9 enero,2021 8:47 am

Eliminar al Inai serviría al gobierno para mantener opacidad y el control de la información: Artículo 19

 

El Sur / Ciudad de México, 9 de enero de 2021. El organismo garante del acceso a la información pública, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), debería desaparecer, propuso en distintos momentos de esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia mañanera. Este instituto, insistió, contribuyó a ocultar la información y sirvió como cortina de humo para que se cometieran “ilícitos”, además de despilfarrar recursos públicos. Junto con otros entes autónomos, dijo, el Inai debería ser absorbido por dependencias federales, y anunció la preparación de una reforma administrativa para tal propósito.

Ante las declaraciones de López Obrador, el Inai recordó –mediante un comunicado– que es uno de los “principales contrapesos del poder público” y que el gobierno federal debería reforzarlo e impulsarlo, en lugar de plantear su eliminación.

De acuerdo con datos del Inai, entre 2003 y diciembre de 2020 se han presentado ante instituciones y dependencias públicas 2 millones 703 mil solicitudes; de éstas, 2 millones 236 mil son de acceso a la información y 467 mil de protección de datos personales.

En el mismo periodo, debido a la inconformidad de quienes presentaron solicitudes de información por la escasa o nula respuesta de las autoridades, se han interpuesto ante el Inai 133 mil 721 recursos de revisión.

Entrevistado por El Sur, Leopoldo Maldonado, director del capítulo México de la organización internacional Artículo 19, se refirió a la posibilidad real de desaparecer al Inai y las contradicciones que encierra el planteamiento de López Obrador.

Para la transparencia se necesitan dos

–¿Qué tan procedente sería la desaparición del Inai?

–Lo primero que tendría que hacerse es una propuesta de reforma constitucional. Eso es prácticamente obligatorio porque la existencia del Inai se crea por dispositivo constitucional, lo cual implica que tenga que votarse tanto en la Cámara de Senadores como en la Cámara de Diputados, por las dos terceras partes de ambas cámaras. E implica, a su vez, que Morena tenga que aliarse con algunos actores de la oposición para poder pasar una eventual iniciativa de reforma constitucional para desaparecer los órganos autónomos.

Evidentemente es un primer aviso, ya vimos que puede ir bastante en serio a la luz de lo que pasó con la desaparición de 109 fideicomisos públicos, y otra vez se está enarbolando el discurso del despilfarro.

En el caso del Inai también se está utilizando un argumento muy particular, que tiene que ver con que no ha avanzado la transparencia, como si ésta fuera una responsabilidad única y exclusiva del Inai, cuando que las dependencias sean transparentes, en cuanto obligadas en términos de la ley, es una responsabilidad del propio gobierno.

Es una gran falacia imputarle al Inai que no haya avance en la transparencia, cuando en la realidad los sujetos obligados son los que han estado ocultando información tanto en este gobierno como en los anteriores. Debe haber un fortalecimiento de estos mecanismos autónomos, y no su desaparición.

Parece que se quiere lo contrario: no transparentar

–¿Tienen fundamento las razones que comentó el presidente para la extinción del Inai?

–Hay varias contradicciones. Primero habla de despilfarro, pero luego ofrece que a toda la silla laboral de estas instituciones se les va a respetar sus derechos y se les va a incorporar en la nueva estructura gubernamental; en el caso del Inai, a la Secretaría de la Función Publica. Entonces ahí la pregunta sería: ¿dónde está el ahorro?

Por otro lado, vemos que se ha dado el control de 150 mil millones de pesos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de la Marina (Semar). Es un aumento al doble de su presupuesto y esto no le parece un despilfarro al presidente. Evidentemente aquí hay una contradicción de las acciones que está realizando el gobierno en término de presupuesto. Si hacemos una comparación, vemos que para 2021 el Inai tiene asignados mil millones de pesos y las fuerzas armadas 150 mil millones, y por lo menos en términos de seguridad esto ha sido un completo desastre en los últimos 15 años de militarización de la seguridad pública; además, Sedena y Semar son instituciones profundamente opacas.

Y aquí viene el segundo argumento: se pasan las funciones de estos organismos garantes autónomos a las dependencias de la administración publica centralizada. Es decir que en el fondo quieren adoptar el control de los mecanismos de transparencia para mantener el control de la información y los niveles de opacidad actuales.

