9 marzo,2018 6:35 am

Declaran médicos y enfermeros del hospital capitalino sobre las jóvenes colombianas

En el citatorio que les enviaron, se especifica que se trata de una investigación del “delito de homicidio con motivo de tránsito vehicular, en agravio de Tatiana y Dayana”.

Texto: María Avilez Rodríguez / Foto: Especial
Chilpancingo, Guerrero. Trabajadores del Hospital General Raymundo Abarca Alarcón comparecieron ante la Fiscalía General del Estado (FGE) para responder sobre la atención prestada a las dos jóvenes colombianas que se accidentaron en un Ferrari en la Autopista del Sol, Tatiana y Dayana.
Por otro lado, se constató que en el hospital hay un área de quemados que está equipada, pero no funciona; el director, Víctor Hugo Garzón Barrientos, incluso desconocía de su existencia.
Este jueves, los trabajadores del hospital citados llegaron a las 12:40 del día a la FGE, incluso uno de ellos portaba su uniforme blanco. Se trató de dialogar con uno de los abogados de los trabajadores, pero éste se negó a dar información.
En el citatorio que les hicieron llegar se informa que fueron llamados sólo trabajadores que estuvieron de guardia nocturna el 26 de febrero, es decir, el médico urgenciólogo, el médico general, el médico interno de pregrado, enfermeros, enfermeras y camilleros que intervinieron en la atención de las víctimas, Tatiana y Dayana.
El citatorio indica que, “a efecto de que rindan su declaración en relación a su intervención cuando brindaban atención a las personas señaladas relacionadas con los hechos que motivaron el inicio de la carpeta de investigación citada al rubro, instruida de quien resulte responsable, del delito de homicidio con motivo de tránsito vehicular, en agravio de Tatiana y Dayana”.
El citatorio no indica que los involucrados tienen que declarar sobre la difusión de las imágenes de las jóvenes colombianas.
Un trabajador, que solicitó omitir su nombre por temor a represalias, comentó que el 26 de febrero, cuando atendían a las jóvenes accidentadas, en la sala de urgencias había muchos policías, sin especificar de qué corporación, quienes podrían haber filtrado las imágenes.
Además, informó que, Víctor Hugo Garzón Barrientos sigue en funciones y no lo destituirán porque la Contraloría de la Secretaría de Salud practica una auditoría al Hospital General Raymundo Abarca Alarcón.
El martes, el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, informó que la dependencia a su cargo solicitó a la Fiscalía una investigación sobre la filtración en redes sociales y medios de comunicación de fotografías y videos tomados a las jóvenes, mientras se encontraban internadas en el hospital; las imágenes de las jóvenes quemadas invaden la privacidad y violentan la dignidad humana.
Vía telefónica, el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia informó que se investiga a partir de una solicitud de la Secretaría de Salud, que encabeza Carlos de la Peña Pintos, para que la FGE haga una indagación exhaustiva para saber si existe la comisión de algún delito.
Dijo que el Ministerio Público inició una investigación para deslindar de cualquier delito a la Secretaría de Salud; “fueron requeridos los trabajadores que pudieron haber estado vinculados en el área donde fueron atendidas las jóvenes”, dijo el vocero.
Indicó que si el Ministerio Público comprueba que hay un delito, va a proceder contra quien resulte responsable, pero sólo es a nivel de investigación. Manifestó que la investigación también es por la filtración de las imágenes, porque violan el derecho humano a la privacidad.
Precisó que acudieron a declarar 13 trabajadores del hospital Raymundo Abarca Alarcón.
Las imágenes difundidas muestran los cuerpos de Dayana y Tatiana completamente desnudos y quemados en el hospital, donde ambas jóvenes murieron luego del choque del Ferrari en el que viajaban el 26 de febrero en la Autopista del Sol, por quemaduras de tercer grado en 90 por ciento de sus cuerpos.
Existe el área de quemados, está equipada, pero no está en funcionamiento
En el hospital Raymundo Abarca Alarcón se hizo un recorrido en el área de Quemados, para acceder al lugar se requiere un permiso del área de Gobierno.
En el tercer piso también está el área de Ginecología e incubadoras, por lo cual hay vigilancia e incluso las bolsas de los visitantes son revisadas.
Al llegar se observa una placa en la entrada en la que se lee: Unidad de Quemados, Fundación Michou y Mau IAP para niños quemados.
Sólo un trabajador tiene llave de la puerta de entrada. Dentro se observaron unos seis consultorios equipados con camas especiales, en pabellones exclusivos para personas quemadas.
Además, en los pasillos se observaron unas siete camas y un quirófano amplio con mucha iluminación, casi equipado, donde había lámparas y aparatos médicos.
De acuerdo a un boletín de la Secretaría de Salud publicado el 6 de marzo, los equipos, las camillas y el quirófano con los que cuenta están intactos en este espacio, que existe desde que se construyó el hospital; sin embargo no funcionan porque no tienen los recursos necesarios, enfermeros, médicos especialistas y anestesiólogos que se requieren para los tratamientos.
El 1 de marzo, el director Víctor Hugo Garzón Barrientos, declaró a El Sur que el hospital no contaba con un área especializada para quemaduras, dijo que, “existe un proyecto y búsqueda de equipamiento, pero este hospital es de segundo nivel”, aunque precisó que no influyó en la atención de las jóvenes colombianas, porque a los pacientes con quemaduras del 50 por ciento de su cuerpo los trasladan a las unidades de quemados a la Ciudad de México.
El 16 de marzo de 2012, el entonces presidente, Felipe Calderón Hinojosa dijo que “es un hospital bellísimo, muy grande, más grande de lo que yo me estaba imaginando”, sin embargo, actualmente el edificio tiene cuarteaduras.
Informó que era un hospital al que le habían invertido más de 550 millones de pesos, de los cuales 362 fueron del gobierno Federal y 161 del gobierno estatal.
Se iban a ofrecer especialidades médicas de cardiología, oncología, cirugía general, cirugía plástica y reconstructiva, dermatología, urología, neurología, ortopedia, ginecología y obstetricia.
Asimismo, el hospital beneficiaría a medio millón de guerrerenses, pacientes de Chilpancingo, Zumpango, Chilapa, Tixtla, Heliodoro Castillo, Juan R. Escudero, José Joaquín Herrera, Leonardo Bravo y Mochitlán, entre muchos otros municipios.
En reiteradas ocasiones, trabajadores del hospital han denunciado que hace falta material de curación, medicamentos, personal y que la infraestructura está empeorando.