30 septiembre,2024 5:46 am

El colapso de Guerrero

 

 

Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan

 

La naturaleza ha cobrado cara la factura al pueblo pobre de Guerrero a causa de los negocios truculentos que han impulsado gobernantes deshonestos. El despojo de la propiedad colectiva en nuestro estado ha sido sistemático, recurriendo siempre a la violencia. Los caciques que han gobernado Guerrero son los responsables de estas tragedias que siguen impunes porque no se investigan ni se castiga a los perpetradores, tampoco se pone un alto a los depredadores del medio ambiente. La codicia de los gobernantes no tiene llenadera. No sólo son insaciables también son represores y sanguinarios.

El testimonio del luchador social Wulfrano Salgado es elocuente y trágico: La historia de Acapulco está escrita con la sangre de la gente que preservó por siglos esta belleza natural. El Acapulco tradicional que va de la base naval de Icacos al centro, que se transformó en la Costera, fue abierta a punta de bayoneta por policías judiciales y pistoleros de los caciques. Los primeros hoteles de 5 estrellas se erigieron a costa del despojo y el desplazamiento forzado de las familias acapulqueñas que tenían sus precarias viviendas cerca de las playas. En la década de los 50s Miguel Alemán impulsó la supuesta modernización de Acapulco y puso en charola de plata a los inversionistas extranjeros la bahía de Acapulco. Despoblaron los sitios adyacentes a las playas y las familias fueron reubicadas en las partes altas del puerto.

Miguel de la Madrid firmó el 28 de agosto de 1987 el decreto expropiatorio de la zona Diamante. El gobernador Francisco Ruiz Massieu utilizó la fuerza pública para imponer este decreto desalojando a los ejidatarios de La Zanja, cuya superficie abarca todo el tramo de la autopista el Metlapil hasta el centro comercial la Isla. A este gran proyecto le dio mayor auge Carlos Salinas de Gortari quien tuvo que negociar con Diego Fernández de Cevallos para afianzarse en la Presidencia. Le otorgó terrenos de los ejidatarios ubicados en la zona Diamante para hacerlo copartícipe del gran negocio inmobiliario. La apertura del boulevard de las Naciones y la autopista Metlapil fueron las grandes vías para el alto turismo, que se erigió en el nuevo enclave de los grandes ricos.

Recuerda muy bien Wulfrano que donde empieza el boulevard de las Naciones estaban tres pozos artesianos. En la década de los 70, en los años del terrorismo de Estado, Arturo Acosta Chaparro los utilizó para desaparecer cuerpos de guerrilleros y de luchadores sociales. En estos enclaves no sólo hay historias de despojo y rapiña contra los dueños de las tierras, también hay historias de terror, de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales de hombres y mujeres que lucharon contra un régimen opresor. Lo que fue el fraccionamiento Copacabana pasó a manos de inversionistas extranjeros por órdenes del gobernador Ruiz Massieu. En una reunión que hizo en el Palacio Municipal de Acapulco les dijo a los ejidatarios “tomen en cuenta lo que les digo yo soy un gobernador benévolo y les voy a dar 2 millones por sus tierras (que en realidad eran 2 mil pesos). Tomen el dinero porque si no lo hacen van a perder todo, porque yo soy el gobernador y además soy un buen abogado”.  Los ejidatarios resistieron, pero la represión escaló gravemente. El comisariado del ejido la Zanja, Ramón Nogueda, fue asesinado. Su cuerpo fue desmembrado. A pesar de sembrar el terror los ejidatarios permanecieron en la lucha. Formaron parte de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y conformaron el Consejo de Colonias Populares. Se prepararon para todo, recibían entrenamiento para la autodefensa con la firme intención de mantener bajo su poder las tierras de sus abuelos. Sin embargo, el desgaste y la división interna debilitaron su lucha y fue imposible contener la entrada de los capitales extranjeros. Con el respaldo del gobierno federal llegaron a destruir el hábitat natural, los humedales que forman parte de los ecosistemas que amortiguan la furia de los huracanes. Los que depredaron este paisaje gozan de privilegios y de protección. Su ambición de riqueza los hizo sentir amos de la naturaleza. Su visión de la ganancia crasa, los cegó e hizo creer a los ilusos compradores que les vendían casas en un paraíso. Fueron ilusiones vanas y perversas. Antes de Punta Diamante, los huracanes y los ciclones no afectaban asentamientos humanos ni causaban desgracias al patrimonio. El secreto y la sabiduría de la población es que respetaba como entidades sagradas los ecosistemas que la misma naturaleza tiene para mantener su equilibrio.

Los gobernantes y empresarios se aliaron para destruir el hábitat, para despojar de sus territorios a los ejidatarios y hacer negocios privados con dinero público.

Hoy padecemos las consecuencias de un modelo de desarrollo depredador que se impulsó a mediados del siglo pasado. Este es el telón de fondo de los grandes males que padecemos, a causa de los huracanes y tormentas que se han ensañado contra los más pobres de Guerrero. Las consecuencias son devastadoras para las familias más desprotegidas de nuestro estado.

En la Montaña se ha reeditado con mayor crudeza la tragedia que trajeron las tormentas Ingrid y Manuel en el 2013.

