10 julio,2020 5:18 am

Ecos de la Casa Blanca

Jorge Camacho Peñaloza

 

En la civilización del capitalismo salvaje, el derecho de propiedad es más importante que el derecho a la vida.

Eduardo Galeano.

Muchos críticos de Andrés Manuel López Obrador debatieron en la víspera de su visita al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre si era o no conveniente ir, si iba de matraquero a echarle porras para su campaña de reelección, si debía negarse a ir por haber llamado a los inmigrantes mexicanos cuatreros violadores y romper lanzas con el poderoso Presidente; que iba para desviar la atención del pésimo manejo de la pandemia en el país, que si se iba en el TP-01 José María Morelos y Pavón, o en línea comercial, que si iba a usar o no cubrebocas en el viaje, que si iba a ser mal recibido por Trump y hacer el ridículo o no, en fin, demasiadas especulaciones.

Lo que está quedando claro es que la mayoría de las críticas a Andrés Manuel López Obrador, sea de empresarios, militantes opositores, ciudadanos no simpatizantes, periodistas, medios de comunicación, intelectuales, ex servidores públicos, se hacen desde una postura ideológica de confrontación, es decir, desde la que es muy difícil en nuestras culturas reconocer los aciertos del adversario, ámbitos desde los cuales las posturas se colocan por encima de la realidad.

Más allá de todos esos argumentos esgrimidos, algunos de los cuales llegan hasta la ofensa, la visita de Andrés Manuel a Washington dejó en claro, por primera vez en lo que va de su administración, algo que hacía mucha falta que quedara claro: la importancia de la empresa en la economía del país.

Si bien es cierto que su comportamiento político y personal ha sido muchas veces con razón comparando con el de Hugo Chávez o Fidel Castro, lo que le ha ganado para que desde 2006 algún estratega político lo identificó como un “peligro para México”, para que se le critique porque “está construyendo el socialismo el México”, porque a decir de algún adversario intelectual López Obrador es un “mesías tropical” porque intenta emular a Jesucristo, lo cierto es que está primera gira de trabajo al exterior en lo que va de su gobierno, no fue a Venezuela, Cuba, China, Rusia o Irán, no, da la realidad que fue a los United States of América, al corazón del capitalismo, y se metió hasta la famosa Oficina Oval del poderoso Presidente de esta nación.

Y no se hizo acompañar de dirigentes de sindicatos de trabajadores o de organizaciones indígenas, tampoco; se hizo acompañar por los empresarios más prominentes del país, Carlos Slim, para codearse con potentes empresarios estadunidenses, y ahí López Obrador fue a decir, palabras más palabras menos, que el destino de México y los United States of América está indisolublemente unido ¿dónde pues su intención de construir el socialismo?

De no haber entrado en vigencia el pasado 1 de julio el nuevo tratado de libre comercio, el T-MEC, entre Canadá, Estados Unidos y México, lo que representa el inicio de una nueva etapa histórica en la interacción de las economías de estos tres países que con seguridad generará múltiples beneficios económicos y de bienestar, muy seguramente Andrés Manuel López Obrador no hubiera ido a la Casa Blanca. El motivo lo ameritaba y fue sólo a darle realce al nuevo convenio con el que los empresarios mexicanos y la economía mexicana entrarán en interacción con los inversionistas y empresarios de aquellos dos países del norte, simplemente no era viable no ir, sin y con pandemia, y en cambio, sí ir y hacer presencia con todo y la nata del empresariado mexicano. Se podría decir que con está vista de Andrés Manuel López Obrador a la Casa Blanca ganó México, pero sobre todo ganaron los empresarios.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A todos los empresarios del ejido, que en lugar de estar viendo moros socialistas con tranchetes creyendo que les van a nacionalizar sus changarros, que se pongan a trabajar y a ver cómo incrementan la productividad y calidad de sus mercancías y servicios, porque ya está ahí el T-MEC nomas queriendo hacer negocios y alianzas corporativas.