12 junio,2023 5:09 am

El Cambiazo

Silvestre Pacheco León

 

Pocos lo han de saber pero en la jerga de la burocracia bancaria le llaman cambiazo al robo de la clave con la que los clientes hacen funcionar sus tarjetas para el manejo de sus cuentas de crédito o débito.

La frecuencia con la que se produce un cambiazo nadie lo sabe y sería difícil de adivinar con los millones de personas que hay, habituadas ahora en el uso de tarjetas en vez de dinero efectivo porque suele ser más moderno y cómodo, pero los ladrones siempre creativos tienen muchas maneras para clonar las tarjetas sin que se pueda hacer casi nada para evitarlo o prevenirlo.

Es por demás curioso que esos robos se realicen con más frecuencia en los cajeros y que con todo y cámaras no exista un dispositivo a favor de los usuarios para investigar e identificar a esos ladrones que mediante toda clase de artimañas les roban su NIP y luego les cambian sus tarjetas disponiendo inmediatamente de las cuentas con retiros y compras hasta dejarlas secas.

Un caso de esta realidad es el que vivió un pariente mío hace poco en la capital del estado quien todavía indignado me cuenta que no pudo conseguir ayuda y que en menos de una hora el ladrón lo despojó de su saldo con un retiro desde el propio cajero donde se produjo el atraco y mediante compras que realizó en los negocios mientras él trataba de cancelar su cuenta para salvar algo de su saldo.

Como nada pudo hacer para salvar su dinero y pensando en que su mala experiencia debería ser contada para prevenir robos y disgustos se propuso contármela con el compromiso de que yo la haría pública pero sin decir su identidad porque también le da pena aparecer ante su familia y conocidos como el despistado que entregó su tarjeta al ladrón y luego su clave, dándose cuenta demasiado tarde del robo del que fue víctima.

Cuenta mi pariente que la mañana de un sábado tuvo necesidad de disponer de dinero efectivo y acudió a la sucursal de Banorte de CU en la avenida Lázaro Cárdenas porque es la más cercana y pública como para evitar que sucedan robos, pensó.

“Era pasado de las 8 de la mañana y la calle todavía estaba sola, pero cuando faltaban escasos metros para llegar al banco un joven que iba delante de mí volteó a mirarme y siguió caminando para introducirse igual que yo al departamento donde hay varios cajeros.

“el joven delante de mí se paró frente al primer cajero y luego se desplazó al de la izquierda, siempre pendiente de lo que yo hacía y en ese momento dudé en cuál de ellos realizar la operación.

“después de perpetrado el robo me quedó la impresión de que fue esa duda mía la señal que espera el ladrón para asaltarme porque fue esa duda mía lo que aprovechó para acercárseme en plan de ayuda. Me dijo que oprimiera la tecla de borrar y que luego metiera mi tarjeta limpiando bien el chip pero cuando la introduje me la rechazó con una leyenda alusiva a algo del chip, y entonces el hombre comedido me pidió mi tarjeta y se la di para que él hiciera la operación, entonces se pasó del lado izquierdo al derecho de mí, pero lo hizo a mis espaldas, de manera que no me percate que en ese movimiento me cambió mi tarjeta por otra parecida y de cuyo diferencia me percaté hasta que tuve la ayuda de los empleados del banco de la sucursal a la que después acudí pues tanto la tarjeta que me cambiaron como la mía, ninguna de las dos tenía grabado el nombre. La que me cambiaron me dijeron en el banco que pertenecía a Gaudencio Gutiérrez, seguramente otra víctima de robo.

“Sorprendido como un movimiento que pasando tras de mí se puso del lado derecho devolviéndome la tarjeta que me había pedido, bueno, eso creí yo porque no alcancé a identificar que en ese movimiento de segundos me la cambió, me dio otra tarjeta similar a la mía, sin el nombre grabado.

“Todo eso lo supe después porque en ese momento solamente confirmé que era imposible acceder a mi cuenta, cosa que me extrañó sobremanera porque no hacía mucho había dispuesto de mi tarjeta haciendo varias compras en tiendas departamentales.

“Eran las 8 y media de la mañana cuando camino a mi casa pasé a la tienda para comprar algo y aproveché para probar nuevamente mi tarjeta que volvió a ser rechazada. Eso me dio mala espina y más porque la cajera al saber que venía del banco me sugirió que fuera a cancelarla porque sabía que en esa sucursal era frecuente el robo de tarjetas.

“Así que dejé todos mis pendientes y preferí buscar una sucursal del banco que diera servicio ese día sábado.

“Ya en el banco, después de una larga espera a que abrieran, la empleada me dijo que la tarjeta ya había sido usada, que tenía registrado un retiro del cajero y compras acumuladas pendientes de pago cuyo monto estaba retenido por ser fin de semana, que seguramente serían liquidadas a primera hora del lunes. Eso me dijo después de informarme que la tarjeta que llevaba en mi poder no era la mía sino de una persona de apellido Gutiérrez”.

Dice mi pariente que ese sábado solamente pudo bloquear su tarjeta y denunciar el robo generando un folio con el cual le daría seguimiento el banco para determinar si era procedente la devolución del dinero, que le dieron una fecha probable para la notificación.

La nueva tarjeta se la repusieron el lunes siguiente. Dice que antes de la fecha límite que el banco se marcó para responder, mi pariente fue notificado de que el banco había resuelto que mi “aclaración no es procedente” que no me devolvería el saldo robado porque de acuerdo con la investigación el uso que se le dio a la tarjeta de su propiedad había sido bajo los procedimientos legales usando el número de NIP cuya propiedad es únicamente del dueño de la tarjeta.

Para no verse drástico en su determinación el ejecutivo del banco le dijo a mi pariente que si estaba disconforme con la resolución podía acudir a la Condusef para que le asesoraran. Pero antes de tomar esa última opción quiso conocer más sobre el cambiazo, investigando que había muchos más usuarios víctimas de la habilidad de esas personas ladronas de tarjetas, que en realidad no actúan solas, tienen cómplices que se encargan de retirar el dinero en el mismo cajero y conociendo el saldo de la cuenta hacer compras hasta vaciar la cuenta.

Cuando mi pariente me contó su experiencia me mostró su nueva tarjeta brillosa de nueva pero con su saldo en cero. Ahora la tiene bien guardada y dice que en adelante esperará a estar bien despierto para no volver a ser víctima del cambiazo.

Los propios empleados del banco dicen que los ladrones dan el cambiazo en las sucursales que no dan servicio los fines de semana para actuar con mayor libertad, sin dar tiempo a que los asaltados tengan oportunidad de sobreponerse al robo con un reporte inmediato de que han sido víctimas del cambiazo.

Dice que en el banco nadie se ofreció para acceder a las cámaras para identificar a los ladrones y que los robos de tarjetas parecen ser parte del negocio de los bancos.