21 noviembre,2018 8:33 am

El futuro de la Unión Europea

Gaspard Estrada*
El pasado lunes, el presidente francés Emmanuel Macron pronunció un discurso ante el Bundestag, el Parlamento alemán, en el que llamó a sus vecinos a “construir una Unión Europea fuerte para evitar el caos” en el mundo. Si bien el tono puede sorprender, la escalada de los conflictos económicos y políticos deja en evidencia el momento delicado que vive el mundo. A raíz de la llegada al poder en 2016 de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el orden internacional fruto de la Segunda Guerra Mundial ha entrado en un terreno peligroso. En primer lugar, Estados Unidos bajo Trump ha abandonado toda pretensión de mantener el rol de este país como regulador e incentivador del orden internacional basado en el multilateralismo y en la promoción del libre comercio. Es en este sentido que puede entenderse la salida de ese país del Acuerdo de París sobre cambio climático (COP-21) y de la la Organización de las Naciones Unidas para para Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO); la disminución del financiamiento a la misma ONU; las restricciones impuestas al trabajo de la OCDE, y el ataque al Organismo de Resolución de Conflictos (ORD) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), al no nombrar a los magistrados que lo hacen funcionar. Esto, sin mencionar la voluntad de cambiar la sede de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén, o la guerra comercial con China, y la renegociación ardua del tratado de libre comercio con Canadá y México.
Para los europeos, todo esto ha sido visto con preocupación en un primer momento. Pensaban que después de la campaña electoral y de eventualmente una o dos medidas de ese tipo, la administración norteamericana, en particular el Departamento de Estado y el del Tesoro, lograrían evitar que más actos de esta naturaleza se llevaran a cabo. Sin embargo, sucedió lo contrario, a pesar de la salida de la Casa Blanca de uno de los asesores más radicales de Trump, Steve Bannon, a mediados del año pasado. Trump siguió haciendo todo lo posible para romper el orden internacional post-1945. Ante esta situación, Emmanuel Macron, que había apostado en un primer momento a un acercamiento con el presidente de Estados Unidos para hacerlo cambiar de punto de vista, comenzó a reevaluar su relación con ese país, en particular después de su visita de Estado a Washington, en abril, y de la cumbre del G-7 en junio. Durante esta cumbre, Trump no solamente se abstuvo de firmar la declaración final de líderes, sino que atacó duramente al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. A partir de ahí, Macron, ha ido replanteando su relación personal y política con Trump, pasando a buscar aislarlo para preservar el orden multilateral y crear una correlación de fuerzas más favorable para Francia y Europa en general. Por su parte, Angela Merkel, que desde el principio había tenido reticencias ante Donald Trump por su comportamiento misógino y poco amistoso hacia ella, externó de manera cada vez más clara sus críticas hacia el presidente norteamericano.
Esta dinámica política llegó a su punto más alto en el foro de París sobre la Paz la semana pasada, en el cual tanto Macron como Merkel llamaron a defender el orden internacional frente a las tentativas destructivas de Trump. En este contexto, el llamado de Macron en el Parlamento alemán toma toda su relevancia. Europa ha entendido que no puede contar más con el apoyo indefectible de Estados Unidos para defender tanto su cohesión como su seguridad. De tal suerte que sólo los países de la zona dependen de ellos mismos para hacerlo. El problema para Macron y para Merkel, es que ambos tienen problemas importantes de popularidad, lo cual dificulta sus iniciativas políticas. La canciller alemana muy probablemente tenga que salir del poder de aquí al final de la Legislatura, en 2021; mientras que el presidente francés vive su peor momento de impopularidad desde su llegada al palacio del Eliseo, en junio de 2017. Los próximos meses serán, sin duda alguna decisivos para el futuro de la Unión Europea.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada