5 septiembre,2018 11:48 am

El reloj de 25 segundos despierta polémica entre los tenistas

Texto: DPA / Foto: EFE

Nueva York, EU, 5 de septiembre de 2018. Rafael Nadal acelera su ritos antes de sacar, pero de pronto frena el movimiento. El flamante reloj de 25 segundos instalado en la pista sigue corriendo y llega a cero. Entonces, el árbitro del partido le pone un advertencia y comienza una discusión que acaba con el español fastidiado y con un “warning”.

La situación se vivió en el partido que Nadal le ganó al canadiense Vasek Pospisil en el Abierto de tenis de Estados Unidos y sirve como ejemplo de los grises que tiene todavía la aparición del reloj que le indica a los jugadores el tiempo que les resta antes de estar obligados a servir.
De acuerdo a lo que contó luego Nadal, su pausa se debió a un gesto del canadiense, que le pidió que todavía no sacara. El español se frenó, pero el “umpire” no hizo lo mismo con el reloj, que terminó agotando los 25 segundos. Por reglamento, el “warning” estuvo bien aplicado, pero el número uno del mundo pide sentido común para contemplar momentos especiales.
“Me quejé porque Pospisil me pide que pare, yo lo hago, el reloj se agota y me advierten a mí”, se quejó Nadal, que además derivó su bronca también en el canadiense, por no avisarle al árbitro en el momento de la discusión que había sido el causante de la demora.
Si el campeón de 17 grandes ya estaba en contra de la medida antes de que se implementara, circunstancias como las que vivió no ayudan a que cambie de parecer.
“Si pretendes ver un deporte frenético en el que nadie piense, bien hecho. Si quieres mantener un juego en el que puedas meditar, en el que tengas que jugar con más tácticas, con largos y buenos intercambios, entonces estamos yendo en el camino equivocado. No puedo apoyar esto”, aseguró Nadal, uno de los más férreos opositores a la medida que pretende acelerar el juego.
Protagonista de dos de los partidos más largos del torneo, ante el austríaco Dominic Thiem y el ruso Karen Khachanov, Nadal insiste que en la épica en el tenis es inversamente proporcional a la duración de los partidos.
“Parece que solo se trata del negocio. No recuerdo un juego emotivo cuya duración fuera de dos horas. Todos los partidos que han dejado huella en la historia han durado cuatro o cinco horas. Para ese tipo de partidos necesitas tiempo entre los puntos. Uno no puede disputar intercambios largos, puntos emocionantes y tener apenas 25 segundos entre puntos”, argumenta Nadal, cuyas batallas ante Khachanov y Thiem parecen darle la razón.
El serbio Novak Djokovic, otro de los que se demora en servir por su tendencia a botar la bola antes de cada saque, también es crítico con la medida. “No me gusta el reloj que mide el saque, es un poco estresante”, dijo el ex número uno del mundo, que además criticó a los organizadores del US Open porque instalaron el reloj “sin consultar a los jugadores”.
La opinión de ambos contrasta con la de Roger Federer, que está a favor de la medida. “A veces necesitamos tener un poco de margen de maniobra, pero creo que deberíamos hacer cumplir las reglas en algún momento, de alguna manera, porque tal vez demasiados jugadores han superado el límite”, expresó el campeón de 20 grandes.
El británico Andy Murray tiene una posición intermedia: no quiere que haya una limitación de tiempo, pero celebra la aparición del reloj porque “no puedes pedirle a un tenista que cuente los segundos mentalmente”.
Lo mismo argumentó Toni Nadal, el tío y ex entrenador del número uno del mundo en su columna en el diario El País. “Es como si los coches no llevaran cuentakilómetros y pretendieran multarnos al sobrepasar los 90 por hora”, graficó.
La implementación de la medida, por caso, permitió que algunos jugadores cambiaran de postura. Por ejemplo, el español Pablo Carreño es uno de ellos. “No me gustaba, pero jugar con el reloj me ha servido. Como vas viendo lo que te resta, te permite ordenar y saber si te tienes que apurar si queda poco tiempo”, explicó Carreño, que contó además que había recibido advertencias antes de la instalación del reloj, pero que ahora ya no se preocupa porque puede controlarlo.
“Me gusta, me gusta”, aseguró por su parte Carla Suárez. “Es como que tienes más tiempo. En todo momento puedes ver cuanto te queda. La verdad es que estoy contenta”, expresó la ex top ten española.
Las opiniones están divididas y el debate está instalado. Mientras tanto, algunos jugadores parecen haber encontrado algunos trucos para evitar sanciones.
Después de un punto muy largo ganado ante el croata Borna Coric y cuando se le estaba consumiendo el tiempo, el argentino Juan Martín del Potro inició su movimiento de saque, pero abortó el servicio porque se había arrojado mal la bola. El reloj se detuvo y el número tres del mundo ganó unos segundos para iniciar de nuevo la rutina.
O el español David Ferrer, que pareció dejar escapar una bola mientras la botaba, justo antes de un servicio antes de su partido ante Nadal en la primera ronda.

Nadal y la batalla ante Thiem: “Fue muy exigente en todo aspecto” 

El español Rafael Nadal admitió hoy que su victoria sobre el austríaco Dominic Thiem para clasificarse para las semifinales del Abierto de tenis de Estados Unidos le demandó un esfuerzo “muy exigente” en todo sentido.
Después de ganarle a Thiem por 0-6, 6-4, 7-5, 6-7 (4-7) y 7-6 (7-5) en cuatro horas y 49 minutos en un duelo que terminó a las 2:03 de la madrugada y que es el más extenso de la actual edición, Nadal dejó en claro lo complicado que estuvo el triunfo.
“Fue muy exigente en todos los aspectos. Ha sido un comienzo muy difícil para mí. Después de ese primer set perdido 6-0, intenté olvidarlo rápido y buscar objetivos cortos para volver. Entonces el partido se volvió más normal: un partido duro, contra un gran oponente”, explicó el número uno del mundo, que en la siguiente instancia jugará ante el argentino Juan Martín del Potro.
“Ha sido exigente físicamente porque las condiciones también han sido difíciles en la pista. No locas, pero duras”, reconoció el número uno del mundo, que aseguró que su victoria terminó siendo afortunada por la paridad que había en el marcador.
“Al final fue cuestión de un poco de suerte, y fue para mí. Feliz, por supuesto, de estar en semifinales otra vez. Significa mucho para mí”, explicó Nadal, que valoró que el partido ante Del Potro sea el viernes y no el jueves.
“Es bueno tener ahora dos días que probablemente me den la oportunidad de estar al 100 por ciento en las semifinales. Hoy no sé si lo estaré, pero si hubiese tenido un sólo día, seguro que no lo hubiese estado”, admitió el número uno del mundo, que remarcó que deberá elevar el nivel si pretende derrotar al argentino para acceder a una nueva final en el Corona Park.