8 diciembre,2021 4:49 am

Deja la minería territorios devastados, pueblos divididos y daños ambientales y sociales irreparables

Habla el director de la fundación Henry Boll en México, Dawid Bartelt, en la presentación del libro Montaña a cielo abierto ¡Libre de Minería!, que documenta la lucha de pueblo Júba Wajiin contra esa actividad económica. En ninguna otra región del mundo hay áreas concesionadas para la minería como en México y en Guerrero, afirma. El texto resume la disputa jurídica y política del pueblo de San Miguel del Progreso, municipio de Malinaltepec

Chilpancingo, Guerrero, 8 de diciembre de 2021. En la presentación del libro Montaña a cielo abierto ¡Libre de Minería!, de la académica y autora del texto Yacotzin Bravo, el director de la fundación Henry Boll en México, Dawid Bartelt, dijo que hablar de minería en México es hablar de grandes cantidades de dinero que mueven las empresas.

Compañías que crean pocos empleos y dejan territorios devastados y comunidades políticamente divididas; además de daños ambientales y sociales difíciles, sino que imposibles de reparar.

El libro que fue presentado anoche de manera virtual, resume la lucha jurídica y política del pueblo de Júba Wajiin (San Miguel del Progreso), municipio de Malinaltepec, que libró de la mano con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan.

El texto fue comentado por Dawid Bartelt, la autora Yacotzin Bravo y la profesora investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), María Teresa Sierra, y fue moderado por el director de Tlachinollan, Abel Barrera Hernández.

El director de la fundación Henry Boll en México, dijo que en la Montaña de Guerrero, a la que conoce porque fue una de las primeras regiones que visitó al llegar a México, hay grandes yacimientos de plata, oro y plomo, que la hace atractiva para el extractivismo del que la minería es la más importante, pero no la única.

“En ninguna otra región del mundo se han registrado incrementos tan grandes de territorios concesionados para la minería, como en México y en Guerrero”, dijo.

Comentó que el libro Montaña a cielo abierto ¡Libre de Minería! deja en claro la naturaleza de la minería y el extractivismo en la Montaña, particularmente en San Miguel del Progreso, pueblo indígena me’ phaa del que resaltó su importancia porque “demostró que resistir es posible”.

Agregó que ello, a pesar de que cuando una comunidad como San Miguel del Progreso lucha contra la minería, su lucha es desigual, “es como entre David y Goliat y no sólo porque las empresas tienen mucho dinero, sino porque tienen como aliado el Estado, que debería ser neutral, intermediario o, incluso, defender los intereses de sus ciudadanos y no a entidades privadas que, además, son extranjeras”.

Agregó que el libro es importante también porque retrata “minuciosamente” la experiencia de un litigio como estrategia política contra un sistema político que se dice democrático y que ha creado instituciones democráticas, “pero donde el poder político está organizado, a través de redes que involucran a redes de poder privadas”.

Celebró la publicación del libro porque dijo que con él “ya podemos trabajar procesos de litigio estratégico y espero que Júba Wajiin siga demostrando la fuerza y la capacidad para la defensa de su territorio”.

La autora Yacotzin Bravo, resumió que el libro es una memoria escrita de los pueblos originarios sobre la defensa de su territorio.

“Es, específicamente, la lucha que emprendió San Miguel del Progreso en los tribunales por más de seis años (del 2013 al 2019), que son, además, parte de los 20 años de la lucha de los núcleos agrarios en contra de la reserva de la biosfera y la minería en la Montaña de Guerrero.

“El libro visualiza las complejas violencias que sufren los pueblos indígenas y afromexicanas en Guerrero”, resumió.

Explicó que, además, se hace énfasis en la defensa que inicio Juba Wajin desde que rechazó la minería a partir del 2011, cuando mandata a su asamblea por usos y costumbres para la defensa de su territorio.

Recordó que San Miguel del Progreso sigue en la lucha, ahora con un nuevo desafío que es la defensa de su lengua me phaa como su derecho a de identidad, al haber solicitado ante el Registro Agrario Nacional (RAN) el registro de su Estatuto Agrario en su lengua.

Dijo que la ruta de la exigencia de justicia ante los tribunales por la defensa de su territorio, fue un trabajo conjunto y de la mano con Tlachinollan y que el pueblo de San Miguel del Progreso, tiene presente que sin Tlachinollan no hubiera sido posible el triunfo al haber ganado tres sentencias en contra de las mineras extranjeras.

Por su parte, la investigadora del CIESAS, María Teresa Sierra, quien participó en un peritaje para demostrar que Júba Wajíín es un pueblo me’ phaa y, por tanto, dueño de su territorio, mismo que fue tomado en cuenta para que la Jueza Primero de Distrito, Estela Platero, resolviera un amparo a favor de San Miguel del Progreso y contra la Secretaría de Economía del anterior gobierno, para dejar insubsistente la declaratoria de libertad de terreno, explicó que el libro es la sistematización de una larga lucha de Juba Wajin en la defensa de su territorio frente al extractivismo de las empresas extranjeras y al Estado mexicano.

“Nos revela la fuerza de esta pequeña comunidad que tomó la decisión de no permitir que en su territorio existiera la minería a cielo abierto, que es devastadora”.

Celebró que la lucha de este pueblo haya sido exitosa y dijo que se trata de una experiencia de autonomía indígena, en medio de la tremenda violencia, el caciquismo y la represión contra los pueblos.

“El libro contextualiza la lucha de la genealogía política y de las resistencias que se han dado en Guerrero que dan cuenta de la organización comunitaria”.

Agregó también que muestra la mirada crítica de la minería, y de lo que pasa con la minería en Guerrero.

Agregó que el libro es un aporte por la lucha judicial que abarcó seis años en los que se emitieron dos sentencias, las dos ganadas, “en un procedimiento tan tortuoso, que si no hubieran tenido el apoyo de los abogados de Tlachinollan, hubiera sido muy difícil”.

La investigadora añadió que la experiencia de Júba Wajíín se fortalece ahora con la Red de Consejo de Autoridades Agrarias, que han dicho no a la minería, “y lo que estamos viendo con esta lucha exitosa que tuvo el pueblo me’phaa es que ya tiene muchos ecos en la región y en otros pueblos de México y América Latina que están mirando cómo le hicieron; es la fuerza colectiva y los abogados comprometidos”.

Y el director de Tlachinollan, Abel Barrea, opinó que en efecto la de Júba Wajíín ya forma parte de las luchas emblemáticas en la región Montaña y en la Costa Chica.

Del libro dijo que “es la historia que escribió el mismo pueblo mediante su palabra y nosotros se la regresamos en la palabra escrita. Ellos nos plantearon sus problemas y estamos entregando cuentas con este libro”.

Añadió que Júba Wajíín sigue dando la batalla y que 22 núcleos agrarios se han unido en la defensa de su territorio. Dijo que ahora están en espera de que el TUA resuelva la solicitud que presentó ese pueblo, para que se reconozca su estatuto comunal en lengua me’ phaa.

“Su lucha sigue viva, varios pueblos están haciendo sus estatutos comunales. Eso es lo más importante de que las autoridades están haciendo y registrando sus estatutos, están haciendo la red de autoridades en la Montaña y Costa Chica”.

Celebró que se haya ampliado el espectro de la lucha y dijo que ésta “la ha abierto a cincel y a golpe” el pueblo de Júba Wajíín. Informó que el libro está disponible de manera gratuita en las oficinas de Tlachinollan, en Tlapa, y que también estará pronto en el CIESAS.

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Archivo