28 diciembre,2019 9:11 am

En Acapulco ser artista implica vivir en la pobreza, señala estudio hecho por el especialista Javier Reyes

Los creadores sobreviven sin acceso a servicios de salud, vivienda, indemnización por incapacidad, jubilación e incluso suficiencia alimentaria, expone el doctorante en Políticas y Derechos Culturales.

Acapulco, Guerrero, 28 de diciembre de 2019. En Acapulco ser artista es estar ligado a vivir en la precariedad; ellos lo saben y poco hacen al respecto mientras las instituciones culturales –privadas o de gobierno– se aprovechan.

Así lo aseguró el escritor acapulqueño Javier Reyes Martínez, quien recientemente presentó los primeros resultados de un estudio –el primero de este tipo– que tiene que ver con las condiciones en las que viven y sobreviven los artistas en el puerto.

En entrevista, el doctorante en Bienestar Social y Políticas y Derechos Culturales por el Boston College relató que fue en el Tercer Foro de Políticas Culturales, llevado a cabo en noviembre en la Ciudad de México y que organizó el Observatorio de Arte y Cultura, una asociación civil que se dedica a estudiar la política cultural en el país, donde “tuve la oportunidad de presentar los resultados preliminares del estudio Los derechos económicos, sociales y culturales de los artistas en contextos de violencia y pobreza. El caso de estudio de los artistas en Acapulco, México.

Y, las primeras conclusiones, son: “primero, que en Acapulco ser artista es estar ligado a ser pobre o vivir en la precariedad, para ser precisos”, indicó el ganador del Premio Estatal de Cuento y Poesía María Luisa Ocampo 2010, en la categoría de Cuento.

“Esto significa que (los artistas) no tienen las condiciones suficientes, mínimos estándares de vida, sin acceso a servicios de salud, de vivienda, de servicios como jubilación o retiro; no hay indemnización por incapacidad o seguridad, incluso, suficiencia alimentaria”.

Del mismo modo, “sus derechos culturales se encuentran también en un estado ambiguo.

“Otra conclusión, la segunda, es que quienes juegan un papel importante en esta precarización son los diferentes niveles de gobierno y el mercado”.

El gobierno, dijo, “por estos contratos temporales, con condiciones leoninas, por estas formas de pago postergadas, con términos legales que cambian cada que te contratan con lo que van minando la capacidad de generar una estabilidad económica, social, de los artistas”.

Esto “ha sucedido históricamente a nivel federal, estatal y municipal y eso es lo que comentan los propios artistas y eso es muy preocupante, porque quien más contrata es el gobierno y es quien pone las peores condiciones”.

Asimismo, “el mercado es exactamente lo mismo, quienes son empresarios del sector cultural, que en el caso de Acapulco son más bien del sector turístico y artistas-empresarios, ofrecen condiciones muy difíciles de trabajo”.

Finalmente y en una tercera conclusión, es la influencia de la violencia, lamentó.

Efectivamente la hay, “y esto agudiza aún más las condiciones negativas; el contexto de violencia ha provocado cambios de hábitos en el consumo cultural de la localidad porque la gente asiste menos a actividades fuera de casa, se va más temprano o de plano no se hacen actividades nocturnas.

“Todo lo anterior se conforma en una cadena de cosas que hablan y confirman la mala situación de los artistas”.

Tras aceptar que estas conclusiones pueden parecer no sorpresivas, al obtenerlas mediante una metodología formal, ahora se comienza a tener evidencias sólidas para empezar a buscar una solución.

La solución, en manos de los artistas

El egresado de la licenciatura en Comunicación y Relaciones Públicas por la Universidad Americana de Acapulco señaló que lamentablemente “no hay una solución mágica, creo que independientemente de las diferencias que pueda haber del tipo artístico, estético, de opinión, de formación entre los creadores, hay un tema laboral en común que se debería abordar en conjunto y que no se está haciendo.

“La solución, como yo lo veo, está en la unión de los artistas para poner un piso común a sus condiciones laborales, y como no hay un acuerdo en ese sentido, pues no va a haber una mejora mientras que quienes los contratan se aprovechan”.

–¿Aceptas que parte de la culpa de este problema es de las comunidades culturales?

