21 agosto,2018 5:24 pm

Debatirá la SCJN etiquetado de alimentos y bebidas

Texto: Apro/ EFE/ Foto. EFE
Ciudad de México, 21 de agosto de 2018. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutirá el 22 de agosto posibles modificaciones al etiquetado nutrimental en alimentos y bebidas vigente desde 2015, mismo que ha sido cuestionado por organizaciones como El Poder del Consumidor, quienes han denunciado que está fuera de las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Poder del Consumidor interpuso un amparo contra dicho etiquetado frontal al señalar que no está sustentado en evidencia científica, no es claro y podría representar un riesgo a la salud respecto a la ingesta de azúcar.
“El etiquetado de alimentos emitido por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) viola derechos humanos tales como el derecho a la salud y el derecho a la información de los consumidores”, afirma El Poder del Consumidor en un comunicado.
Mikel Arriola, excandidato priista a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, trabajó en la Cofepris de 2011 a 2016.
La SCJN debatirá el proyecto de sentencia planteado por el ministro José Fernando Franco González Salas que señalaría los fallos de la Cofepris, plasmados en el etiquetado frontal.
De acuerdo con la misma organización el etiquetado actual mantiene “el engaño y la desinformación a los consumidores mexicanos, quienes vivimos una de las peores epidemias de obesidad y diabetes en el mundo”.
Ante tal situación, la organización afirmó que la Corte puede contribuir para garantizar el acceso a información entendible que permita a la población mexicana realizar una selección de productos más saludable.
Son una trampa para la salud las etiquetas de productos alimentarios, dice experto
Las empresas de la industria alimentaria ocultan de manera intencional información valiosa para la salud en sus etiquetados para impedir la reducción de sus ventas, afirmó el doctor Jorge Soriano Santos, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“La trampa consiste en presentar solo los porcentajes de azúcares, sodio y grasas que contienen, pero omiten el daño que su consumo causa a la salud de las personas”, indicó el profesor del Departamento de Biotecnología de la Unidad Iztapalapa de la UAM, citado en un comunicado de la institución.
El especialista advirtió que, además, usan los términos caloría y kilocaloría sin diferenciar que el segundo equivale a mil calorías, “por lo que si la gente conociera esa información lo pensaría dos veces antes de consumir determinados productos”.
Durante la conferencia “El plato del buen comer”, el especialista recordó que la forma en que el Gobierno busca resolver el problema relacionado con la obesidad y el sobrepeso fue la modificación a la norma Nom-043-SSA2-2005, relacionada con los servicios básicos de promoción y educación para la salud alimentaria.
La norma incluye el concepto “plato del buen comer”, que pretende promover una dieta correcta para toda la población y debe combinar los alimentos que aporten los nutrimentos necesarios al organismo para prevenir enfermedades y evitar poner en riesgo la vida.
El programa establece que para tener una buena alimentación es necesario consumir “frutas y verduras en grandes cantidades; cereales lo necesario, y leguminosas y productos de origen animal en pocas dosis”.
“Sin embargo el problema de esta división es que es subjetiva y lo que es mucho para algunos puede ser poco para otros y viceversa”, señaló el experto.
Para evitar esa confusión el doctor Soriano sugirió que la ingesta diaria recomendada para una persona adulta es de 2 mil kilocalorías que no deben consumirse en un solo tipo de alimento.
Su recomendación es que se consuman tres porciones de frutas y tres de verduras; ocho de cereales, preferentemente integrales y de granos enteros; dos de leguminosas; tres porciones de origen animal con bajo contenido graso, y dos de lácteos, de preferencia leche reducida en grasa y deslactosada.
Del mismo modo, se deben consumir de tres a ocho vasos de agua simple, dos raciones de azúcares que no rebasen el 10 por ciento del requerimiento calórico y cinco medidas de grasa.
Si bien mantener una dieta que se ajuste a esos parámetros diariamente resulta complicado, Soriano dijo que hacerlo una costumbre podrá mejorar la calidad de vida de las personas.
“Especialmente si se inculca desde la infancia, pues un gran porcentaje de los pacientes graves que llegan de urgencia a los hospitales padecen desórdenes alimenticios”, finalizó.