El equipo que dirige Lopetegui gana el clásico sevillano en un estadio Ramón Sánchez-Pizjuán sin público ante un riguroso protocolo sanitario, en el reinicio del campeonato, tras estar en pausa tres meses por la pandemia. Antes del juego, se da un minuto de silencio por los fallecidos en España por el coronavirus
Sevilla, España, 12 de junio de 2020. El Sevilla FC se quedó con un 2-0 el derbi contra el Real Betis con dominio casi total y los goles de Ocampos y Fernando, dos zarpazos que hicieron justicia para los locales en un vacío Ramón Sánchez-Pizjuán, en el choque que ayer marcó el reinicio de la Liga española y un “nuevo” futbol por el coronavirus.
La grave crisis sanitaria que trajo la pandemia dejó a un lado todo, incluido el futbol, durante meses de supervivencia nacional. Aún en estado de alarma, pero con una situación muy mejorada de lo sufrido a mediados de marzo, el futbol cumplió su objetivo de volver, sin público y cumpliendo un riguroso protocolo.
Con un minuto de silencio, homenaje a miles de víctimas y recuerdo del camino por recorrer, el Pizjuán dio la bienvenida a 11 jornadas que quedan para decidir todo. Un derbi sevillano, con todos los focos, sirvió el plato único y grande de la jornada 28, que permite al Sevilla afianzar la zona Champions con 50 puntos.
Los de Julen Lopetegui fueron mejores que un Betis que apenas asomó a la meta rival. El cuadro local tardó poco en controlar el balón y en hacer mejor la presión que también intentó su rival. Ocampos, que era duda por molestias, fue el mejor del partido. El argentino tuvo la primera con un balón a la cruceta, mientras el Betis era protagonista de las imprecisiones de la inactividad.
Kunde remató solo pero desviado al igual que De Jong. En media hora las ocasiones ya habían sido muy claras para los locales. Rubi apostó por Aleñá en el centro del campo y apenas apareció. Tampoco Canales ni Fekir, todos bien anulados por los de Lopetegui. Tras el descanso siguió mejor el Sevilla, con Navas animándose. Sin embargo, el 1-0 llegó en un penalti de Bartra en el salto con De Jong.
Mateu Lahoz esperó a la ayuda del VAR, lo que crispó más a los visitantes, pero Ocampos transformó el penalti en el 56’. Cinco minutos después, el argentino tocó de tacón una jugada de saque de esquina y el balón le llegó a Fernando en el segundo palo para el 2-0. No hubo reacción bética sino arreón local.
Borja Iglesias cazó la única que tuvo en el partido, por la gran labor de los centrales sevillistas, pero desviada, justo antes de salir del campo. La entrada de Joaquín, Loren y Lainez exigió algo más al Sevilla, pero no cambió un regreso con derrota que aleja el ya complicado de por sí objetivo europeo del Betis.
No guardan la sana distancia
La reanudación de la Liga española dejó claro que será difícil seguir las medidas de sana distancia en la nueva normalidad por la pandemia del Covid-19.
Tanto el Sevilla como el Betis intentaron cumplir ayer con las medidas sanitarias, pero los de Nervión de plano las olvidaron en los festejos de sus anotaciones.
En el primer gol, de Lucas Ocampos, al 55’, por la vía del penal, varios corrieron detrás del anotador y terminaron por juntarse, incluyendo un efusivo abrazo del argentino con su compañero Diego Carlos.
Poco antes, los béticos olvidaron la sana distancia al acercarse a reclamar airadamente la pena máxima. Se vio cómo el árbitro Antonio Mateu intentaba calmarlos, pero al mismo tiempo alejarlos. Para la segunda anotación, la historia se repitió.
Eso sí, los suplentes estuvieron en la tribuna separados, con cubrebocas, y en otra parte estuvieron los presidentes de los clubes distanciados por apenas una butaca.
En la banca todos usaron cubrebocas, excepto los entrenadores Julen Lopetegui y Rubí, quienes incluso dialogaron muy de cerca antes del partido.
En las 2 pausas de hidratación, los de Sevilla apostaron por botellas desechables de agua; los de Betis por botes identificados con los nombres de cada jugador.
Pero tantas medidas se olvidaron pronto cuando, apenas en el segundo tiro de esquina, los defensas béticos comenzaron a abrazar a sus rivales.
Ya la sana distancia había quedado atrás, aunque al menos los futbolistas evitaron darle la mano a los demás cuando éstos terminaban en el suelo.
Con el silbatazo final, los jugadores del Sevilla se juntaron para felicitarse y los de Betis, al menos unos ocho, hasta rodearon al árbitro para reclamarle.
Volvió la Liga de España, pero la sana distancia quedó en el olvido.
Texto: Europa Press / Foto: Twitter
