2 octubre,2024 5:47 am

El estado de América Latina al momento de la llegada de Claudia Sheinbaum

 

Gaspard Estrada

 

Desde el día de ayer, México tiene a su cabeza por primera vez en la historia a una mujer, Claudia Sheinbaum. La presencia en su toma de posesión de varios dirigentes latinoamericanos, como Luiz Inacio Lula da Silva, Gustavo Petro o Bernardo Arévalo, dan muestra del interés que existe en la región al respecto del gobierno que acaba de asumir. Por su lado, durante el periodo de transición, la nueva presidenta de la República afirmó que dedicaría la mayor parte de su mandato a trabajar en México. De cierto modo, la nueva inquilina del Palacio Nacional asume que México no tendrá un papel proactivo en el escenario internacional, al menos en un primer momento. Todavía no se sabe, por ejemplo, si Claudia Sheinbaum irá a Brasil para participar en la cumbre de líderes del G-20, que se llevará a cabo 18 y 19 de noviembre de este año.

Sin embargo, lo que sí está claro en estos momentos, es que América Latina se encuentra en una situación bastante paradójica, por un lado una situación económica y geopolítica relativamente estable, y una tensión social y política extrema, que impide que se generen los consensos necesarios para llevar adelante reformas de gran calado, capaces de generar las transformaciones necesarias para potenciar el crecimiento económico y social. En América Central, se vive en buena parte de los países un proceso de erosión democrática, paralelamente a un aumento del fenómeno migratorio hacia Estados Unidos, al no haber un real progreso económico y social. En Nicaragua, por ejemplo, la pareja Ortega-Murillo gobierna autoritariamente el país, reprimiendo cualquier tipo de protesta o reivindicación, inclusive si viene de movimientos pacíficos sin ningún objetivo político. En El Salvador, por su lado, Nayib Bukele ha multiplicado las violaciones al Estado de Derecho, así como a la independencia de los poderes. En Panamá, las protestas y el descontento social se han multiplicado, al tiempo que el Canal de Panamá tiene cada vez más dificultades para mantenerse como principal polo logístico de la región por el cambio climático.

En Colombia, el Presidente Gustavo Petro ha tenido muchas dificultades en construir mayorías políticas en el Congreso, para llevar adelante sus voluntaristas reformas en materia fiscal, laboral, sanitaria y agraria, sin olvidar el proceso de “paz total”, que no ha logrado tener avances sustantivos tras el boicot del proceso por buena parte del ELN y de la disidencia de las FARC que no han dejado las armas. En Ecuador, a pesar de la caída constante de la aprobación personal del Presidente Daniel Noboa, el movimiento político de Rafael Correa ha sido incapaz de construir un discurso alternativo capaz de formar una mayoría política en torno de la oposición. Esto dificulta la construcción de un frente unitario de cara a las elecciones presidenciales de febrero del próximo año. En Perú, la crisis política se prolonga desde hace ya varios años, tras la salida accidentada de Pedro Castillo del poder, y su reemplazo por su antigua vicepresidenta, Dina Boluarte, que ha multiplicado las violaciones a los derechos humanos; al tiempo que varios casos de corrupción dentro de su gabinete la han obligado a llevar a cabo más de 50 cambios de ministros desde su llegada al poder (un récord en Perú y en la región).

En Bolivia, la disputa política entre Evo Morales y Luis Arce por el control del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) está llegando a niveles inauditos, con la aparición de violencia física entre los propios militantes del MAS, dejando un saldo de varios heridos. El resultado de este conflicto político es impredecible. Finalmente, en Argentina, Javier Milei ha aumentado la pobreza y el desempleo de forma dramática, al tiempo que sus diatribas contra sus vecinos en Chile, Uruguay, Paraguay y sobre todo Brasil impiden cualquier tentativa de dinamizar la integración regional en América del Sur. Es en medio de este panorama conflictivo y enardecido que Claudia Sheinbaum toma las riendas de México. Esperemos que contrariamente a lo anunciado, la política exterior esté en el centro de las prioridades políticas de la nueva Presidenta, para contribuir a que el ambiente político, económico y social de la región mejore.

 

* Miembro del comité asesor de la unidad del sur global de la London School of Economics (LSE).

 

X: @Gaspard_Estrada