12 enero,2018 6:55 am

Desafíos a la política

Jorge Camacho Peñaloza

Sé prudente. Lo mejor en todo es escoger la ocasión.

Hesíodo

En el escenario de 2018 para el estado se configuró en los primeros días de enero un preocupante escenario complicado para la gobernabilidad, las instituciones y la política, cuatro sucesos de alto impacto inmediatamente se posicionaron de la escena política del estado inevitablemente con miras a convertirse en una tendencia del año.

En primer lugar, la violencia expresada en la desaparición de jóvenes por parte de la delincuencia organizada en grave aparente colusión con la policía municipal de Chilpancingo, asimismo la violencia contra indefensos pobladores de San Felipe por parte de la delincuencia que generó decenas de familias desplazadas en el municipio de Apaxtla de Castrejón, la violencia que continúan ejerciendo grupos armados que se dicen policías comunitarias en Cacahuatepec con el resultado de once muertos y la violencia política expresada en el regreso fallido de Marco Antonio Leyva como alcalde de Chilpancingo que parece estar levantando un cisma político inédito en la capital del estado.

Todos estos sucesos aparentemente inconexos entre sí, dieron un arranque conflictivo al nuevo año, los que se vinieron a sumar a los homicidios de figuras políticas en Petatlán y Atoyac de finales de año pasado, eventos que pusieron en jaque a las instituciones llámese ayuntamientos, gobierno del estado, corporaciones de seguridad, gobierno federal y Congreso del Estado, desde sus capacidades de prevención hasta las de aplicación de la ley, configurando un contexto de una aparente falta de control.

Las disputas políticas internas en los partidos ya están en desarrollo, entre los partidos, más las que existen entre grupos sociales que actúan al margen de la ley, policías comunitarias y delincuencia organizada las cuales también tienen sus intereses en el proceso electoral, más adelante vendrán las disputas entre los militantes, seguidores y simpatizantes de los partidos y candidatos ya en las campañas formales ¿Qué se espera de todo esto?

Se vienen tiempos muy complicados, se va a necesitar mucha política, cabe que los actores políticos hagan un alto y reflexionemos qué panorama queremos para Guerrero, el proceso electoral vendrá a exacerbar los intereses, de lo que resultarán eventos de violencia criminal y política, lo que viene a representar todo un desafío para la política como la acción que busca canalizar precisamente las diferencias, como lucha por el poder y como ejercicio de gobierno.

Lo menos deseable es que Guerrero se convulsione, a nadie le conviene. El año pinta muy complicado como para que desde las campañas electorales le echemos más fuego a la hoguera. Está bien que haya disputa política, pero en el otro extremo tenemos la obligación de coincidir o ser corresponsables en la generación de paz social, disputa política sí, violencia social no. Se requiere de mucha política para desactivar los riesgos, en la política se requiere eso, cálculo de acción preventiva.

El proceso electoral podrá generar posturas políticas irreconciliables, ataques y debates, pero socialmente la política es cohesión. Podemos mantener nuestras diferencias y hacernos críticas lo que no podemos es que a partir de ellas se genere violencia o hacer de la violencia un estímulo a las diferencias políticas.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A todos los actores políticos que vayamos poniéndole altura y cordura al ejercicio de la política, quién lo iba a pensar que ya nos vinieron a poner el ejemplo, al haber renunciado a pretender una candidatura, así sí me quito hasta el sombrero.