15 febrero,2023 5:13 am

El sentido político de la visita de Lula a Washington

Gaspard Estrada

 

Brasil está de regreso en las grandes ligas de las relaciones internacionales. Después de Buenos Aires y Montevideo, adonde viajó el presidente Lula a finales de enero para participar en la cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), el presidente brasileño fue a Washington el viernes pasado, para reunirse con su homólogo norteamericano, Joe Biden. Durante este encuentro, los dos lideres dialogaron sobre el cambio climático, la defensa de la democracia, la economía, las cuestiones globales (en particular, sobre la guerra de Ucrania) y asuntos regionales, como la situación en Venezuela, Haití, y el futuro del Mercosur. Tras el encuentro, el mandatario brasileño afirmó que Biden se comprometió a ayudar a Brasil a proteger la Amazonía. En un primer momento, la administración demócrata ha anunciado una donación de 50 millones de euros al fondo Amazonía, creado en 2008 por Alemania y Noruega, para financiar programas de mitigación y lucha contra el cambio climático. Si bien la cifra fue inferior a lo que esperaba el gobierno brasileño (hace un par de semanas, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció una donación de 200 millones de euros para ese mismo fondo), se trata de la primera vez que Estados Unidos acepta financiar un fondo verde multilateral para Brasil, sin condiciones de por medio. Además de ello, Biden se comprometió a dialogar con los demás países del G-7 para que estos últimos también se sumen a esta iniciativa multilateral.

Más allá de los asuntos climáticos, los dos presidentes coincidieron en su categórico rechazo al extremismo y la violencia en la política. En este sentido, Lula propuso a Biden estructurar una propuesta de creación de un organismo multilateral de regulación de contenidos para las redes sociales, para evitar la desinformación y las campañas de odio. Si bien su contraparte norteamericana compartió el interés en su propuesta, no hubo resultados tangibles que presentar tras la bilateral entre los dos jefes de Estado. Tampoco los hubo en lo que respecta a la guerra en Ucrania. En este asunto, la posición de Brasilia continúa siendo la de condenar la invasión rusa, pero al mismo tiempo repartir la responsabilidad entre Rusia y Ucrania por el origen del conflicto. Evidentemente no se trata de la visión de Washington, que ha respaldado decididamente al gobierno ucraniano.

El demócrata, junto con otros líderes europeos – como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, o el canciller alemán, Olaf Scholz– ha intentado incluir a los líderes de los grandes países emergentes en su apoyo a Ucrania, argumentando que todas las naciones tienen la responsabilidad de oponerse a la invasión sangrienta y no provocada de un país vecino por parte de una potencia nuclear, con un asiento permanente en el Consejo de Naciones Unidas. Sin embargo, la mayoría de los países del sur global, incluyendo a buena parte de los países latinoamericanos, han preferido mantener una suerte de “sana distancia” frente a un conflicto que estiman es lejano y ajeno a sus intereses estratégicos –salvo en lo relativo a la inflación de los alimentos y de los energéticos, que se ha transformado en un verdadero dolor de cabeza para los gobiernos de la región.

No obstante, esta diferencia de posicionamientos no debe hacer perder de vista el punto central de esta visita: restablecer el contacto entre Brasil y Estados Unidos, en un momento en que las democracias de la región están cada vez más bajo el ataque de la extrema derecha. Por el momento, la propuesta de Lula de crear un “un club de países en favor de la paz en Ucrania”, que incluiría, según los dichos del presidente brasileño a la red de televisión TV Globo, al gobierno de México, no parece cuajar, frente a la agravación de la situación en Ucrania. Sin embargo, el hecho que un líder latinoamericano sea recibido en Washington a poco menos de 45 días de su toma de posesión, es, en sí, una muy buena noticia.

 

* Director Ejecutivo del Observa-torio Político de América Latina y del Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada