28 agosto,2024 8:36 am

Emociona a decenas la poeta Ida Vitale, en la inauguración de la Filuni de la UNAM

La destacada escritora se presenta en el Centro de Exposiciones y Congresos en Ciudad Universitaria, donde da una conferencia y una lectura de su obra

Ciudad de México, 28 de agosto de 2024. “Bueno, pero la poesía oída es muy aburrida, ¿no?”, pregunta Ida Vitale, con cierta trampa, tanteando si debe seguir leyendo en voz alta.

Al unísono, un auditorio lleno de brazos estirados en alto que registran con sus teléfonos cada verso recitado por la centenaria poeta uruguaya responde que “¡No!”. Y la invitada estelar de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) continúa con La palabra.

“Expectantes palabras, / fabulosas en sí, / promesas de sentidos posibles, / airosas, / aéreas, / airadas, / ariadnas. / Un breve error / las vuelve ornamentales. / Su indescriptible exactitud / nos borra”, enunció Vitale en el conversatorio inaugural de la Filuni, cuya sexta edición arrancó este martes en el Centro de Exposiciones y Congresos (CEC), en Ciudad Universitaria.

Aunque anunciado así, como una charla entre la también ensayista, traductora, profesora y crítica literaria uruguaya, con el poeta español Luis García Montero y la escritora mexicana Rosa Beltrán, en realidad ambos se limitarían a una elogiosa presentación para ceder el micrófono a Vitale, quien además de leer su propia obra también evocaría algunos pasajes, como el de su acercamiento a la poesía a través de Carlos Sabat Ercasty (1887-1982).

“Uno tiene siempre una vida que, de alguna manera, nos acerca a la poesía, siempre que no nos pongamos de espaldas.

“Voy a ser injusta: Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931) me aburría mucho; era muy importante, y a mí me gustaba que la poesía fuera más a la mano No debí nombrarlo”, consideraría al instante, echándose a reír, y el público con con ella.

Ahí la Premio Cervantes 2018, y doctora honoris causa por la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay –entidad invitada de honor esta edición de Filuni–, estimó oportuno señalar que la prosa es lo que más le importa en el mundo.

“Me llevo más o menos bien con la poesía, pero la prosa siento que me plantea dificultades más que la poesía. La poesía es cosa de ritmo, de buen o mal gusto, pero la prosa es todo.

“Creo que todos vamos por el mundo destinados a hacer un cubito de prosa que quede ahí para siempre, completando los grandes panoramas culturales que a veces nos superan Bueno, esto es mucha prosa ya, ¿no?”, lanzó, todo el tiempo divertida y relajada, con una lucidez que desafía el hecho de que en noviembre próximo cumplirá 101 años.

Veinte minutos antes de lo programado, Vitale entró, discreta, en silla de ruedas al Salón Clementina Díaz y de Ovando, cuando los asistentes a su acto aún estaban llegando y buscaban el mejor asiento. Apenas notaron su presencia, un gran aplauso resonó en el espacio para darle la bienvenida.

De inmediato se aproximaron algunos a saludar, por una selfie o una firma. Serían los únicos, pues Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, pediría que al término le permitieran retirarse para cumplir con otras actividades en su agenda.

“Sé la emoción que causa”, admitió Beltrán, quien a su vez relató con gran entusiasmo la manera en que respondió la uruguaya cuando le hicieron la invitación a inaugurar el encuentro libresco: “‘¿A México? Sí voy’. No lo podíamos creer”.

A decir de la autora y funcionaria universitaria, esto se debe al profundo lazo de Vitale con México, donde se exilió luego de que en su país se impusiera la dictadura militar en 1973.

Acá fraguaría lo mismo colaboraciones con figuras como Octavio Paz y Huberto Batis que relaciones de amistad con el filósofo Carlos Pereda y la compositora Marcela Rodríguez, sólo por mencionar un par.

“Lo que una ha hecho o no ha hecho me importa poco; me importa volver a recuperar años muy, muy felices. No sólo porque me iba de un país que no estaba en muy buenas condiciones políticas, sino porque llegué a descubrir una maravilla a la que me habían hecho camino, me habían acercado ese lujo de literatura que es la literatura mexicana”, narró quien dejara registro de esos años en Shakespeare Palace: Mosaicos de mi vida en México (1974-1984).

Por su parte, García Montero, quien apenas la semana pasada recibió en el Palacio de Bellas Artes el Premio Internacional Carlos Fuentes por parte de la UNAM y la Secretaría de Cultura federal, dirigió la atención a la poesía de Vitale, refiriéndola como “una forma de conocimiento que se pregunta constantemente ¿qué cabe en las palabras?”.

Como ejemplo, aludió a unos versos de La luz de esta memoria, primer libro de la uruguaya, publicado hace ya 75 años: “Una lluvia de un día puede no acabar nunca, y uno puede acabar muriéndose de agosto”.

“Las palabras, más que un adorno, son un esfuerzo de conocimiento del propio yo a la hora de apostar por su lectura del mundo. Por eso el lenguaje es el gran protagonista de su poesía”, destacó el autor español. “El trabajo de Ida Vitale tiene que ver con el rigor en la elaboración, la reflexión y la utilización de las palabras. (…) La poesía para Ida es un campo de operaciones”.

“¿Me atrevo y leo otro?”, preguntaría más adelante la poeta, que ante el estruendoso “¡Sí!” seguiría con Obligaciones diarias, no sin antes decir que: “A veces existe la idea de que el poeta vuela, se aparta de las cosas terrenas. ¡Qué disparate!”.

Recordando los momentos en que leyó lo que se suponía que no era adecuado para su edad, Vitale incluso haría una recomendación: “A las mamás presentes con niños en edad de ser estropeados, les sugiero que dejen que lean, aunque sean cosas que no sean para ellos.

“Yo creo que no hay nada más necesario que leer cosas que uno no entiende”, añadió. “Los niños no son tan tontos, saben cuando hay una frontera para ellos; creo no hay que prohibirles leer nada”.

Al cabo de una hora, la distinguida uruguaya partió, entre aplausos y apasionados lectores agolpados a la salida del salón, que dificultaban su paso.

Para Beltrán, estaba muy claro lo que había sucedido. “Que nadie diga: ‘Estoy cansado, no puedo viajar, estoy lleno de compromisos’.

“Que Ida Vitale haya venido, haya dicho sí desde el principio, habla no solamente de una voluntad ética, de un acto estético, de un acto profundamente amoroso hacia México –al que tanto le dio, y que le dio tanto también–, hacia la Universidad, sino también un acto político.

“Que estés aquí es también un acto político importante”, despidió así la coordinadora de Difusión Cultural a la centenaria artista.

Texto: Agencia Reforma