9 mayo,2022 5:42 am

El “atorón” de La Sabana, ¿cuántos años más?

Jesús Mendoza Zaragoza

 

Aproximadamente tres décadas lleva el “atorón” de La Sabana que solo ha servido para probar la paciencia de automovilistas, de pasajeros y de los mismos habitantes de la zona, que necesitan pasar por la avenida Lázaro Cárdenas, que va de Las Cruces al Crucero de Cayaco. Hay que soportar, en ocasiones, “colas” de vehículos de hasta un kilómetro en cada sentido, tiempos perdidos para poder pasar por un tramo de la avenida que ha estado invadido por comerciantes informales del mercado de la localidad. El problema es que no está a la vista alguna solución hasta ahora.

Muchos gobiernos municipales han pasado, sin que se aborde de manera responsable esta situación que causa graves contratiempos a la comunidad. ¿Cuántas horas perdidas de quienes pasan a diario por esta avenida? ¿Horas de trabajo, horas de descanso, horas de estudio, en fin, horas que se han perdido debido a una causa que pudo ser resuelta sin mucha ciencia desde hace años? Se trata de una avenida principal por la cual fluye el tráfico hacia la Costa Chica de Guerrero, que debiera tener buenas condiciones por el hecho de conectar la ciudad con una región costera.

Y, por otra parte, ¿qué ha pasado con la población, la local y la que transita con frecuencia por La Sabana, que ha permanecido indolente, no se ha inconformado ni ha gestionado una solución que beneficie a todos los involucrados, ante las autoridades competentes? O, ¿es que ya nos acostumbramos malamente a esta situación? O, ¿es que hay intereses que no se han querido afectar, por los que esta situación ha permanecido intocable después de tantos años?

Quienes han ocupado los espacios públicos propios de la avenida han sido los comerciantes informales, a quienes hay que tomar en cuenta para que la solución no los deje en el abandono, pues ellos y sus familias viven de estas actividades desde hace muchos años. Pero hay que ver el interés público que debe prevalecer en estas situaciones. Lo que se necesita es que la avenida tenga las condiciones necesarias para que no se acumule el tráfico durante todo el día.

Hay que decir que el “atorón” de La Sabana no es el único en las grandes avenidas que cruzan la ciudad de Acapulco. Hay otros, muchos más, a lo largo y ancho de la ciudad, que son igual o más problemáticos. Revelan una gran carencia de la administración pública, relacionada con la falta de planeación urbana, un tema en el que siempre hemos estado rezagados y para el cual no se avizoran medidas que resuelvan el fondo de estos problemas de vialidades y de tráfico urbano.

Es cierto que los gobiernos municipales, que tienen a su cargo la administración de la vía pública y de todas las vialidades de la ciudad, hasta ahora no han tenido una mirada hacia el futuro. Cada gobierno dura tres años y de ahí no mira más adelante por lo cual no tiene una mirada estratégica, a más largo plazo, para prevenir los problemas que harán crisis si no se atienden ahora.

Un grave problema en esta ciudad es la carencia de vialidades suficientes con las condiciones necesarias para permitir la circulación ágil y adecuada de personas y vehículos. La Costera Miguel Alemán, la avenida Cuauhtémoc, las avenidas Ruiz Cortínez y Constituyentes, la avenida Pie de la Cuesta, la avenida Vicente Guerrero y la avenida Lázaro Cárdenas. Todas permanecen afectadas por este tipo de situaciones. Este es nuestro escaso capital vial, completamente insuficiente, y más si estas grandes arterias están cooptadas por el comercio informal o por grupos criminales. Hay que pensar a futuro, porque cada año que pasa, los problemas se hacen más complejos y más complicados.

¿Cuántos años más hay que esperar para que se resuelva ese “atorón” y todos los demás, que abundan en la ciudad?