12 octubre,2024 4:15 am

Descreen capitalinos de que el aumento de la Guardia Nacional traiga seguridad

 

Chilpancingo, Guerrero, a 12 de octubre de 2024.- La presencia de fuerzas de seguridad se concentra ante el cuartel de la Guardia Nacional a las afueras de la ciudad y en torno a Saúl Alarcón Herrera, que el jueves asumió la presidencia municipal tras el asesinato de Alejandro Arcos.

También se pueden ver convoyes de Guardia Nacional, Marina y Ejército en las calles, pero el miedo persiste en la población.

“Tengo miedo desde lo que pasó (el crimen del primer edil y cuyo cadáver decapitado fue dejado la tarde del domingo pasado en una camioneta). “Está peligroso, si hay seguridad, pero es poca. La gente tiene miedo”, dice una trabajadora del centro de la ciudad.

La empleada de una cocina económica sale de su trabajo a las 8 de la noche. Tiene que cruzar el andador Zapata, donde dice, ve presencia de Guardia Nacional.

El horario de su combi hacia su colonia se ha reducido media hora y es difícil encontrar una unidad después de las 8:30 de la noche.

“Se siente mucho peligro en las calles de Chilpancingo. Si hay gente, pero es poca ya en la noche. Todos están encerrados”, expresa.

Este viernes, filtros de revisión aleatoria se instalaron en la salida y entrada a Chilpancingo, en la carretera federal hacía Acapulco, afuera de la Comandancia de la Guardia Nacional.

Son los llamados “puestos de seguridad ciudadana” en ambos sentidos. A menos de cinco minutos de allí está la entrada a la comunidad de Petaquillas que conecta al circuito Río Azul.

Por momentos, sobre todo cuando hay prensa, los agentes sacan sofisticados aparatos  o perros entrenados para detectar narcóticos, armas o dinero en efectivo.

Parece que es toda la estrategia de la que se mofan los usuarios de redes sociales que piden inteligencia para el combate al crimen.

En la víspera se anunció que 280 soldados y policías militares realizarán tareas para inhibir acciones de la delincuencia organizada.

Por  el bulevar Vicente Guerrero se observan patrullas de la Guardia Nacional, otros más afuera del mercado central y en las principales avenidas.

Pero la presencia se acentúa en el centro de la ciudad, alrededor del recién nombrado alcalde en sustitución de Alejandro Arcos, el médico Gustavo Alarcón Herrera.

También ciudadanos de otros municipios temen llegar a la capital del estado.

Una maestra de un municipio de la zona Centro que tiene que acudir a realizar trámites a Chilpancingo manifiesta a este reportero.

“El miedo es que en cualquier momento pudiese pasar algo más fuerte por lo que le sucedió al presidente (municipal) y por lo que ha estado pasando.

“Así, aunque haya muchos policías existe un miedo de ir a Chilpancingo, incluso de recorrer el centro”.

También dice que se siente coraje e impotencia de que ninguna autoridad haga nada por detener la violencia, sobre todo la gobernadora Evelyn Salgado.

A las dos de la tarde las alarmas se vuelven a encender. Un reporte de un supuesto asesinato de un estudiante al sur de la ciudad moviliza a policías y reporteros, también a directivos y padres de familia. La noticia se desmiente y se sabe que los adolescentes hicieron un reto y se fueron.

Chilpancingo continúa su vida cotidiana, sus calles angostas están repletas de automóviles, combis y transeúntes, pero desde que el crimen permeó la vida política y económica de la ciudad capital el miedo persigue a todos.

Texto: Luis Daniel Nava/ Foto: Jesús Eduardo Guerrero