30 marzo,2018 1:17 pm

Dedica el arzobispo de Acapulco el encuentro de María y Jesús a las madres de víctimas

Texto y foto: Karina Contreras
Acapulco, Guerrero, 30 de marzo de 2018. En la escena de la cuarta estación, donde la imagen de María se encuentra con la de Jesús, que va camino a la crucifixión, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, dijo que el dolor de una madre conmueve hondamente y que la Virgen recoge las lágrimas que derraman todas las madres por sus hijos asesinados y desaparecidos.
Agregó que también por esas madres que sus hijos se han hecho esclavos de la droga por la ambición a la que los han inducido y con la cual les quitan salud y libertad; a sus hijos esclavos de las amenazas con que les obligan a comercializar con ella, a trasladarla o cultivarla.
También las lágrimas de las madres al ver a unos de sus hijos sin ideal de bien, deslumbrado por lo que compra el dinero del sicario y que es dinero fruto de sangre derramada y del amargo llanto de las familias de los ejecutados.
Exactamente a las 12 del día la virgen María se encontró con Jesús y mientras las imágenes representaban la escena más conmovedora de las caídas los feligreses rezaron.