19 mayo,2019 6:55 am

El uruguayo Mario Benedetti, un poeta en la memoria

Hagamos un trato, Te quiero, No te salves y Viceversa son algunos de sus poemas más celebrados, siempre con palabras cercanas, rompiendo toda barrera entre la poesía y los grandes públicos.
Ciudad de México, 19 de mayo de 2019. Nacido en Paso de los Toros, Uruguay, en 1920, fue bautizado como Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno, hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farrugia, y devendría en uno de los poetas de mayor alcance en Latinoamérica, si no es el que más, conocido simplemente como Mario Benedetti.
Su adolescencia se forjó en el trabajo duro, y no precisamente dentro de las letras. Desde muy joven, a los 14 años, laboró en una empresa de refacciones para automóviles, en la que fue vendedor, cajero, taquígrafo y contador.
La literatura vendría después, a sus 25 años, cuando publicó, en 1945, su primer libro de poemas: La víspera indeleble, el primer eslabón de una prolífica cadena que lo enlazó con millones de lectores.
Un año después, el 23 de marzo de 1946, contrae matrimonio con Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida, a la que conocía desde que eran niños.
Hagamos un trato, Te quiero, No te salves y Viceversa son algunos de sus poemas más celebrados, siempre con palabras cercanas, rompiendo toda barrera entre la poesía y los grandes públicos.
“Estaba comprometido con su obra, pero también con el mundo que le rodeaba, con su tiempo. Fue un creador, pero también un crítico literario y social”, dijo el crítico Víctor Barrera Enderle el día de su fallecimiento, acaecido el 17 de mayo de hace 10 años.
Un aniversario que devuelve a sus lectores a sus versos, parte ya de una memoria colectiva.

“El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada
y si es la forma velada
de burlarse de la historia
para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido…
no olvida el que finge olvido
sino el que puede olvidar”.

Además de poeta, el uruguayo fue novelista, cuentista, dramaturgo, periodista, ensayista, pero, antes de todo, un ser humano excepcional.
Así lo reflejó la escritora Ángeles Mastretta apenas unas horas después de su partida: “Lo que hizo Benedetti no sólo por la literatura latinoamericana, sino por el mundo en el que vivió, fue ser un hombre cabalmente bondadoso, cálido, sonriente, bueno a cabalidad. Un hombre generoso que vivía dispuesto a elogiar la vida con palabras y con actitudes”.
Texto: Miguel Ángel Arizpe / Agencia Reforma
Foto: Especial / Agencia Reforma