16 mayo,2024 8:43 am

Desde hace 13 años mi vida es el Fundej: madre buscadora

 

Ciudad de México, 16 de mayo de 2024. Lorena camina desorientada y cabizbaja. Acaba de salir del Semefo, está a punto de llorar y la primera en notarlo es Guadalupe Aguilar.

Lupita, como conocen a la fundadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco (Fundej), el primer colectivo de su tipo en Jalisco, observa sentada en una mesa en donde se apilan carpetas y las esperanzas de decenas de personas que comparten un dolor profundo.

No conoce aún a Lorena, pero la activista sabe que cruzará la calle y llegará a la pequeña capilla de la Virgen de Guadalupe, instalada por el colectivo dos años atrás.

Ahí, Lorena romperá en llanto.

Después de unos minutos, la mujer se acercará a Lupita, guiada por otras integrantes de Fundej.

Le contará por qué llora: el cadáver de su hermano Uriel, desaparecido el 15 de septiembre de 2015, fue localizado seis días después, pero se lo acaban de confirmar. De nada sirvieron casi ocho años de acudir a preguntar por él a esa morgue.

Como la de Uriel y Lorena, en Jalisco hay decenas de historias, lamenta Lupita.

 

Ve en colectivos una reacción a crisis

“Mi vida desde hace 13 años es esta, es Fundej”, comenta Aguilar, quien recuerda 2011 y 2012, los dos primeros años de búsqueda de su hijo, José Luis Arana Aguilar, como los más difíciles.

Fundej surgió en 2013 como el primer colectivo de familias de desaparecidos en Jalisco, cuando no más de 2 mil personas estaban desaparecidas y aquello ya era una crisis con la que empezaba el gobierno de Aristóteles Sandoval.

 

¿Por qué un grupo de familiares de personas desaparecidas un día decidieron unirse?

Lupita tiene varias explicaciones, la principal es la crisis de desaparecidos, la de fosas clandestinas y la forense.

“Vámonos juntando porque si no es así no vamos a encontrarlos”, recuerda que le dijo a Doña Naty, la primera buscadora con la que hizo comunidad.

“Sabemos que esto es para largo, mientras siga habiendo crisis forense, porque sigue habiendo crisis, aquí estaremos”.

La otra es el acompañamiento, ella recuerda sus primeros años sola y entiende la importancia estar juntos, de abrazar y apoyarse, como hizo con Lorena, como hacen los cerca de 600 integrantes de Fundej.

Actualmente hay más de 25 colectivos en Jalisco.

Desde la perspectiva de Lupita cada uno mantiene una lucha desde distintos frentes, los hay buscadores de fosas en campo, quienes hacen pega de fichas de búsqueda, quienes toman cursos con forenses y quienes, como ella, acompañan a las familias que acuden al Semefo.

 

La salida de la crisis comienza con voluntad política

Desde el momento en que surgió el primer colectivo de familias de personas desaparecidas hasta el pasado 31 de marzo, Jalisco pasó de tener cerca de 2 mil personas desaparecidas a 14 mil 704 víctimas, es decir, en 11 años sumaron casi 13 mil personas.

En este lapso se han acumulado hallazgos de fosas clandestinas, cadáveres segmentados y los cuerpos en las morgues, repositorios de segmentos humanos y panteones forenses y municipales.

“Aún no lo sé, aún no lo sé”, comenta Lupita cuando se le pregunta si sabe cuál es el camino que puede tomar Jalisco para salir de la crisis.

“¿Sabes por qué no lo sé todavía? Porque no hay voluntad política”.

Ella no es indiferente a los avances que ha habido en más de una década. Cuando su hijo desapareció no había una Fiscalía Especial de Personas Desaparecidas, Comisión de Búsqueda del Estado ni Ley de Personas Desaparecidas en Jalisco.

Tampoco había registros de fosas ni de víctimas de desaparición o plataformas para revisar cuántas personas fallecidas sin identificar hay en las morgues del Estado.

Incluso destaca la apertura de la Fiscal Blanca Trujillo Cuevas y de otros funcionarios ligados con las búsquedas. El diálogo con ellos ha sido clave para que Fundej apoye a las familias.

El problema actual, afirma, es la falta de voluntad del gobernador Enrique Alfaro.

“Yo primero, antes que cualquier acción, dialogo, dialogo con la fiscal, dialogo con el comisionado de búsqueda, con el de víctimas, con el único que no se ha dejado que platiquemos es con el gobernador.

“¿Cuándo nos habían puesto vallas en Palacio de Gobierno?, yo recuerdo que yo entraba como en mi casa, obviamente con cita. Y ahora te detienen, el gobernador, con su actitud así, ¿qué te dice, psicológicamente? ‘No te metas conmigo’. Entonces, si a él no le importan los desaparecidos, está en la línea de gobierno federal”, concluyó Aguilar.

 

“Hago todo lo posible por ayudarles”

Desde la marcha con Javier Sicilia en su Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, pasando por la ONU, las reuniones con mandatarios, hasta el reconocimiento que recibió el 13 de marzo de manos del Rey de España, Felipe VI, Lupita sabe que todo este camino tiene un solo objetivo: encontrar a su hijo José Luis.

Año con año, la posibilidad de hallarlo con vida se desvanece, lo sabe, pero también sabe que seguirá respaldando a otras madres, un acompañamiento que le hubiera gustado tener a ella.

“(Nuestros hijos) son nuestra vida, al menos mi vida desde hace 13 años es esta, es FUNDEJ.

“Y si no encuentro a mi hijo, hago todo lo posible por ayudarles a las mamás a que ellas sí los encuentren”, comenta mientras pide a sus compañeras que se acerquen a otra mujer que acaba de salir del Semefo.

“Yo cada día me alejo más de poderlo encontrar, pero me acerco más a las que sí pueden encontrarlos”.

 

Texto y foto de archivo: Agencia Reforma