25 enero,2024 9:08 am

“El proceso de recuperación ha sido muy difícil”, señala la propietaria de La Bella Italia

 

Acapulco, Guerrero, 25 de enero de 2024. El restaurante La Bella Italia ubicado en playa Tamarindos sigue cerrado a unos días de cumplirse tres meses del devastador impacto del huracán Otis, y en un proceso intermitente de reconstrucción, ante la falta de la hoja de palma para la palapa, donde está invirtiendo 300 mil pesos.

La propietaria del restaurante, Elsa Antonia de la O, que opera desde 1970, confía en que para Semana Santa el lugar esté abierto y al cien por ciento, para que las personas locales, visitantes y turistas puedan degustar de la comida italiana.

El restaurante quedó totalmente anegado luego del impacto del huracán. El techo con estructura de madera, y cubierta de hoja de palma no quedó nada, y una de las paredes colapsó, y parte del cimiento quedó socavado.

Pero no es la primera vez que La Bella Italia se reconstruye, en 1985 un incendio consumió todo el restaurante, también durante el paso del huracán Paulina en 1997 no quedó nada, y durante el paso del paso del huracán Ingrid y la tormenta Manuel, en 2013, tuvo daños parciales.

“El proceso de recuperación ha sido muy difícil, incluso para sacar la basura de la zona de playa”, dijo Elsa, quien reconoció que hubo mucho apoyo de las autoridades, sobre todo de la Promotora de Playas, con maquinaria pesada y camiones para el retiro de los escombros y la basura que arrastró la corriente del río del Camarón.

La mujer agradeció los apoyos que se han dado por parte del gobierno federal, pero dice que es una mínima cantidad ante el gasto que representa reconstruir un restaurante. Dijo que solo la construcción del techo de palapa que es de unos 10 metros de largo por cinco de ancho es de 300 mil pesos.

La mujer quien acude todos los días a vigilar el restaurante, indicó que los trabajos de construcción del techo está pausado, porque el trabajador contratado ya no tiene material, y está buscándolo.

Dijo que en Acapulco la hoja de palma se encareció ante la gran demanda que hay, y cada una tiene un precio de 10 pesos, así que se está buscando en municipios vecinos donde también se agotó.

Otro material que no encontraron en un principio fueron los troncos de carga del techo, los que había antes el viento de Otis se los llevó. Dijo que el alto costo de la elaboración del techo, es debido a que es un trabajo cien por ciento artesanal, y hay muy pocas personas que saben hacerlo “esto no lo hacen los arquitectos y ni los ingenieros”.

La propietaria dijo que otro problema que espera resolver antes de abrir es la falta de personal, porque mucha gente que trabajaba en los restaurantes, se fue a buscar donde laborar en otros destinos ante la incertidumbre de qué iba a pasar luego de la destrucción de Acapulco.

Texto: Jacob Morales Antonio