El pasado 24 de septiembre, a las 12 de la madrugada, falleció Rufina López Romero en la Colonia Laguna de Chalma de la comunidad de Paraje Montero, a causa de un derrumbe en su domicilio. El cuerpo fue velado en la comisaría municipal. En redes sociales denunciaron: “#Urge ayuda #Malinaltepec. La región Montaña alta de Guerrero necesita ayuda de las autoridades municipales, estatales y federales de manera urgente. Un llamado urgente para que apoyen al pueblo de Paraje Montero para rescatar la señora que quedó sepultada en su domicilio por los desastres del huracán.

Radio Naxme reportó daños en la carretera artesanal de San Miguel del Progreso. Señaló que hay “incontables daños en la Montaña”. Los derrumbes de cerros taparon la carretera que comunica con Tlapa. Se hicieron barrancas por donde corrió el agua. En partes la carretera artesanal quedó cubierta con talud de tierra deslavada de las montañas. Los postes de luz se cayeron, quedando entre la maleza y el lodo. Algunas casas quedaron sin pared. Antes de llegar a San Miguel del Progreso, en el camino que conecta con Totomixtlahuaca, el techo de lámina de una casa quedó deshecha. Las milpas quedaron a ras de la tierra por los fuertes vientos. Los árboles de ocote yacían en el asfalto con las ramas quebradas. La gente quedó incomunicada. Los hundimientos en la carretera Tlapa-Marquelia son completos. Las grietas son enormes.

Totomixtlahuaca quedó incomunicado. La carretera artesanal que conecta con la comunidad de Xochistlahuaca quedó trozada, mientras la que conecta con San Miguel del Progreso los derrumbes llegaron hasta la carretera de terracería. Los ríos están crecidos. No hay luz desde hace días. Este domingo lograron abrir donde se había derrumbado para surtirse de comida, pero con el peligro de que se sigan derrumbando los cerros. El camino a Ayutla de los Libres quedó completamente destruido. La organización comunitaria ha servido para abrir algunas brechas con pico y pala. En la comunidad de Metlapilapa hay daños en el cultivo.

Radio Naxme publicó que una vivienda habitada con pérdida total en las Palmas anexo de Totomixtlahuaca, municipio de Tlacoapa. “Urge la asistencia y ayuda de protección civil en la región de la Montaña alta para auxiliar a las personas que quedaron sin vivienda y sin víveres”.

Misael Santos Mejía informó que entre el tramo del crucero de Iliatenco y crucero de Colombia de Guadalupe se derrumbó el cerro. Este viernes 27 de septiembre cómo a las 10:30 de la mañana, desapareció una persona en Colombia de Guadalupe, municipio de Malinaltepec. “La gente llegó para brindar apoyo, pero desgraciadamente ya no se pudo hacer nada”. Este 29 de septiembre pudieron encontrar el cuerpo de la persona que estaba en calidad de desaparecido, arrastrado por la corriente cuando conducía su carro.

En el municipio de Ayutla de los Libres, hay un reporte de pérdida total de siembras de milpa, también caídas de techos, caminos con derrumbes y deslaves. “Las comunidades de la Costa Montaña están incomunicadas, destrozadas los caminos, imposible de moverse, comentó la Prensa Informa. En el Camalote las milpas quedaron completamente tiradas en la tierra.

Por su parte, la carretera de San Juan, municipio de Zapotitlán Tablas, que conduce a la comunidad Me’phaa de Tlacoapa quedó incomunicada al deslavarse un cerro. La población quedó sin servicio de luz eléctrica.

No hay paso para Acatepec y todo el municipio quedó sin servicio de luz eléctrica. Antonino Cayetano Díaz comentó “Seguimos sin comunicación en el municipio de Acatepec, región de la Montaña. Esperemos que llegue pronto la maquinaria para reabrir los caminos, y solicitamos a la gobernadora dar prioridad a nuestra región. En un comentario la gobernadora Evelyn Salgado le respondió: “vamos a recorrer todas las áreas afectadas con nuestras brigadas en todas las regiones”. Lamentablemente sólo andan 3 máquinas rentadas en toda la Montaña para abrir los caminos. Seguimos padeciendo la desatención y el trato discriminatorio para la población indígena.

Hubert Matiúwaà escribió “solicitamos su ayuda. El día de hoy mi tía Virginia perdió su casa a consecuencia de la devastación provocada por el huracán John en su paso por la región. Ella ahora se encuentra viviendo a la intemperie como muchos de nuestros paisanos. Nuestra región se encuentra en emergencia. Zilacayota, nuestra comunidad, está incomunicada como muchas otras del municipio de Acatepec. Las carreteras están destrozadas. Solicitamos apoyo para reabrir las carreteras a la altura de las comunidades de Zilacayota, el Capulin, Laguna Seca a Lucerito. No hay luz eléctrica, ni servicio telefónico, hay muchas viviendas caídas, familias sin comida, sin donde hospedarse, estamos totalmente incomunicados. Se avecina una gran escasez de alimentos”.

La población reclama atención inmediata. Urge la reparación de sus caminos, padece el desabasto de alimentos, demanda el apoyo económico para las personas que han muerto. Exige la presencia de las autoridades para asegurar que van a reparar sus viviendas. La destrucción de sus cultivos es generalizada y se avecina una gran escasez de alimentos. La migración jornalera se incrementará ante el desastre inclemente. Teme que el gobierno federal y la gobernadora del estado dejen como otros gobiernos en el olvido a la Montaña. No ven señales que este apoyo será diferente.