indicado del año 2020 en adelante, destacando el 2022 y 2023 con 443 y 507 hectáreas afectadas por incendio respectivamente.

No omito el destacar que en la entidad se logró en el 2015 la menor superficie afectada por incendios forestales en superficie total, como por grado de afectación por incendio, que se reporta desde 1995 de manera oficial. En total, se produjeron 147 incendios en Guerrero y se quemaron 5 mil 487 hectáreas. La afectación por incendio fue de 37 hectáreas para todo el año 2015.

Puedo explicar estos últimos resultados. En el 2015, un servidor, había asumido el cargo de titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) a invitación del gobernador Rogelio Ortega Martínez. Tuve esa oportunidad de estar 10 meses en esa responsabilidad de servir a la gente y a la naturaleza. Así, con el apoyo de un gran equipo de trabajo, se logró el establecimiento de dos brigadas oficiales del gobierno del estado y 31 brigadas comunitarias de combate y control de incendios forestales con el apoyo presupuestal de Conafor y Semarnat. A estas se sumaban las cuatro brigadas oficiales de la Conafor, propietarios de terrenos forestales, entre otros integrantes de esos equipos, que arriesgan su vida en el combate y control de los incendios forestales en Guerrero. Se tuvieron recursos para pago de brigadistas, avituallamiento, herramientas, uniformes y botiquines. La función de dichas brigadas comunitarias fue realizar actividades de prevención, combate y control de incendios forestales. Se instalaron las brigadas a lo largo y ancho de la geografía de Guerrero, con el conocimiento de los expertos en combate de incendios forestales en Guerrero. Así, dado que las brigadas estaban vigilantes de cualquier posible incendio forestal, los tiempos de respuesta ante la presencia de un incendio para su combate y control fueron menores a lo habitual. Se trataba de no permitir que un incendio se expandiera en demasía.

Además, se autorizó la compra de equipo de telecomunicaciones, así como para la compra de cinco vehículos para trasladar brigadas al combate y control de incendios forestales.

Con todo esto quiero decir que se requieren programas del manejo del fuego con recursos presupuestales para cumplir sus metas. Personal capacitado y bien pagado y todo el equipo que requieren para estos menesteres. Todavía se está en la posibilidad de atender esto, antes de una crisis de incendios forestales en la entidad, peor que 2022 o 2023.

En el caso específico del parque nacional El Veladero, se requiere de manera urgente por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), instalar su Consejo Asesor, para que la sociedad apoye las tareas de restauración de este, coadyuve además en la elaboración del programa de manejo, que a la fecha sigue sin expedirse, y su evaluación. En este momento, sería de gran utilidad en la urgente toma de decisiones en el manejo del fuego tener operando el Consejo Asesor. Por lo menos, que la Conanp apoye para que se tenga una brigada bien equipada atendiendo el parque nacional El Veladero. Cuidar y hacer todas las medidas de prevención para que de aquí a lluvias no existan incendios en el parque nacional, tan emblemático para Acapulco.