2 mayo,2024 10:09 am

El obispo Rangel fue drogado durante su secuestro; a cuatro días, aún no puede declarar

 

Se mantiene internado ahora en un hospital privado de Cuernavaca y se reporta estable. El gobernador interino de Morelos, Samuel Sotelo, dijo que antes de su desaparición el sábado, el prelado fue citado en una pizzería y que antes de ser localizado en el Hospital General fue trasladado al hotel Real Ocotepec. Confirman que en el tiempo en que estuvo privado de la libertad se usó la tarjeta bancaria del religioso para sacar dinero de cajeros y comprar en establecimientos

 

Chilpancingo, Guerrero, 2 de mayo de 2024. A cuatro días de que fue privado de la libertad por desconocidos en Jiutepec, Morelos, el obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, sigue imposibilitado emocionalmente para entablar comunicación verbal, sin embargo, cercanos suyos han informado que ya se encuentra estable.

De acuerdo con autoridades del gobierno de ese estado, después de que fue privado de la libertad, el prelado fue drogado pero que todavía no se ha comprobado si fue víctima de un secuestro, no obstante de que hay evidencias de que durante el tiempo que estuvo ilocalizable hubo movimientos en sus tarjetas de banco.

En tanto que la diócesis Chilpancingo-Chilapa hasta ayer no había emitido ninguna postura ni pronunciamiento respecto a la situación por la que pasó el obispo emérito y activista por la paz de Guerrero.

Rangel Mendoza fue desaparecido el pasado sábado en Jiutepec, Morelos, y localizado el lunes en el Hospital General Dr. José G. Parres, de Cuernavaca.

Ayer, autoridades de aquel estado informaron que los exámenes médicos que se le practicaron dieron resultado positivo a “la presencia de cocaína y benzodiacepinas en su organismo”, y derivado de ello se estimó que permanecería internado entre tres y cuatro días según su evolución y le restringieron las visitas.

“Se mantendrá bajo observación médica con visitas restringidas por lo menos unas 72 horas o hasta que se restablezca emocionalmente”, dijo una fuente cercana al prelado, aunque las 72 horas comenzaron a contabilizarse a partir del lunes.

También se reveló que antes de que fuera internado en el Hospital General Dr. José G. Parres, había estado en el hotel Real Ocotepec, de Cuernavaca, donde fue atendido inicialmente y después trasladado al hospital tras el llamado de emergencia de una mujer.

Sin embargo, las autoridades no han precisado la hora en que fue localizado en el hotel ni cómo llegó ahí, sólo se dijo que entre la noche del sábado y la mañana del domingo fue trasladado en una ambulancia por paramédicos al hospital José G. Parres y después de que fue identificado el lunes cambiado a un hospital particular de Cuernavaca, que se ha mantenido en reserva.

A las diversas interrogantes respecto a lo que realmente pasó, se sumaron declaraciones del gobernador interino de Morelos, Samuel Sotelo Salgado, quien el martes dijo que no existen datos concretos para asegurar que el prelado Rangel Mendoza sufrió un secuestro exprés y que hay la versión que investiga la Fiscalía de ese estado de que antes de su desaparición, el sábado, fue citado por una persona en una pizzería.

“Aún no hay pruebas para decir que fue un secuestro, de acuerdo a las investigaciones, el obispo tenía una cita con alguien en una pizzería y luego ya no se supo de él”, informó a medios de comunicación el gobernador interino.

La línea de investigación de que el obispo Rangel fue víctima de secuestro exprés fue dada a conocer por el fiscal general de Morelos, Uriel Carmona, minutos después de que se reunió con la víctima en el Hospital General.

Además, personas cercanas al obispo emérito han confirmado que durante las horas que estuvo desaparecido se reportaron mediante la aplicación del banco algunos movimientos como el retiro de 9 mil pesos y compras en diversos establecimientos comerciales que fueron pagadas con su tarjeta.

El gobernador declaró que no hay algún testigo o que se haya registrado en alguna cámara que se tengan como evidencias de que fue privado de su libertad, “se está investigando, se tiene conocimiento que él tenía una reunión en una pizzería, llegó a ese lugar y después ya no se supo de él”, indicó.

Los reporteros le preguntaron si se sabe con quién se iba a reunir en la pizzería y respondió que con un empleado del establecimiento.

En tanto la Diócesis Chilpancingo-Chilapa no había emitido ningún pronunciamiento o postura respecto a lo que le pasó al prelado, toda la información ha sido a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

En Chilpancingo se ha buscado al obispo José de Jesús González Hernández y al vicario general y párroco de la catedral Santa María de la Asunción pero no han contestado las llamadas.

El presidente del Consejo Interreligioso de Guerrero, Baltazar Vega Ramos, declaró por teléfono que “simplemente hacemos oración por su pronta recuperación”, pero dijo que de su situación sólo están a expensas de la información que dé la Conferencia del Episcopado Mexicano, “nosotros nos basamos en eso, en lo que nos pueda informar”.

Informó que los llamados a las autoridades para que se esclarezca el caso también deben ser a través de la CEM y precisamente es lo que ha pedido”, dijo en sus breves declaraciones.

 

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Archivo-El Sur