–Hay una corresponsabilidad por supuesto, porque mientras no haya una unión en cuanto a un tema común al que no han querido abordar haciendo a un lado sus diferencias.

“A lo mejor no se tienen que reunir todos los artistas de todas las comunidades, de todos los gremios, pero sí podría hacer por disciplina artística y empezar a rechazar contratos con ciertas condiciones inequitativas, con ciertos lineamientos desventajosos, generando este tipo de acuerdos”.

Si no sucede eso, adelantó, “no van a cambiar las cosas porque los que contratan explotan estas condiciones”, añadiendo que por parte de la mayoría de los contratistas tampoco hay interés por resolver el tema.

Los artistas también son ciudadanos

Además, recordó que los artistas también son ciudadanos y tienen derechos como todos y que están contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Ahí “hay un apartado de los derechos de los artistas, la llamada Recomendación Relativa a la Condición del Artista de 1980, revisada en 2015, que menciona diversas condiciones que se deben tomar en consideración para mejorar la situación a que deben aspirar los artistas”, revelando que lamentablemente muchos artistas de la localidad desconocen dichos derechos.

Bajo esta idea es que se les entrevistó, explicó el también especialista en marketing cultural, “fue buscar y charlar con varios artistas de diferentes disciplinas artísticas de la localidad, tanto en el contexto urbano como rural; jóvenes, adultos, con mucha o poca experiencia, para preguntarles sobre estos diferentes temas”.

–¿Por qué consideraste importante investigar sobre este tema?

–Porque los artistas cumplen un doble papel: primero, son sujetos de derechos humanos como cualquiera, pero además hay que recordar que son los agentes de los derechos culturales; si los artistas forman parte de este ecosistema que promueve los derechos culturales pero no tienen buenas condiciones propias, la promoción de los derechos culturales será fallida.

“Es en ese sentido, la importancia de mirar qué es lo que está pasando con los artistas locales”.

De hecho, reveló que hubo artistas que hicieron catarsis con el tema durante las entrevistas, “porque algunos ni siquiera habían pensado en estos temas como qué hacer ante una enfermedad o cómo obtener una jubilación.

“Será importante también un trabajo de concientización, de información, ahí con los artistas”, precisó el maestro en Administración y Mercadotecnia.

Un estudio más amplio

Reyes Martínez destacó que estos resultados son preliminares y de la primera parte de un estudio más amplio.

“En esta investigación lo que primero se buscó es saber lo que está sucediendo y generar una evidencia, datos, con los cuales se pueda trabajar en futuros proyectos.

“Uno de los problemas es que se dice mucho de esta precariedad de los artistas pero siempre se habla sin evidencias y sin evidencia no se pueden tomar medidas, no hay manera de reclamar nada ni de respaldar estas afirmaciones, por lo que creo hay mucho trabajo que hacer en ese sentido.

“La intención (general de mi trabajo) es hacer un estudio cuantitativo y cualitativo, lo que sigue es poder generar una encuesta que se pueda aplicar a una mayor cantidad de artistas y a partir de ahí hacer un análisis estadístico más amplio y que permita generalizaciones”.

Así, “estos primeros datos son una aproximación, una exploración de qué es lo que sucede y a partir de estos datos poder construir una siguiente fase cuantitativa”, indicando que el trabajo continuaría en 2020.

“Este es un trabajo paralelo a mi trabajo doctoral, este proyecto de investigación ya tuvo una primera financiación por parte del Centro de Derechos Humanos y Justicia Internacional del Boston College (Estados Unidos)”, donde cursa un doctorado en Bienestar Social y Políticas y Derechos Culturales.

Y si bien ya se han hecho algunos estudios de este tipo “en el caso de éste, lo novedoso es la perspectiva desde los derechos humanos; no es nada más hablar de condiciones laborales sino desde el punto de vista de que los artistas son sujetos de derecho, por tanto se debe asegurar sus condiciones de salud, seguridad social, alimentación, etcétera”.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano / Foto: El Sur

Entérate más

https://suracapulco.mx/2019/12/27/en-2019-no-se-vieron-las-mejoras-en-cultura-que-se-esperaban-con-el-cambio-de-gobierno/
https://suracapulco.mx/2019/12/26/marca-la-incertidumbre-por-el-cambio-de-gobierno-las-actividades-culturales-en-el-estado-y-municipios/