El presidente dijo que la información se tiene que dar en 72 horas, pero justo acaba de salir una nota sobre la reserva por cinco años de la información relativa a los contratos para adquirir la vacuna contra el covid-19.

Es una absoluta falacia que se vaya a establecer un mecanismo mucho más expedito, como si la existencia del Inai fuera obstáculo para que se mejoraran estos mecanismos en términos de tiempo y eficacia. Más bien parece un tema de opacidad, de control de la información y de no transparentar muchos actos de gobierno.

Hay responsabilidad de los partidos también

–¿Por qué es fundamental que una entidad como el Inai conserve su autonomía?

–Lo que se propone tanto por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como en la propia ley modelo de transparencia y acceso a la información pública de la Organización de los Estados Americanos (OEA), es que los organismos que verifican la transparencia y acceso a la información pública sean independientes de los poderes a los que está sujetado su escrutinio. Precisamente porque hay un control y una concentración del poder desmedido, en particular en los países de América Latina, en donde existe una propensión a ocultar la información.

Entonces la recomendación internacional es que existan órganos garantes independientes. Si no son éstos, por lo menos hay que buscar que sea el Poder Judicial el que a través de tribunales especializados pueda verificar. En términos operativos y presupuestales, me parece poco viable para un Poder Judicial que está saturado y rebasado.

López Obrador habla de la cooptación por parte de los anteriores gobiernos, sin embargo esto tiene que ver con el proceso de designación pública de los y las integrantes de los órganos garantes: ahí participan los partidos políticos. Si en estos procesos no se garantizan los mejores perfiles y los más independientes respecto a cualquier interés partidista, pues también Morena ha sido parte del problema. Baste recordar la designación de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

En el socavamiento de la legitimidad de los órganos garantes, Morena también ha tenido un papel fundamental en estos dos años. Hay una serie de factores que tienen que ver con que la propia clase política y los propios gobiernos sucesivos no le han dado la legitimidad que merecen a esos organismos precisamente por sus procesos de designación viciados, en donde opera la lógica de cuates y cuotas partidistas, y también porque no respetan los mecanismos de transparencia y las resoluciones de esos órganos garantes.

–¿La oposición podría aprovechar, también, políticamente el desmantelamiento del Inai?

–La oposición va a aprovechar absolutamente todo. Lo vimos en el tema de los fideicomisos: el PRI, el PAN y el PRD defendiendo a las víctimas, a los periodistas, a las personas defensoras de los derechos humanos, cuando son corresponsables de la tragedia humanitaria que estamos viviendo.

Por supuesto que lo van a capitalizar políticamente, sobre todo en tiempos electorales. En una eventual discusión de una reforma constitucional, el tema van a ser los términos de la negociación y la operación política que haga la bancada mayoritaria: cómo van a lograr o cómo van a buscar esos votos.

Se antoja difícil pero no imposible, porque lo lograron en 2019 para la reforma constitucional de la Guardia Nacional, que era mucho más agresiva, en términos de la fiscalización, que la aprobación de la Ley de Seguridad Interior de Peña Nieto. Entonces no descartemos nada porque en este río revuelto se han logrado negociaciones importantes para ciertas reformas constitucionales.

También es posible que en campaña electoral la oposición, o una parte de ella, les dé los votos suficientes de mayoría calificada para poder lograr esta reforma.

Sería un golpe muy grave a la prensa en México

–¿Cómo afectaría a la labor periodística la desaparición del Inai?

–Sin duda se estaría privando al periodismo de investigación de una herramienta poderosísima que ha sido muy eficaz para abonar al conocimiento de la verdad en diversos rubros.

Privarle de esta herramienta sería un golpe muy grave a los periodistas en México, que de por si tienen que remar a contracorriente por la violencia, la precarización laboral, el control de las líneas editoriales a través de la publicidad oficial y una serie de elementos que hacen que sea muy difícil avanzar hacia un periodismo de calidad.

Aún así, se han hecho grandes investigaciones que hoy son la base de los únicos macro-procesos que se están haciendo desde la Fiscalía General de la República. Me refiero a la “estafa maestra”, al caso Odebrecht, a las empresas fantasmas del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, y hay otros. Lo poco que se ha avanzado ha sido con base en estas investigaciones. Sin lugar a duda sería un golpe muy grave que colocaría una piedra más encima a la de por sí complicada situación de la prensa en México.

Texto: Caterina Morbiato

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